Wordle en español: así creó el colombiano Daniel Rodríguez la versión en castellano del juego del momento
Wordle es el juego de moda en Twitter; nació en EE.UU. a principios de año, pero desde hace una semana ya cuenta con una edición en español
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Desde los primeros días del 2022, muchos usuarios de internet se están sorprendiendo con un mensaje un tanto críptico que comparten algunos contactos, con recuadros de colores y un extraño código con números.
Se trata de Wordle, el juego online del momento. Con elementos clásicos del ahorcado y los crucigramas cuenta con reglas bien sencillas, que hacen de la propuesta un boom: en seis intentos, hay que adivinar una palabra de cinco letras.
Ahora, uno de los factores de éxito es el formato propuesto. Después de introducir la palabra y pulsar Enter, las letras de la palabra propuesta se colorean. ¿Cómo? En verde si hay acierto de letra y lugar, en amarillo si la letra está correcta pero o en otro lugar, y sin colores si la letra n está en la palabra. Todo esto con una estricta restricción: una palabra por día y jugador. Breves partidas diarias de tres minutos son una buena dosis de entretenimiento que a la vez no permiten excesos. Todo esto, con un diseño simple que no intenta vender nada, no recaba datos y permite compartir los resultados en redes sociales con un toque enigmático, hacen del juego un imán.
Wordle (en su versión original en inglés) nació como un regalo del ingeniero de software Josh Wardle a su pareja para pasar el tiempo en la pandemia (con guiño al apellido incluido). Luego se fue extendiendo por WhatsApp a familiares y amigos, mostrando toda su capacidad de viralización: en diciembre, a dos meses de lanzarse, 300.000 personas los jugaban cada día.
La adaptación al español estuvo a cargo del programador colombiano Daniel Rodríguez, que trabaja como ingeniero de software en Austin, Estados Unidos. Si bien su foco son infraestructuras de análisis de datos para empresas, sus conocimientos básicos de JavaScript le permitieron lanzar el 6 de enero la versión en español: el primer día del lanzamiento de Wordle en español 1000 personas accedieron a él. Al 10 de enero fueron 65.000 personas las que jugaron. El país donde más se utiliza es en España, con un 88%; segunda está la Argentina, con un 3% de las visitas.
Wordle EN ESPAÑOL: https://t.co/tHACgCjuIv
— Daniel Rodriguez (@danielfrg) January 5, 2022
“Me sorprendió mucho que se empezara a usar tanto en tan poco tiempo, a la versión en inglés le va muy bien también, así que tiene sentido. Los cuadraditos de colores generan esa curiosidad”, explica y agrega que la versión en inglés ni siquiera pone link al juego, de modo que la primera vez que lo vio le tocó buscar de qué se trataba: “Decidir poner el link para diferenciar las opciones entre idiomas, y que las personas lo pudiese encontrar más fácilmente.”
Rodríguez descubrió el juego a finales del año pasado y le gustó su sencillez y mecánicas. “Imaginé que alguien iba a lanzar una versión en otros idiomas pronto. pero al ver que nadie lo hacía en español decidí hacer una versión sencilla. para ver si el las mecánicas del juego funcionan bien en otro idioma. Puse un tweet a mis pocos seguidores y para mi sorpresa se volvió popular al día siguiente”.
El desafío no fue particularmente difícil para el programador, aunque su foco no sean las páginas web. “El juego tiene reglas sencillas, entonces sólo fue cuestión de sentarme un par de tardes a pulir detalles”, destaca.
En cuanto a la elección de palabras, Rodríguez curó una lista de unas quinientas. “Las palabras las escogí manualmente de la lista de todas las posibles para que el juego tuviera más sentido en lugar de que fuera totalmente aleatoria. Por ejemplo “ñizca” es una palabra válida, pero estoy seguro que pocas personas la conocen y el juego perdería un poco de sentido. Después las puse de forma aleatoria. Las puedo ir cambiando, de hecho el domingo pasado la palabra era TITAN porque se estrenaba la última temporada de una serie de animé popular. Así que ojalá se puedan hacer más guiños interesantes”, subraya.
Volver a las raíces
Para Rodrígez, el éxito viral del juego tiene varias aristas. “Parte del diseño del juego hace que sea atrapante, por ejemplo, que sea solo una palabra al día y la misma para todo el mundo ayuda a que se genere algo de competitividad tonta, por ver cuál de tus amigos o familiares lo logró en menos intentos, o quien la falló ese día”.
Es cierto que también genera algo de curiosidad saber qué es lo que todo el mundo está hablando con los cuadraditos de colores. “Que sea fácil compartir con solo texto e iconos hace que se pueda enviar por WhatsApp, Twitter o cualquier método. Finalmente, no te pide descargar nada, o crear una cuenta, o poner tus datos, todos con un teléfono celular pueden jugar”, explica.
Por la sencillez de su interfaz, por no pedir registro ni mostrar publicidad ni almacenar datos de sus usuarios, recuerda aquellos juegos de los primeros tiempos de internet, alejados de una actualidad marcada por el big data, seguimiento de datos, publicidad a medida y entornos inmersivos y adictivos.
“Aunque el juego quiere atraparte y hacerte volver al día siguiente a jugar la palabra del día, lo hace sin ninguna intención, no quiere sacar nada de vos. En un mundo en que constantemente tenemos empresas de tecnología compitiendo por hasta el último minuto de nuestro tiempo espero que experiencias como Wordle sean diferentes. No busca que pases tres horas en él mientras monetiza “, reflexiona.
Rebelde con causa
Para Rodríguez, el juego propone explícitamente una experiencia de internet 1.0, a la que muchos quieren volver. “Un internet con el que muchos crecimos y que tenía muchas cosas que tal vez debamos rescatar hoy en día. Se siente diferente para todos los que consumimos internet en la actualidad ver que existe un intercambio más equivalente o que incluso el juego te da más de lo que vos le das a él”.
La monetización no está en los planes del ingeniero colombiano. “Como a todos me gusta el dinero y me gustaría tener más, pero afortunadamente tampoco lo necesito con urgencia y mantener el juego no me cuesta mucho de momento. Si fuera algo en lo que invirtiera muchas horas y me costara mantener, posiblemente buscaría una forma de recuperar ese dinero”, enfatiza.
Aunque admite no ser el defensor de ninguna causa en particular, considera que no todo tiene que monetizarse. “Es un juego de adivinar una palabra, ya está, algo que hacés mientras tomás café y te deja seguir tranquilo. Es poco frecuente encontrar empresas que tengan alguna iniciativa y no quieran ganar dinero o posicionamiento de marca con ella. Entonces tal vez nos toca a las personas normales mostrar que se puede hacer cosas diferentes”.
Respecto del futuro del juego, Rodríguez señala que algunas mecánicas podrían cambiar, pero con cuidado de no dañar el espíritu original que tiene. “La idea era poder compartir el juego y hacer que llegue a más personas. No hay más planes aparte de arreglar algunas cuestiones de accesibilidad para que más gente pueda jugar”. Y cierra: “El Wordle también pasará de moda, pero ojalá vengan experiencias similares. Yo por ahora no me planteo adaptar más juegos”.
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