Usan avatares e inteligencia artificial para detectar, en una neurocirugía, las zonas del cerebro dedicadas a reconocer emociones
Una nueva técnica permite, en neurocirugías con el paciente despierto, detectar en ese cerebro dónde están las zonas dedicadas al reconocimiento de emociones y otras tareas cognitivas, de tal forma de evitarlas al retirar un tumor y asegurar una mejor sobrevida para la persona operada
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La inteligencia artificial (IA) promete revolucionar el campo de la medicina. Por ejemplo, se está explorando con éxito su aplicación en la detección y reconocimiento de emociones durante la cirugía cerebral. Este avance promete mejorar la calidad de vida de los pacientes, y en la investigación, que está liderada por un equipo español, participan neurocirujanos de Argentina y Francia.
El neurocirujano Matías Baldoncini, de la Universidad de Buenos Aires, forma parte del equipo que está avanzando en este campo, y explica que la innovación se llama e-motions. Se trata del primer test de inteligencia artificial en cirugía cerebral diseñado para el reconocimiento de emociones. Para funcionar utiliza animación en 3D inspirada en actores profesionales y crea estados emocionales complejos que permiten a los pacientes ponerse en el lugar del otro y predecir la emoción. Durante la cirugía cerebral, especialmente en procedimientos realizados con el paciente despierto, esta prueba brinda a los neurocirujanos una herramienta para evaluar la capacidad del cerebro de detectar y expresar emociones.
Baldoncini, que es neurocirujano en el hospital Petrona Villegas de Cordero, en San Fernando, en el Instituto Neurológico de Buenos Aires (INBA), y opera en los centros quirúrgicos de los sanatorios Mater Dei y Sagrada Familia, explica que él, junto a su colega rosarino Ignacio Barrenechea, están colaborando en el diseño del test creado en España por el neurocirujano Jesús Martínez-Fernández: “Nuestro país es uno de los centros para llevar a la práctica este test en pacientes. En concreto, la herramienta permite saber, cuando uno estimula la corteza cerebral en el marco de una cirugía de tumor cerebral, si el paciente preserva la capacidad de reconocer emociones. Para eso, el test consiste en mostrar rostros humanoides creados por IA, que expresan emociones como alegría, tristeza o enojo. Antes de IA se usaban videos, pero se requería el permiso de los actores o personas que aparecían en ese material. Como ahora estamos usando avatares creados por nosotros a partir de actores reales, el uso es libre”, cuenta.
Baldoncini comenta que el sistema ahora está en fase de prueba en Europa, y hasta el momento se ha utilizado en una docena de pacientes. Se empleó por primera vez en España el 1ro de febrero y permitió la resección de un tumor comprobando en vivo cómo afectaba el procesamiento emocional. Actualmente el test se encuentra en proceso de validación en cinco idiomas diferentes: español, francés, italiano, portugués y polaco.
“En Argentina no lo estamos utilizando porque no es habitual que realicemos cirugías en el hemisferio derecho del cerebro, que es donde está involucrado el procesamiento de las emociones. Pero este año seguramente realizaremos la primera intervención en nuestro país”, adelanta, y agrega: “Lo novedoso de esta técnica de cirugía con pacientes despiertos es que antes se utilizaba para mapear la función motora, y ahora también podemos hacerlo con las emociones”.
El neurocirujano comenta que los primeros resultados del test e-motions son alentadores, y se espera que esta tecnología revolucionaria pueda ser aplicada en futuras cirugías cerebrales. “El objetivo principal es permitir la operación de lesiones cerebrales, como tumores, preservando áreas involucradas en la empatía y la detección de estados emocionales en otros seres humanos. Esta habilidad es esencial para profesionales de diversas áreas, desde psicólogos hasta profesores, ya que les permite comprender y conectar mejor con sus pacientes y alumnos”, explica Baldoncini.
Según este médico de 38 años, e-motions marca un importante avance en la llamada “cognición social”, que se refiere a la capacidad de las personas de relacionarse y comprender las emociones de los demás. “Esta habilidad fundamental para las interacciones humanas se basa en la capacidad del cerebro para mentalizar, es decir, ponerse en el lugar del otro y predecir sus emociones. Al preservar y evaluar estas áreas cerebrales durante los procedimientos quirúrgicos, se busca asegurar que los pacientes conserven esta capacidad vital”, ilustra.
De cara al futuro, vaticina: “Hace muchos años el objetivo de los procedimientos neuroquirúrgicos era que el paciente sobreviviera. Con el paso del tiempo, se empezó a buscar que el paciente pueda vivir con el menor déficit posible. Hoy, se habla no solo de preservar las funciones vitales, visuales y sensitivas, sino que se está tratando de resecar tumores, manteniendo las funciones superiores como la capacidad de sentir emociones, para evitar que el paciente luego quede alejado de la sociedad”.