Con un lugar en la lista de Patrimonio de la Humanidad desde 2016, la Casa Curutchet es sin dudas una obra fundamental en el campo de la arquitectura. Desde su inauguración en 1955, es la única vivienda diseñada por el gran arquitecto modernista suizo, Charles-Édouard Jeanneret-Gris, más conocido como Le Corbusier, en toda América latina
"El Dr. Pedro Curutchet había comprado este terreno, y a raíz de un viaje de su hermana a París, comete la osadía de encargarle nada menos que a Le Corbusier que le proyecte una casa en este lugar. No importó que el estudio de Le Corbusier estuviera en París, a unos 14 mil kilómetros de distancia de la ciudad de La Plata, el fue buscando el milagro y el milagro sucedió", señala el arquitecto Julio Santana, director de Casa Curutchet.
Para ese momento, Le Corbusier era un profesional mundialmente reconocido, ya había estado en Argentina en 1929, ya había expuesto sus grandes ideas respecto de la ciudad, la nueva arquitectura y el nuevo hombre sintetizados en la vivienda como una máquina de habitar. "La casa debe ser el estuche de la vida, la máquina de la felicidad, la máquina de habitar", aseguraba. Y el proyecto de la Casa Curuchet se le presentó como una oportunidad de construir su teoría de los cinco puntos en una ciudad tan lejana de América latina.
"Un hecho importante de la Casa Curutchet es que es la única obra en el mundo donde Le Corbusier refleja los cinco puntos para la nueva arquitectura que él mismo había formulado en la década del 20. Entre esos puntos se destaca la planta libre, en el lugar de acceso, con una entrada peatonal y otra para un vehículo, la rampa de acceso y un árbol, que no es preexistente a la casa, sino que fue parte del proyecto; otro punto son los pilotis, columnas circulares muy características de su obra que permiten independizar la estructura de la casa de la caja muraría; la fachada liberada y la ventana corrida que va de un extremo al otro de la casa y la terraza jardín, en este caso incorporada a la caja de arquitectura", señala Santana.
La obra se encargó en 1948, se empezó a construir en el 49 y se termina en el 55. A pesar de haber transcurrido ya más de 60 años de su inauguración, todavía sorprende por la modernidad de su construcción, sus rampas y escaleras, las combinaciones de líneas y claroscuros estratégicos, los pisos de cemento alisado, los revestimientos de venecitas en los baños, el diseño de los muebles de la cocina y los armarios del dormitorio hasta el planteo de una terraza jardín, en pleno 1948.
Se trata de una delicada promenade architecturale, esta idea de que la arquitectura podía ser recorrida en su espacio, repleto de transparencias, columnas despegadas de los muros, puertas pivotantes, curvas y juegos espaciales magistrales.
Tal es su valor turístico y patrimonial que en julio de 2016, la Casa Curutchet, junto con otros 16 "Sitos Le Corbusier" distribuidos en siete países del mundo y en tres continentes, fue inscripta en la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco como Patrimonio de la humanidad (los otros países son Francia, Suiza, Alemania, Bélgica, en Europa; India y Japón, en Asia. "Argentina es el único representante del continente americano. Pero además, es uno de los 11 sitios de Argentina inscriptos en la lista del Patrimonio Mundial junto a las Cataratas del Iguazú, la Quebrada de Humahuaca, el glaciar Perito Moreno o la Península Valdez, entre otros", precisa Santana.
No es casual que su figura despierte devoción entre muchos estudiantes de arquitectura y algunos directores de cine que la eligieron para ambientar sus películas, como El hombre de al lado (2009), dirigida por Mariano Cohn y Gastón Duprat; y más recientemente de La obra secreta (2018), un documental con algo de ficción dirigido por Graciela Taquini.
Una auténtica promenade architecturale
Ya en la puerta de su entrada, el ingreso se hace por una puerta sostenida por un pórtico de concreto, que sobresale en la fachada sin muro. En la vivienda moderna que planteó Le Corbusier, la planta baja se convierte en "planta libre" reservada al automóvil, mientras la casa está elevada sobre pilotes de hormigón.
Enseguida, una rampa conduce a un patio central donde, tal como lo indicó el suizo, se levanta un árbol del tipo álamo Mussolini –incluso especificó la especie-, y así incorporó el concepto del bosque o la casa rodeada de bosque que distinguía sus obras, aunque excepcionalmente se tratara de un edificio urbano.
A partir de entonces, a lo largo del recorrido los visitantes subirán y bajarán rampas y escaleras, se asomarán a la terraza jardín, inspeccionarán el área de servicios y el resto de sus cuatro pisos repartidos magistralmente en dos áreas bien diferenciadas: el lugar de trabajo y la vivienda familiar.
Justamente, la rampa principal atraviesa por debajo el primero de esos dos volúmenes cúbicos que componen el conjunto habitacional: el área de consultorio del Dr. Pedro Curutchet, ubicada en el frente de la vivienda. El lugar de trabajo se compone de una salita de espera y la sala de operaciones, con vista exterior, y una tercera de internación, con acceso por otra rampa ascendente.
A diferencia del consultorio médico, que es más público, hacia el fondo se ingresa al espacio privado. Se trata del segundo volumen de estas "cajas" sucesivas al que se accede como un paseo para recorrer la obra en forma dinámica. Continuando por la siguiente rampa hacia el hall de entrada se accede al segundo volumen, donde se ubica el estar-comedor y la cocina, que se prolonga hacia la terraza jardín. Otros dos tramos de escalera ascendente y se ingresa a la planta con dos dormitorios, con baños en suite y un pequeño estudio.
En total, demoró más de cinco años en ser construida, y curiosamente apenas fue habitada por la familia Curutchet siete años, cuando decidieron mudarse a su antigua casa de Lobería porque les incomodaba la luz excesiva que entraba por las ventanas, así como las visitas indiscretas que llegaban a cada rato para sacar fotos o insistían en pasar a visitarla. Sucede que el planteo de Le Corbusier incluía distintos árboles que se plantaron muy pequeños, pero tardaron 20 años en crecer. Claramente, en el planteo original, con el árbol y el parasol o brise soleil que da al frente, la casa está muy bien asoleada.
Williams, el director
Le Corbusier supervisó la construcción de la obra desde su estudio en París, pero curiosamente nunca viajó a La Plata durante la construcción de la vivienda. Justamente, para dirigir la obra a distancia, propuso al arquitecto Amancio Williams, que ya era una figura importante en la arquitectura argentina,que aceptó rápidamente el encargo como un verdadero honor de su maestro.
Más allá de la figura de Le Corbusier, los expertos destacan la figura de Amancio Williams, un obsesivo de los detalles -al punto que de los 16 planos originales, terminó dibujando 200-, quien a su vez debió tomar varias decisiones en el diseño, desde cambiar de orientación escaleras o cambiar unos muros cerrados por muros acristalados. "Sin dudas hoy la podemos ver esta obra de de pie gracias a la tozudez y a la perseverancia de Amancio, ya que Le Corbusier realizó infinidad de proyectos, y muchos de esos quedaron solamente en el papel", concluye Santana.
Además de traducir los 16 planos de Le Corbusier en más de 200, Williams fue el encargado de llevar a la práctica su Teoría de Modulor, en la cual proponía tomar como patrón universal para la arquitectura al hombre moderno medio de 1,83 metros con el brazo levantado. Ese hombre, y como se mueve ese hombre, fueron las medidas que el gran arquitecto utilizó para construir la casa a partir de un estudio sistemático de todas sus proporciones, traducidas en cada detalle geométrico, en cada solución. "El juego sabio, correcto y magnífico de los volúmenes bajo la luz", según el mismo la definía la arquitectura. Sin embargo, a pesar del esfuerzo y la dificultad de la distancia, después de cinco años de construcción, y cansado de seguir esperando, el Dr. Curutchet terminó por despedir a Amancio Williams.
Algunos de los planos originales permanecen exhibidos en la Casa Curutchet, otros se atesoran en Harvard. La mayor parte se conservan en el archivo Williams, indudablemente, entre sus más fervientes admiradores.
De La Plata, al mundo
La Casa Curutchet está ubicada en avenida 53 N° 320 (entre 1 y 2) de la Ciudad de La Plata y es administrada por el Consejo Superior del Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires. Facebook: www.facebook.com/casacurutchetoficial/; Instagram: https://instagram.com/casacurutchet.oficial?igshid=jqfkjiaiac0z. Informes: +54 221 4218032 o por mail: casacurutchet@capba.org.ar
El próximo 28 de agosto comenzará un Ciclo Internacional de Conferencias dictado por distinguidos profesionales y docentes de Francia, Suiza, Italia, España y Argentina que dará marco a la Conferencia Anual de Seguimiento de la Serie "La Obra Arquitectónica de Le Corbusier" inscrita por Unesco como Patrimonio de la Humanidad en 2016. La Conferencia Anual se celebra de manera rotativa en cada uno de los siete países que integran la Serie (Alemania, Argentina, Bélgica, Francia, India, Japón y Suiza). Este año la sede será Argentina en la semana del 26 al 30 de octubre próximos.