Usaron Legos para crear una bioimpresora capaz de imprimir piel humana, y quieren que todos los laboratorios tengan una
Unos científicos, cansados de no poder acceder a estos equipos por el alto costo que tienen, construyeron una alternativa con los ladrillos de plástico, y ofrecen una explicación detallada para que todos los laboratorios del mundo puedan recrearlo
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Son muchos conceptos en un mismo título, así que vamos por partes.
Sion Coulman, Chris Thomas y Oliver Castelli son tres investigadores de la Escuela de Ciencias Farmacéuticas de la Universidad de Cardiff. Y en un artículo de The Conversation explican cómo usaron Legos (los ladrillitos plásticos nacidos en 1949 en Dinamarca) para crear una máquina (hecha de plástico) capaz de imprimir piel humana. Y quieren que cualquier laboratorio del mundo pueda replicar su invento, así que ofrecen los planos y todo.
Los autores del texto explican que acceder a tejido humano para experimentar con nuevos tratamientos y medicamentos es complejo: siempre fueron una rareza (incluso con donaciones voluntarias), pero las dificultades para obtenerlo para investigaciones biológicas crecieron en los últimos años, por lo que optaron por poner manos a la obra y crear su propia fuente de tejido. “Es por eso que decidimos abordar el problema construyendo nuestra propia impresora de bajo costo y de fácil acceso capaz de crear muestras de tejido humano utilizando uno de los juguetes más populares del mundo”, explican en el texto.
De lo que se trata, afirman, es de darle una vuelta de tuerca a la bioimpresión: “esta tecnología consiste en cargar “biotinta”, que contiene células vivas, en un cartucho. Eso, a su vez, se carga en la bioimpresora. Una vez programada, la bioimpresora imprime la biotinta cargada de células para formar estructuras 3D que tienen como objetivo replicar la compleja formación de tejido biológico. A diferencia de los cultivos de células bidimensionales cultivadas en placas, en los que la mayoría de nosotros todavía dependemos para gran parte de nuestra investigación, las bioimpresoras permiten a los científicos cultivar células en tres dimensiones. Y eso replica mejor la intrincada arquitectura de la biología humana. En otras palabras, la tecnología de bioimpresión permite a los investigadores crear modelos más comparables para estudiar tejido sano y enfermo.”
Las bioimpresoras son muy costosas (con precios que se miden en decenas de miles de dólares), así que los investigadores se pusieron a buscar alternativas. Sabían que alguien ya había hecho con Lego una impresora 3D convencional (donde una resistencia derrite un filamento de plástico y va depositando el material con muchísima precisión para crear una estructura tridimensional), así que algunos aspectos de la bioimpresora (sobre todo, un motor de movimientos precisos) ya estaban resueltos.
Los investigadores usaron Legos comunes, piezas mecánicas de Lego Mindstorms (los kits programables de la firma danesa) y elementos presentes en cualquier laboratorio: invirtieron 500 libras (623 dólares) y lograron una bioimpresora con la precisión suficiente como para producir material biológico con la calidad deseada.
“Una boquilla expulsa una sustancia similar a un gel, que está llena de células, sobre un plato. En el corazón del dispositivo se encuentra una mini computadora Lego Mindstorms. Este dispositivo mueve el plato hacia adelante y hacia atrás y de lado a lado, mientras mueve la boquilla hacia arriba y hacia abajo mecánicamente al tiempo que extrude el gel lleno de células. Estos movimientos programables construyen capas de células para replicar la estructura 3D del tejido humano, capa por capa”, explican en el texto, al tiempo que dan detalles para que otros repliquen su trabajo.
“Queremos que nuestra bioimpresora Lego permita a los científicos realizar investigaciones innovadoras porque, en última instancia, conducirá a una mejor comprensión de la biología y mejorará aún más la salud humana”, dicen los tres creadores de la impresora de piel humana hecha con Lego.