Oasis caribeño
"¿Eso es de verdad?", me pregunta mi hermana cuando le envío una foto del sitio en el que me encuentro. Todos los componentes del edén están en la escena: un muelle sobre el Caribe; un cayo volcánico que es una reserva de pastos marinos, caracoles, erizos blancos y formaciones coralinas delante mío y al alcance de mi kayak; patas de rana y escafandra para observar la vida acuática fluorescente. Como si fuera poco, Penny me alcanza una limonada de coco como cóctel de bienvenida a Deep Blue. Un pescador de barba blanca y rastas en zunga roja regresa a Bahía Maracaibo y entra en cuadro, ofreciéndome una langosta gigante, como un Papá Noel jamaiquino que me trae un regalo del mar de 7 colores. Se llama Betito y es uno de los personajes de Providencia, una isla colombiana que hasta hace muy poco no figuraba en los mapas del mundo.
El cambio que la sacó de su invisibilidad se produjo en el 2000, cuando el archipiélago fue declarado por la Unesco como reserva de la biósfera Seaflower. La mayoría de los lugareños nunca han salido de la isla aislada, o a lo sumo han ido la de enfrente (San Andrés), por eso se sienten agradecidos de que los visite gente de todo el mundo que se acerca para descansar en una postal. Si bien esta minúscula porción de tierra de 17 km² que emerge 220 km al Este de Nicaragua pertenece a Colombia (a 775 km de su costa), sus 5000 habitantes ni siquiera hablan español y se sienten de otra parte, del medio de la nada en el que se localizan.
Para explorar la isla secreta, Deep Blue brinda un servicio de transporte diario hasta Santa Catalina, Almond Beach, Playa Manzanillo, South West Bay y Agua Dulce, un traslado desde la puerta del luxury hotel a la playa de Old Providence que desees. Además, se pueden contratar paseos en lancha a Cayo Cangrejo o a McBean Lagoon, clases de buceo y trekking a The Peack, el punto más alto de la isla montañosa que es un mirador natural. Aunque también, uno se tienta con pasar las horas ?y la vida? en el deck al Caribe del hotel. Aquí mismo se encuentra la terraza del restaurante de mar, donde sirven un exquisito pulpo salteado en aceite de coco producido en la isla, aromatizado con cítricos y acompañado de guacamole con papa amarilla frita. Esta tarima es el ser de Deep Blue: todo sucede en estas tablas donde se come a la luz de las velas con menú degustación del chef y serenata de un trompetista (calculan que 1 de cada 4 isleños es músico) bajo las estrellas que se asoman entre las hojas de las palmeras.
Deep Blue
Bahía Maracaibo, Isla Providencia, Archipiélago de San Andrés, Colombia.
Especial Honeymoon: Por exclusivo, secreto y tranquilo, es un destino ideal para 2.
hoteldeepblue.com
Retiro en un jungle lodge
Picaflores, mariposas azules y tucanes se van apareciendo mientras avanzo por la Selva
del Alto Iguazú. Con 300 aves registradas, quienes vengan a Yacutinga para observar pájaros, tienen la garantía de ver al menos 120 especies. Un surucuá de pecho rojo, un bailarín danzando el ritual de apariamiento, un águila negra parada en lo alto de un árbol al borde del río Uruguay y hasta un águila harpía; cuentan que el cacique de la comunidad indígena vecina vio hace poco a este pájaro grande que llega a medir 90 cm.
Estamos a dos horas de ruta desde Iguazú, más 5 km de camino entoscado, más 10 km de tierra que, si hay mucho barro, se hacen en camión. Todo el trayecto se realiza en un transfer privado, pasando por el parque Urugua-í y la simpática población Andresito. "Acá no es donde termina la Argentina, acá es donde empieza", acota Ricardo Jimenez, mientras abre el portón del resort ecológico que queda a 3km de Brasil. El guía es un divulgador ambiental que comanda la caminata interpretativa de tres horas por el bosque atlántico al que también llegan investigadores de animales en extinción como el mono negro.
El ecosistema "es un distrito del palmito y el palo rosa donde vive el mamón silvestre, que data de cuando estas tierras eran una sabana. De por aquí también es la yerba mate, que cuando crece libre en el monte alcanza mucha más altura de la que debe tener en plantación para ser cosechada a mano". Yacutinga preserva 570 hectáreas de rain forest, un proyecto de conservación basado en turismo sostenible: esta porción de selva originaria se protege con la visita de viajeros que llegan mayoritariamente de Estados Unidos, Alemania, Suiza y Australia para conocer la naturaleza y la cultura de la región.La propuesta del hotel-reserva es internarse en la Selva Misionera sin resignar comodidades y sin despilfarrar lujo, una formula que regala una vivencia genuina, segura y apta para todo público. Así, no hace falta ser Tarzán para disfrutar de dormir en la selva, escuchar como suena de noche o como cae la lluvia sobre el refugio en suite para despertar con un desayuno de chipa, dulce casero de zapallo, queso de cabra, mango y ananá después de un baño caliente con amenities biodegradables.
Yacutinga Lodge
Reserva privada de Vida Silvestre: Selva del Alto Iguazú, Misiones, Argentina.
Yacutinga experience: Programa all inclusive con actividades,
almuerzo y cena de tres pasos.
yacutinga.com
Refugio en el río
Una hora y media de navegación a través de un rompecabezas de islas separa a La Becasina de la ciudad de Tigre. Una barrera geográfica de cañaverales, bosques de ceibos, pajonales, plantaciones de sauces, palmeras pindo y zarzamoras es el mejor guardaespaldas del delta lodge. Al llegar a la segunda sección, aunque estemos más cerca, sigue siendo impenetrable: hay que agudizar la vista con precisión de cazador para encontrarlo camuflado entre álamos altos y cortaderas que erizan su cola de zorro. 15 bungalows de madera suspendidos sobre el arroyo Las Cañas aseguran una estadía silenciosa en un escenario subtropical de escasa población. Las cabañas individuales se unen por pasarelas elevadas que también conducen a la casa principal donde funciona la recepción, el restaurante y la piscina con solarium king size a la laguna. El lugar para instalarse durante una estadía invernal es la chimenea del living, para disfrutar de la lectura de un antiguo atlas cartográfico de la biblioteca naútica.
El hotel en puntas de pie está rodeado de agua y se ubica junto a una reserva habitada por garzas, buhos, castores y, por supuesto, la becasina, el ave alma del lugar. Cuentan que por estos montes también andaba el yaguareté, y es en recuerdo del felino silvestre que emigró que la zona se llama Tigre. Por estos humedales también transitaban los "guaraníes de las islas", que ocuparon las más meridionales y orientales del Delta del Paraná, llegando hasta la isla Martín García.
La desembocadura, influenciada por las mareas lunares y eólicas platenses, es un sistema dinámico y "linfático" en continuo proceso de formación. Ante el expresionismo del agua, Juan Díaz de Solís ?considerado como el primer explorador europeo en llegar hasta el Río de la Plata?sostuvo haber tropezado con un grandísimo curso que los nativos llamaban Paranaguazú, que significa "río como mar". Exuberancia fluvial para limpiar la mente.
La Becasina
Delta Lodge Tigre: Arroyo Las Cañas, segunda sección de Islas del Delta, partido de San Fernando, Buenos Aires, Argentina.
Good deal: El Day Use incluye transporte desde el muelle de Bahía Grande Nordelta, picada, almuerzo con vino y acceso a la piscina.
labecasina.com
Por Carolina Cerimedo. Nota publicada en mayo de 2015.
LA NACION