El caso de Martita Stutz. La desaparición que paralizó al país, confesiones bajo tortura y cartas nunca respondidas
La Hiena humana. La escalofriante historia del hombre capaz de “matar por placer”
Felicitas Guerrero y Enrique Ocampo. Una historia de amor que terminó en tragedia (el femicidio que se convirtió en leyenda)
Asesinos. El sádico evadido que se ocultó en la casa de un proxeneta y masacró a una familia para poder violar a una adolescente
Narcos. El hombre que quiso fugarse de la cárcel en helicóptero y usó fortunas para ser protegido por la mafia policial
Asesinos. Escuchó en sueños la voz de su padre y mató a 42 mujeres para beber su saliva y convertirse en un poderoso chamán
Narcos. Mameluco, el zar de las drogas que quiso ser intendente y está acusado de ordenar homicidios desde la cárcel
Asesinos. De día, policía, y de noche, un letal vengador que admiraba a un personaje de Charles Bronson
Narcos. Los hermanos que llegaron de Perú, sembraron el terror a 100 cuadras de la Casa Rosada y se hicieron millonarios
Narcos. “La Reina Titi”, la peluquera salteña que comandó un ejército de traficantes y enviaba cocaína a Europa
Asesinos. Dijeron que su hijo había sido raptado y toda la comunidad se movilizó para buscarlo: lo habían matado y enterrado
Narcos. Empezó con una canoa y se convirtió en el rey de la marihuana, declaró contra un juez y se fugó para volver a su primer amor
Asesinos. Pedrinho Matador, el verdadero John Wick que mataba con tiros, cuchillos o las manos por una irrefrenable sed de venganza
Narcos. Ascenso y caída de “Dolarín”, el contador del crimen organizado al que mataron porque sabía demasiado
Asesinos. El loco César, el asaltante que no se conformaba con un buen botín, sino que tenía que matar a sus víctimas
Narcos. El proveedor de la cocaína del cetáceo que se convirtió en el Patrón del Norte con apoyo político y judicial
Asesinos. Quiso ser bajista y terminó como policía, fue al colegio con Fito Páez y le arrebató a las dos mujeres que más amaba
Narcos. El líder que se cree profeta y que transformó su banda en una multinacional del tráfico de drogas
Fructuoso Álvarez González. El asesino que mató a casi toda una familia y hasta el final buscó terminar con el último de los Bagnato
Narcos. El magnate que bombardeaba droga con el sello W y cayó 30 años después, por culpa de su pasión por los caballos
Asesinos. El depravado que violó a una mujer y a su hija en Núñez y creyó haber matado a ambas, pero se equivocó
Narcos. El excéntrico uruguayo que usaba la 10 en la espalda y convirtió la Hidrovía en la autopista de la cocaína
Asesinos. El “femicida de los jueves”, el lobo con piel de cordero que atacaba a empleadas de locales
Narcos. El adicto al póquer que construyó un gimnasio en medio del campo y producía cocaína con su familia en una mansión
Asesinos. El bandolero que aprendió a disparar primero para forjar su derrotero de despecho, odio y venganza
Asesinos. El ladrón que sembró el miedo en la avenida General Paz por atacar a mujeres con un martillo para robarles y matarlas
Asesinos. La bestia de casi dos metros que criaba canarios y mató a machetazos a su familia y a un vecino
Asesinos. El sicario que apostaba a la música y que encontró la muerte en la mansión de un juez
Asesinos. Los días finales en que la envenenadora de Monserrat y el cuádruple femicida de La Plata fueron vecinos
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