Locos por los Cataratas. Los misioneros, la reapertura turística y otros atractivos en la región
"Lloré, es demasiado lindo. Nunca me pasó algo así, uno se emociona…". Eso dijo Gavidia Sánchez, que vive en un barrio aledaño a Puerto Iguazú desde que tiene 8 años, pero que recién ahora, a sus 41, pudo ir al Parque Nacional Iguazú. Gavidia, su marido Jorge Espíndola y dos de sus cuatro hijos aprovecharon la apertura al turismo local tres semanas atrás para recorrer el parque. "Es emocionante tener la oportunidad de volver a recorrerlas", dijo Jorge, que ya conocía pero que no puede venir seguido. Ellos trabajan en un merendero en el barrio y normalmente no tienen los recursos para entrar a Cataratas, así que aprovecharon que en la reapertura el ingreso fue gratis y fueron los primeros en ingresar.
Ahora Gavidia solo piensa en sacar el turno necesario para poder volver y recorrer el resto del parque misionero, que por ahora solo tiene abierto el Circuito Superior. " Mis hijos querían ver los coatíes, pero no había", dice. Claro, al no haber gente, los coatíes, que suelen pulular en busca de comida que traen los visitantes, se encuentran selva adentro.
Para ingresar hay que inscribirse por Whatsapp, y se permiten hasta 200 visitas por día, divididas en 4 turnos, de 50 por turno. De esta manera, se evitan los amontonamientos de gente. Este fin de semana siguió solo abierto para vecinos de Iguazú, a la espera de una decisión gubernamental conjunta entre Nación y Provincia para abrirlo al resto del turismo interno de Misiones. Mientras tanto, en buena parte de los sitios turísticos ya funciona la prueba piloto de turismo interno que está llevando a cabo el ministerio de Turismo desde la semana pasada. Los primeros dos fines de semana fue solo para cercanías, y desde el fin de semana anterior y el último ya se pueden visitar diferentes puntos provinciales.
Julio Quiñones es periodista deportivo, de Iguazudeportes.com y Radio Nacional. Vive en Puerto Iguazú, pero no suele visitar las Cataratas y aprovechó para ir con su mujer y sus dos hijas. "Si no viene un familiar o un amigo de afuera, no vamos al parque. Los fines de semana trabajo, y esta era una buena oportunidad. Todo era como nuevo, porque la vegetación está virgen después de 120 días sin visitas. Vimos muchos pájaros. Y me encanta el Circuito Superior porque no tenés que subir y bajar tanto como el Inferior".
El obispo de la Diócesis de Iguazú, Nicolás Baisi, fue nombrado hace poco de un mes en este nuevo destino. Recién llegado de La Plata, no conocía las Cataratas y fue invitado a bendecir la apertura. "Fue una buena experiencia haber ido a la reapertura de las Cataratas. Es un volver a comenzar, a tener el parque a disposición para todos y un signo de esperanza para quienes fueron por primera vez, era muy lindo ver lo contentos que estaban. Como dice el libro de la sabiduría: a la belleza de las criaturas se llega por analogía a la belleza del creador. Las Cataratas que Dios nos regaló, la naturaleza que hoy nos regala y podemos disfrutar, contemplar y agradecer, es un espectáculo maravilloso también espiritualmente. Contemplando la naturaleza que el señor nos regala, que hizo para nosotros, podemos pensar cuanto nos quiere que nos ha dado semejante mundo".
Reactivación paulatina
En Misiones el turismo es la tercera actividad económica -detrás de la forestación y agricultura- con 14 mi empleos directos y 10 mil indirectos. Iguazú, por ejemplo, vive casi en su totalidad del turismo, y la crisis se hace notar. Muchos establecimientos sobreviven gracias al programa ATP del gobierno nacional, y también hay otras iniciativas provinciales con medidas de contención económicas como subsidios, créditos, refinanciamientos, un fondo de crédito de la provincia para lo que no alcance a cubrir Nación.
Luego de dos semanas de turismo vecinal, Misiones está transitando, desde hace 15 días -solo los fines de semana- la prueba de turismo interno, en la que se los habilita para visitar el resto de la provincia. Para hacerlo, se requiere bajar la app Misiones Digital y registrarse en la opción de turismo interno, que también facilita el check in para aquellos que pretenden alojarse en alguno de los más de cien establecimientos que a su vez también deben registrarse. Para poder brindar hospedaje deben cumplir con el protocolo que exige que al menos una persona del establecimiento haya hecho el curso en el ministerio de Turismo. Además, la app permite a los hoteles leer la información de cada pasajero. Una vez terminado el fin de semana, los alojamientos solo pueden trabajar con exceptuados y sanitarios. Según fuentes del ministerio, unas cuatro mil personas se anotaron hasta el momento. Todo esto sirve, además, para controlar el flujo de los viajeros en caso de contagios, y poder identificar donde estuvieron rápidamente.
"Fuimos avanzando de a poco. Nos planteamos una serie de pasos con la brújula puesta en la salud pública. Arrancamos hace tres fines de semana con la apertura de los parques y las Reducciones Jesuíticas, abriendo a los vecinos Nos interesaba evaluar como se ponían en marcha los protocolos para los paseos, y fue exitoso. Tanto el fin de semana pasado como el próximo funcionan como pruebas piloto para la posterior evaluación de la vuelta del turismo interno", explica a LA NACIÓN Oscar de Giusti, subsecretario de Marketing y Promoción de Eventos del ministerio de Turismo, y agrega: "Es una demanda con cierto temor, disminuida en cuanto al poder adquisitivo. Por otro lado evaluamos que se iba a dar un movimiento importante de recreación social, en el que la gente iba a salir sin alojarse, eligiendo las cercanías. No queremos que todo el mundo salga y se amontone en el mismo lugar. Que la gente vaya saliendo y adquiriendo confianza de a poco, así sea ir y volver en el día. El alojamiento se va ir usando de a poco. Esto ha sido una inyección de optimismo y esperanza. Hay que seguir adelante para que nuestros establecimientos y atractivos estén absolutamente preparados para cuando vuelva el turismo".
Miniturismo
Adriana Rinas es comerciante, y asesora en comunicación. Vive en Posadas, aún no salió, pero planea hacerlo en los próximos fines de semana. Quiere conocer un lugar de la Ruta del té, el Camelias Golf, que está ubicado en Oberá, a una hora de Posadas. "Ahí hay una casita de té donde te muestran todo el proceso. No conozco, pero tengo muchas ganas de ir. Vamos a tomar el té y volvemos", dice Adriana. Sebastián Giménez, su marido, en cambio, salió con amigos al Moconá. "Está todo como saturado, la gente no aguanta más, quiere moverse. Una siempre quiere ir a Cataratas, a los Saltos del Moconá, al Parque de la Cruz… En septiembre vamos a ir a los Saltos y nos quedaremos todo el fin de semana en el Lodge Don Enrique, un lugar que está en medio de la selva y que todavía no conocemos".
Carola Ocar y Sergio Alvez, que viven en Posadas, aprovecharon la apertura para hacer salir y visitar unos amigos que tienen una chacra en El Soberbio. "Es un lugar alejado, alucinante. Hicimos un camino a la ida y otro a la vuelta. Estuvimos investigando para ir a otros lugares también, pero el cupo estaba completo para los que nos interesaban. Y otros que no conocíamos, como la Gruta India, todavía no estaban habilitados". También fueron a Puerto Azara, un pueblito de la costa del río Uruguay, en el sur de la provincia, para visitar a una amiga, y llevar donaciones para una biblioteca popular en el marco del día del niño. "Es un pueblito tranquilo, chiquito. Y Sergio preside la única biblioteca popular que hay ahí. Puerto Azara no tiene acceso a Internet y por eso el rol de la biblioteca es muy importante. Ya tenemos la App y fuimos en el marco de los protocolos".
Visita a Iguazú
Ariel Zayas y su familia viven en Posadas y van frecuentemente a Puerto Iguazú. Tienen un hijo de cinco años y no veían la hora de salir. "El aislamiento fue intenso por la imposibilidad de los chicos de socializar con pares o ir a plazas. Tomamos la iniciativa pensando en el", cuenta Ariel. Ellos fueron los primeros huéspedes de Puerto Iguazú, hace 15 días, cuando se abrió el turismo interno. Llegaron el viernes 24 y se quedaron hasta el domingo 26 alojados en el hotel O2. "Pese a que vamos con frecuencia, la experiencia fue distinta, lo vivimos con más ansiedad y emoción. Puerto Iguazú siempre está llena de turistas, y esta vez disfrutamos de lugares que habitualmente están repletos, y ahora no había que hacer fila. La ciudad estaba mucho más limpia, había lugar en los restaurantes. Mi hijo se la pasó el viaje agradeciendo, estaba emocionado. Por otro lado fue impactante ver la ciudad casi vacía, con muchos hoteles cerrados".
Como Cataratas no está abierto para quienes no residen en Puerto Iguazú, fueron a La Aripuca, que es un parque Agro-Eco-Turístico familiar, y salieron a comer. "La gastronomía es excelente. Sabemos que somos privilegiados, que hay otras provincias que aún no han habilitado el turismo, donde la situación epidemiológica es más complicada. Y también sabemos que la situación económica del país es delicada. Fue ambivalente, por un lado una sensación de nostalgia y angustia, y por el otro la emoción de volver y de poder disfrutar de los lugares sin tener que esquivar gente".