Sir Clive Sinclair cuenta cómo fueron los primeros pasos del equipo que permitió la llegada de la informática a los hogares en la década de 1980
Clive Sinclair parece bastante relajado respecto a eso de que él pudo haber acelerado la desaparición de la raza humana.
Su ZX Spectrum fue en gran parte responsables del surgimiento de toda una generación de programadores allá por los años 80, cuando su computadora y sus clones se convirtieron en superventas; en la Argentina con la CZ Spectrum que Czerweny Electrónica fabricaba en su planta de Paraná.
En aquel tiempo, Sinclair predijo que el software ejecutado en silicio estaba destinado a terminar con el "largo monopolio" de los organismos basados en el carbono como las formas de vida más inteligentes sobre la Tierra.
Así que parece que es pertinente preguntarle qué le parece la reciente advertencia del profesor Stephen Hawking respecto a que la inteligencia artificial podría significar el fin de la raza humana.
"Una vez que empezás a hacer máquinas que rivalizan y sobrepasan la inteligencia humana, va a ser muy difícil que podamos sobrevivir. Estoy totalmente de acuerdo", enfatiza. "No creo que sea necesariamente algo malo. Es sólo inevitable", agrega.
La cuestión siguiente es si los humanos deberían empezar a tomar precauciones. "No creo que se pueda hacer demasiado", responde. "Pero no es algo inminente y no puedo ir por ahí preocupándome por eso".
Su declaración es de alguna forma más relajada que la de 1984, cuando predijo que sería cuestión de "décadas y no siglos" para que se produjera el surgimiento de los computadores "capaces de hacer su propio diseño".
"En principio, podía ser frenado", advirtió en su momento. "Habrá quienes lo intenten, pero pasará en cualquier caso. La caja de Pandora está empezando a ser destapada".
La razón, afirma, es que no estamos usando los avances de la computación en todo su potencial. "Me parece que el progreso no avanza tan rápido. Si se ve lo que hacen las máquinas ahora, no es mucho más de lo que hacían antes".
Computadoras asequibles
Por supuesto, las computadoras de Sinclair llevaron a muchos a tomarle gusto a la "muerte cibernética".
Muchos cuarentones de la actualidad murieron mientras trataban de completar los juegos de Spectrum como Atic Atac, Jet Set Willy o Manic Miner.
Pero mientras esos títulos son recordados con cariño, es fácil olvidar que en 1982, Sinclair fue tomado en serio cuando aseguró que su tecnología estaba destinada a superar a la PC de IBM para convertirse en la dominante de la computación casera.
"Las computadoras caseras eran algo relativamente nuevo, pero muy caras, y lo que conseguimos fue hacerlas más asequibles rebajando el precio", recuerda. "Requerimos una enorme cantidad de innovaciones para rebajar el precio al nivel que queríamos… nueva arquitectura, nuevos programas, casi todo era nuevo".
Sinclair ya había tenido algo de éxito con el ZX80 y el ZX81, pero fue la Spectrum el que de verdad se convirtió en un fenómeno.
Los modelos originales contaban con tan sólo 16 kilobytes de memoria RAM y tardaban unos cinco minutos en cargar un programa desde una cinta de casete. Pero cambiaron la vida de muchos.
"Antes de los productos de Sinclair, las computadoras caseras eran kits por piezas con un par de LED y un teclado numérico", recuerda Mike Talbot, creador de decenas de juegos. "Las ZX sacaron las computadoras de los laboratorios y las hicieron un residente del dormitorio y el estudio del tamaño de un libro", agrega.
"La clave fue la ‘programabilidad’. Las computadoras de repente ofrecían una interminable serie de posibilidades, limitadas sólo por la imaginación y la habilidad para manejar los detalles técnicos", explica.
"Fue un momento de cambio para muchos en la industria tecnológica y trajo las subsiguientes décadas de emprendedores, start-ups y pensamiento innovador que fundamentalmente han cambiado la industria. El hecho de que pasase en Reino Unido, hace del país uno de los líderes tecnológicos del mundo".
"Carne muerta"
Incluso así, los modelos tenían sus cosas raras. Los gráficos sufrían de un problema con los colores que hacía que se mezclaran cuando dos objetos entraban en contacto.
Y algunos críticos han calificado las teclas de goma de los primeros modelos como "carne muerta".
"Son algo inusuales", reconoce Sinclair. "Estaba todo moldeado a partir de una sola pieza de goma. Era muy efectivo en costes pero algo extraño. A los usuarios parecía que no les importaba".
La caída en desgracia de Spectrum comenzó con el desplome del precio de los juegos por el sobrealmacenamiento en las tiendas, la falta de demanda del Sinclair QL, más enfocado en el trabajo y el infortunio de Sinclair Research con el C5, un vehículo eléctrico.
En 1986, escasa de liquidez, la empresa vendió la gama a Amstrad, de Alan Sugar, que agregó los reproductores de cinta integrados y los lectores de disquete, pero nunca hizo demasiado para desarrollar la tecnología hasta que la abandonó en 1992.
Incluso si hubiera optado por un camino diferente, Sinclair reconoce que Spectrum nunca tuvo verdaderas posibilidades de batir al PC en aquel tiempo. "El diseño de sus computadoras era abominable para nosotros", afirma. "Pero porque eran IBM se convirtieron en el estándar".
"IBM tenía una posición muy poderosa. No creo que hubiéramos podido ser un desafío".
Renacimiento del Spectrum
Sinclair se dedicó a desarrollar otras computadoras, en un intento de popularizar la idea de las "laptops", primero con la Z88 y después con la nunca comercializada Pandora, antes de abandonar.
Pero regresó al foco público por una exitosa campaña en búsqueda de financiación colectiva para crear Spectrum Vega. El proyecto consistía en crear una computadora de bajo coste que prometía tener preinstalados cientos de los juegos originales del Spectrum 48K y 128K.
"Es una manera de volver a llevar los juegos al dominio público", explica Sinclair.
La máquina no tiene un teclado físico, así que no sirve para programar.
Presentación del proyecto de la consola Spectrum Vega
Eso puede resultar una pena, seguramente el legado de Sinclair es que convirtió la programación en un entretenimiento. Pero, como señala, la Raspberry Pi sirve para cubrir un nicho de mercado.
"Es muy emocionante, creo que es tremendamente inteligente", dice. "El precio es fantástico, y así de repente muchos podrán volver a tener en sus manos el potencial de la computación y poder jugar con él, manipularlo y realmente entenderlo".
Sucesor del C5
Pese a su aparente entusiasmo, es de destacar que Sinclair no usa correo electrónico, navega la web o tiene una computadora. "No me gustan las distracciones", justifica. "Mi esposa está siempre conectada a la web, así que si necesito algo, ella amablemente me lo consigue", explica.
Prefiere, agrega, dedicar su tiempo a los vehículos eléctricos al señalar que está trabajando en una "muy radical" bicicleta con la que piensa revolucionar el mercado. Por supuesto, ya dijo lo mismo del C5 y de la motorizada Zike.
¿No será mejor que se dedique a la computación, sector en el que ha sido exitoso? "Bien, tal vez lo haga, sí", afirma con un no del todo convincente "tal vez".