En estas latitudes, el Océano Atlántico es una usina de vida que convoca multitudes. Aquí, las novedades de la costa chubutense para esta temporada.
Por su carácter mágico e impredecible, este retazo patagónico integra la lista de los destinos que uno podría visitar incansablemente. Ballenas, lobos y elefantes marinos, pingüinos de Magallanes, y orcas –sin contar cientos de aves y otras especies terrestres– cada año se encuentran en la costa noroeste de Chubut con una puntualidad intachable –entre junio y marzo– y con fines específicos (algunos para aparearse, otros para amamantar a sus crías o para alimentarse). No lo saben, pero esa reunión que es impostergable para ellos, también lo es para viajeros de todo el mundo, que andan kilómetros para encontrarlos en su hábitat natural. Este evento, que es una oportunidad para sentirse parte de un relato de aventuras fuera del papel, tiene lugar en Puerto Madryn y la Península Valdés. Madryn es a la vez capital del buceo y puerta de entrada principal a la península, área natural protegida y declarada Patrimonio Natural de la Humanidad por Unesco en 1999. En Valdés, Puerto Pirámides es la base de operaciones por su oferta de servicios y el único puerto desde donde es posible zarpar para hacer avistajes embarcados.
Las posibilidades para disfrutar de la naturaleza son muchas y cada vez más. Desde tierra firme, a bordo de alguna embarcación o equipado con traje de neoprene y snorkel, el mar es el leitmotiv de este fascinante viaje que requiere de una dosis de paciencia, respeto, suerte y azar.
1. LAS BALLENAS
Cada año, entre junio y diciembre, el mar se convierte en una pasarela donde estos inmensos cetáceos tienen en vilo a turistas y locales, que esperan ansiosos a que asomen sus aletas caudales para disparar un sinfín de fotos. Madryn ofrece varios “palcos” desde donde se puede avistar a la ballena franca austral. La rambla, en el centro, es una primera aproximación y un sello distintivo de esta ciudad en la que estas circulan casi a la par de los autos. Un poquito más lejos, a 15 km, el Área Municipal Protegida El Doradillo es un mirador ideal porque permite verlas realmente cerca en compañía de sus crías. Puntualmente, vale la pena pasar una tarde en La Cantera, una larguísima playa de canto rodado desde donde se las puede vislumbrar a menos de diez metros. Otra opción es el observatorio de Punta Flecha, creado por la Fundación Patagonia Natural. Para quienes quieran verlas aún más cerca, existen los avistajes embarcados, que sólo zarpan desde Puerto Pirámides, a 100 km de Madryn por ruta de asfalto. En Pirámides conviven seis empresas que proponen un encuentro íntimo con los gigantes del mar. Hay embarcaciones para todos los gustos: desde semirrígidos hasta catamaranes y un semisumergible bautizado Yellow Submarine. De todos los programas, el avistaje sunset es uno de los imbatibles porque conjuga la navegación a la par de las ballenas con la caída del sol (al mismo precio que la salida tradicional). Si de vistas impactantes se trata, acaba de inaugurarse Océano Patagonia, un nuevo complejo de 11 condominios ecológicos con servicio de concierge a los pies de la playa.
2. ECOCENTRO
Un mar que desborda de vida es el imán que atrae a viajeros de todo el mundo. Pero, ¿cuánto saben sobre él? ¿Acaso todos pueden contestar por qué saltan las ballenas? ¿Cuánto viven? ¿Cómo se comunican? Basta con una visita al Ecocentro, un espacio cultural dedicado a la inmensa masa de agua salada, para tener las respuestas a estas preguntas, y más. Por la temática y por la manera de abordarla, la cita es impostergable. El arte, la tecnología, los sonidos y la fotografía son los grandes narradores de este viaje terrestre hacia el fondo del mar, que invita a caminar junto a un esqueleto completo de Eubalaena Australis (ballena franca austral) e incluso a hundir las manos en una pileta habitada por invertebrados. Construido a orillas del golfo Nuevo, los inmensos ventanales hacen presente el mar en cada rincón e invitan a disfrutarlo en compañía de un libro en la sala de lectura alojada en la torre o de un café humeante en la confitería. Para agendar: el 22 de octubre se estrenará Historia natural, el primer largometraje documental producido por Ecocentro y dirigido por Alfredo Lichter; en noviembre, inaugura la muestra de la artista plástica Raquel Fliess, que hasta marzo expondrá una serie de esculturas talladas en pórfido patagónico.
*Ecocentro. www.ecocentro.org.ar Consulte los horarios según la temporada.
3. LOBOS MARINOS
Estos simpáticos pinnípedos son parte del paisaje chubutense todo el año pero su temporada más interesante es entre diciembre y marzo, cuando se reproducen. Es fácil encontrarlos en el Área Natural Protegida Punta Loma, primera reserva de Chubut creada en 1967. Ubicada en una zona de acantilados accesible por tierra, es el único apostadero permanente de lobos marinos de un pelo (Otaria flavescens). Además, allí hay colonias de cormoranes de cuello negro o roqueros, gaviotas cocineras, y gaviotines sudamericanos, de pico amarillo y reales. El ingreso sólo es posible durante los horarios de bajamar, que se consultan en el periódico local o en las oficinas de turismo. En Valdés, las ubicaciones clave son Punta Pirámides y Punta Norte.
Aquellos con sangre aventurera pueden, también, elegir bucear o hacer snorkel en compañía de un puñado de cachorritos. Esta experiencia, que se realiza tanto en Madryn como en Valdés, pelea codo a codo con el avistaje embarcado de las ballenas. El único requisito es tener el coraje de sumergirse en estas aguas (con traje de neoprene) para vivir una aventura marina inolvidable.
*Snorkeling. Más info: madryn.travel.
4. PLAYA LARRALDE
Sin salir de Valdés, hay que alejarse 25 km de Puerto Pirámides para descubrir esta serena playa que se estira sobre las aguas del golfo San José. La pesca artesanal de pulpos y mariscos, y el paisaje desolado son dos razones para aventurarse –cuando el clima lo permite– por el camino de tierra que lleva hasta allí. Entre los pescadores se destaca la familia Signorelli que, durante generaciones, se dedicó a esperar a que la marea baje para descalzarse, sumergir los pies en el agua (haciendo caso omiso de las bajas temperaturas) y hurgar pacíficamente entre las rocas con un alambre como caña para capturar a estos simpáticos moluscos de ocho patas. Los preparan en escabeche, los sirven in situ y son una delicia.
5. CERRO AVANZADO EN 4X4
Con 102 m, es el punto más alto de la ciudad de Madryn. Este mirador natural regala espectaculares vistas 360° después de trepar sus empinadísimas cuestas en 4x4. La travesía no solo es una excelente aventura sino una oportunidad para descubrir la particular geografía de golfos, bardas y bahías que caracterizan a la costa chubutense. Además, el suelo del cerro está tapizado con plantas medicinales y con restos fósiles que lo convierten en un museo de fauna marina prehistórica a cielo abierto.
*Argentina Visión.www.argentinavision.com
6. FARO DE PUNTA DELGADA
Porque es uno de los pocos faros que no es automático –todavía existen dos turnos de fareros que se encargan de encenderlo y apagarlo– y porque a sus pies se detecta playa Arenal, minada de de rocas sedimentarias y de elefantes marinos, es que vale la pena llegar hasta estas latitudes. Estos inmensos mamíferos, que miden entre 4 y 5 metros y pueden pesar hasta 3.600 kilogramos, son capaces de bucear a mil metros de profundidad y permanecer bajo el agua durante más dos horas. Si bien se los puede ver todo el año, la población aumenta durante la primavera, estación que coincide con su época de reproducción. También se los encuentra en las reservas de Punta Loma, Punta Pirámides y Punta Norte.
*Punta Delgada.www.puntadelgada.com
7. VALDÉS EN BICI O A CABALLO
Existe otra manera de pasear por la península sin embarcarse. Si bien hay que estar en mejor estado físico, recorrerla en mountain bike o al paso pueden ser dos oportunidades para entrar en contacto absoluto con la naturaleza, cargar los pulmones con aire de mar y explorar los rincones inaccesibles o más vírgenes de esta porción patagónica. Quienes elijan pedalear la península deben saber que el 30 de octubre y el 20 de noviembre se celebrarán nuevas ediciones de Pedaleando con las ballenas, una travesía de dificultad media que recorre 70 km combinando bicicleta, trekking y kayak en playa Villarino.
*Tracción a Sangre.www.traccion-asangre.com.ar FBK: traccionasangre.peninsulavaldes.
8. PINGÜINOS Y ORCAS
Desde septiembre hasta marzo es la temporada del pingüino de Magallanes y se lo puede encontrar en varios escenarios: en la estancia San Lorenzo –área protegida en Punta Norte–; en la de reserva El Pedral, en Punta Ninfas, y en el Área Natural Protegida Punta Tombo, a 170 km al sur de Madryn, que aloja a la colonia continental más grande de América con casi un millón de ejemplares. En Punta Norte, su presencia coincide con la de las orcas, que hasta abril, llegan a la costa para alimentarse usando la técnica de varamiento intencional: se precipitan sobre la playa para alimentarse de las crías de lobos. Este comportamiento se registra sobre todo a partir de febrero, cuando la marea está alta y el mar calmo. Para no frustrarse, sepa que el avistaje de este delfín es muy distinto del de las ballenas francas. Las orcas son más ágiles y huidizas, y la caza de los lobos en un espectáculo que congrega científicos y fotógrafos de todo el mundo que abonan un permiso caro y muy codiciado –de hecho, ya no quedan cupos para este año– para utilizar las casamatas de observación que las autoridades provinciales montaron sobre la playa. Los turistas, en cambio, pueden verlo pero a una distancia considerable, que le resta atractivo. La buena noticia es que se está trabajando para reabrir los senderos que permitían aproximarse a los canales de ataque. Otro punto de encuentro con las orcas es Caleta Valdés, donde el objetivo de caza es el elefante marino. Pero, como se trata de un área muy extensa, el factor suerte es fundamental, y la posibilidad de verlas, bastante aleatoria.
9. MUSEO PROVINCIAL DE CIENCIAS NATURALES Y OCEANOGRÁFICO
Funciona en un chalet centenario que perteneció a Agustín Pujol –presidente del Honorable Consejo Municipal– y Anita Howell Jones. En 1972 se convirtió en un museo dedicado a la relación entre el hombre y la naturaleza. En sus nueve salas se exhiben ejemplares de la flora y fauna de la zona, material sobre de los pueblos originarios y los exploradores europeos. Son imperdibles el mirador apostado en una torre octogonal y la biblioteca, nutrida con libros de oceanografía.
*Museo Provincial Domecq García y José Menéndez. T: (0280) 445-1139.
10. EL PEDRAL
No queda en Valdés, sino en Punta Ninfas, a 70 km de Puerto Madryn, pero es un excelente bonus track. Construida en 1923, esta estancia histórica de ocho habitaciones se levanta a orillas de una inmensa playa de canto rodado flanqueada por acantilados. La costa es el palco perfecto para avistar las ballenas. El gran espectáculo sucede entre agosto y septiembre, cuando más se acercan a la orilla. Ocasionalmente, se ven orcas. La propuesta es combinar caminatas al atardecer, bañarse durante los meses de verano (la temperatura promedio del agua es de 19 °C), realizar alguno de los circuitos autoguiados, sumergirse en la lectura frente al hogar a leña o en el altillo de la casa y disfrutar de deliciosas comidas en familia. No dan ganas de alejarse demasiado de la estancia salvo para hacer alguna de las actividades que incluye la estadía, como la caminata entre pingüinos magallánicos en la propia reserva, la visita al faro de Punta Ninfas y el paseo entre los elefantes marinos que se asientan en sus playas.
*El Pedral. Punta Ninfas. T: (0280) 447-3043. C: (0280) 15 457-2551. www.reservaelpedral.com