Videoconsulta veterinaria. Una modalidad que nació en pandemia y no para de crecer
Como no hablan, el diagnóstico se complica, pero la visita virtual es un buen complemento para reducir el estrés de ir al vet; testimonios
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Ana tiene dos gatas, Nana y Nikita. Antes solía llevarlas al veterinario, pero desde el inicio de la pandemia, y para cumplir con las normas de distanciamiento social, empezó a realizar consultas veterinarias con un profesional de su confianza, y notó a que sus mascotas ya no están expuestas al estrés que implica trasladarse al centro de atención.
Después del furor de las videoconsultas que permiten a los pacientes humanos acceder a una cita con un médico sin ir al consultorio, se incrementó también la tendencia de la teleconsulta para mascotas.
Gracias a ciertas tecnologías, hay una gama completa de propuestas vinculadas a la telesalud veterinaria. Por ejemplo, imágenes radiográficas, microscópicas y de ultrasonido digitalizadas que pueden enviarse por internet; monitoreo remoto; interconsultas; seguimiento de grandes animales con microchips implantados; drones, e incluso bebederos inteligentes.
No es otra foto de gatos
Los entrevistados por LA NACION aclararon en reiteradas oportunidades que la videoconsulta veterinaria es un recurso valioso, pero solo para casos puntuales. Melisa Osores, médica veterinaria que trabaja como coordinadora y directora general de VETonline, una red de profesionales para la atención de mascotas a domicilio y asesoramiento online, destaca que, básicamente, la videoconsulta se orienta a dos áreas: asesoramiento primario de atenciones clínicas y seguimiento especializado sobre la base de un conocimiento presencial previo.
“El volumen de videoconsultas viene creciendo por varios motivos. Básicamente, los tutores de los animales eligen esta modalidad por comodidad, para resolver una cuestión lo antes posible con sus mascotas y para tener una segunda opinión sobre un diagnóstico hecho por otro colega –resume Osores–. Los motivos más frecuentes de consulta online son el obtener información para el cuidado pediátrico y el seguimiento de cuestiones dermatológicas y gastrointestinales”, señala, y agrega que la videoconsulta se hace a través de WhatsApp y tiene un costo de 1300 pesos.
Para llevar a cabo esta práctica profesional, los veterinarios también se valen de fotografías y videos. “Por ejemplo, si el motivo de la consulta es que el animal renguea, primero vemos la filmación de la mascota caminando y corriendo”, ilustra Osores. En tanto, Leonardo José Sepiurka, vicepresidente de la Sociedad de Medicina Veterinaria de la República Argentina (Someve), explica que en los gatos la consulta online permite ver al animal en su estado natural, y no estresado debido al traslado y el encierro.
Precauciones
La Asociación Mundial Veterinaria (WVA) difundió un documento en el que señala que, si bien la telemedicina puede contribuir al bienestar de los animales, “no debe sustituir a la consulta presencial tradicional”.
En tal sentido Sepiurka observa que los avances tecnológicos impactan directamente en la labor de los veterinarios. “Entre colegas usamos videollamadas y videoconferencias para realizar interconsultas, seguimientos y ateneos. De todos modos, las mascotas requieren la presencialidad, excepto casos puntuales, ya que siempre es mejor palpar, examinar y hasta oler al animal”.
Sin embargo, frente a la posibilidad de la cita a distancia, muchos adultos tienden a tener conductas distintas comparado con la instancia presencial. “Hay tutores angustiados que envían por WhatsApp una foto o una radiografía con la ansiedad de saber qué le pasa a su mascota, pero si bien la telemedicina es un recurso muy valioso y sirve para que el profesional se acerque al diagnóstico, lo cierto es que el contacto directo con el paciente define los procedimientos”, asegura Sepiurka, y comenta que, además, es habitual apelar a métodos complementarios como ecografías y análisis clínicos, entre otros, que no es posible obtener de forma virtual. Con todo, algunos de estos métodos de diagnóstico hoy pueden realizarse directamente en el domicilio donde habita la mascota.
De cara al futuro los entrevistados piensan que el volumen de teleconsultas seguirá en aumento. En el nivel global, la consultora Grand View Research espera que el mercado de telesalud veterinaria alcance los 546,8 millones de dólares en 2030, lo que implica una tasa compuesta anual del 17,6% entre 2022 y 2030. “Un aumento en la adopción de los servicios de telesalud entre los dueños de mascotas, junto con la creciente prevalencia de enfermedades animales, son algunos de factores clave para el crecimiento del mercado”, sostiene el estudio.
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