Videojuegos en peligro de extinción: pueden tener millones de usuarios, pero todavía no hay una forma universal para preservarlos y evitar que desaparezcan
Los expertos en el mundo de los videojuegos advierten de la desaparición de múltiples títulos que ya no están disponibles; el desafío de preservarlos no es sólo tecnológico; también hay un escollo legal
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Tal como si fuesen especies de la flora y la fauna, los videojuegos también son susceptibles de desaparecer de la faz de la tierra a través del paso del tiempo. De hecho, casi nueve de cada 10 juegos estadounidenses desarrollados antes de 2010 son difíciles de conseguir para los jugadores ocasionales, y solo el 13% del historial de juegos está archivado en bibliotecas de ese país en este momento gracias a sus reediciones.
Estos datos se desprenden de un estudio realizado por la Video Game History Foundation (VGHF) y el Software Preservation Network, que es una organización que tiene la intención de promover la preservación del software a través de la acción colectiva. En la investigación, ambas organizaciones encontraron que el 87% de estos juegos no están a la venta y se consideran en peligro crítico debido a su falta de disponibilidad generalizada.
El documento señala que acceder a casi 9 de cada 10 juegos clásicos es prácticamente imposible. En tal sentido, aquellos que quieran experimentar estos títulos deben buscar y mantener juegos en su estado físico, pero también deberían tener el hardware de su momento. Para poner en contexto, según datos de Trending Economics, la consola más vendida en toda la historia es la PlayStation 2 que, con 155 millones de unidades comercializadas, fue lanzada en el año 2000, comparada con la PlayStation 5, que se comercializa desde noviembre de 2020, y acaba de superar los 40 millones en ventas globales.
Los museos, la industria y los coleccionistas
“La situación es tremenda. Si bien dentro de la industria ya se viene pensando en este tema, hay conciencia solo en determinados sectores. Por ejemplo, hay museos que vienen planteando lo difícil, pero necesario, que es preservar este tipo de arte electrónico”, explica María Luján Oulton, que es productora cultural y curadora de videojuegos. Actualmente es directora del festival Now Play This en Londres, cofundadora de GAIA (Game Arts International Assembly) y coeditora de los cuadernos de Game Studies de la Universidad de Palermo.
Entre las entidades que menciona Oulton y que están trabajando sobre el tema están los museos de arte MoMA y Smithsonian. “En el ámbito cultural hay mayor conciencia sobre esta problemática que en la industria de los videojuegos”, relata la especialista. Específicamente, hace una década el MoMA decidió exponer videojuegos como Tetris y Pac-Man alegando que son piezas de diseño interactivo.
Sergio Rondán, editor de la revista impresa Replay, que aborda desde hace 7 años temas vinculados a la conservación y preservación de los videojuegos en Argentina, menciona que hay muchos coleccionistas que prácticamente cuentan con todo el catálogo de PS2, Wii, PSP y otras consolas de esa época. Muchos de ellos, como MetalJesusRock, muestran sus colecciones a través de sus canales de YouTube, en donde tienen miles de seguidores de todo el mundo. “Ellos podrían prestar por un tiempo los CD y cartuchos con juegos para que sean digitalizados y así puedan estar disponibles al público en general, pero realmente no tienen voluntad de hacer esto. Además, en Argentina y en Estados Unidos no hay legislación sobre la preservación de videojuegos”, cuenta.
Rondán se entusiasma al contar que la historia de los videojuegos en Argentina comienza con primeros arcades en los años 70. “Luego fueron prohibidas por ser consideradas máquinas de azar, y en los 80, mientras no podía haber salas de juego en la Ciudad de Buenos Aires, explotaban estos locales en la Costa Atlántica. Hoy muchas de esas máquinas se han perdido, y otras tantas están en manos de los coleccionistas”, comenta, e invita a quienes tengan videojuegos de aquella época a contactarse con él, ya que forma parte de una comunidad que trabaja para digitalizarlos y preservarlos.
El problema (i)legal de la preservación
La conservación y preservación de los videojuegos es un tema complejo porque la producción de títulos es tal que existe muchísimo material por almacenar. “Sin embargo, me parece relevante que determinadas instituciones como museos y bibliotecas puedan garantizar la perpetuidad de los videojuegos”, agrega Oulton. En tal sentido, las bibliotecas podrían digitalizar los juegos y ofrecerlos al público en general a través de una sección online de ludoteca, como hace el Internet Archive hace tiempo.
La curadora explica que “el problema es que al conservar al videojuego de esta manera, se lo está pirateando porque, en verdad, se está desarrollando un emulador para conservarlo o bien se le están aplicando otros métodos e intervenciones al código fuente, y eso es ilegal”, explica la experta, y propone que, a determinadas organizaciones como ONG con fines culturas e instituciones afines se les permita actuar en esta línea, sin que caigan en una falla legal.
Mientras en Estados Unidos y Argentina no hay legislación al respecto, otras naciones ya están actuando. El gobierno de España, a través del Ministerio de Cultura y Deporte realizó cambios para incorporar a los videojuegos como nueva tipología documental objeto de depósito legal, favoreciendo su conservación desde el año pasado. Así es como todos los videojuegos creados en ese país tienen que ser remitidos para su conservación física en la biblioteca nacional para garantizar el legado de este objetivo cultural, de una forma similar a lo que sucede con películas y libros. En simultáneo, en Estados Unidos, la Asociación de Software de Entretenimiento (ESA, por sus siglas en inglés) viene insistiendo en la necesidad de preservar los juegos a través de herramientas como los permisos de derechos de autor y el alquiler de videojuegos digitales.
Mientras tanto, los fabricantes de consolas prefieren mirar para otro lado y, de hecho, desde PlayStation prefirieron no hacer declaraciones sobre este tema. Al respecto, Rondán concluye: “Los videojuegos conforman un patrimonio que vale la pena preservar, pero lamentablemente no veo que esto sea posible por varios motivos: las empresas están detrás de sus derechos de propiedad intelectual, por lo que no les interesa que los juegos estén disponibles para todos. Hay fabricantes de consolas que persiguen a quienes digitalizan juegos, e incluso Nintendo ha mandado a dar de baja muchos sitios que recopilaban videojuegos. Por otra parte, no se me ocurre cómo puede existir un website que almacene más de 5000 títulos”, se lamenta Rondán, y espera que en algún momento universidades, el ministerio de Cultura y la comunidad en general se interesen por preservar estos desarrollos lúdicos que son parte del patrimonio cultural.
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