¿Y si tu pareja instaló un software en tu teléfono para espiarte?
Se llaman “stalkerware” y a casi la mitad de los argentinos le preocupa que los más cercanos invadan su privacidad digital. Pero el uso de estos programas puede ser un delito que conviene denunciar, dicen los expertos; cómo detectarlos y qué hacer frente a esta situación
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PARA LA NACION
Al 48% de los argentinos le preocupa que en su teléfono la pareja instale stalkerware; o sea, programas espía. Revelado en el estudio Acoso Digital en las Relaciones, el dato de la firma Kaspersky, obtenido tras encuestar a 21.000 personas en 21 países, también muestra que para el 81% de los argentinos no es una conducta aceptable monitorear a su pareja sin su consentimiento. De todos modos, hay quienes piensan que ciertas razones justifican esta vigilancia; más de la mitad (55%) lo haría si creyeran que su pareja les está siendo infiel; 56% si está relacionado con su seguridad y 50% si sospecharan que están involucrados en alguna actividad delictiva.
Además, el estudio muestra que a 11% de los argentinos encuestados su pareja le ha solicitado que instalen una aplicación de monitoreo. “Hacer un pedido de este tipo es una aberración y un abuso extremo sobre los derechos fundamentales de las personas, por lo que es un pedido que no puede ser aceptado”, sostiene Beatriz Busaniche, presidente de Vía Libre.
Por otra parte, el 33% de los encuestados en América latina no sabe qué es el stalkerware. Miguel Sumer Elías, abogado especialista en ciberdelitos y director del bufete Informática Legal explica: “En la Argentina, por la ley 26.388, la utilización de este tipo de software con fines maliciosos puede desencadenar en una serie de conductas que están tipificadas como delitos en el Código Penal”.
Para instalar un stalkerware en nuestro dispositivo, la otra persona debe haber estado en contacto físico con el smartphone. De ser así, hay que comprobar los permisos de las aplicaciones instaladas; el stalkerware puede disfrazarse bajo un nombre falso, pero tendrá acceso sospechoso a los mensajes, registros de llamadas, localización y otras actividades personales. En tercer lugar, si las “fuentes desconocidas” están activadas en el dispositivo, podría ser una señal de que se ha instalado un software no deseado por parte de un tercero.
“Si alguien descubre o intuye que está siendo espiado, debe asesorarse jurídicamente y realizar la denuncia penal correspondiente en una fiscalía especializada en ciberdelitos o en la comisaría más cercana”, señala Sumer Elías. Y comenta que, para que la investigación o acción legal pueda desarrollarse favorablemente, es recomendable no desinstalar la app y resguardar toda la evidencia digital con algún perito informático, más un escribano público que labre un acta de constatación de todo el procedimiento de resguardo.
Por último, Andrea Fernández, gerente general de Kaspersky para el sur de Latinoamérica, concluye: “Es buena idea contactar a las autoridades locales y organizaciones que apoyan a las víctimas de la violencia doméstica, para que ayuden y planifiquen la seguridad de la víctima”.
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