Una primera aproximación a Windows 7
Probamos la versión Release Candidate (candidato para lanzamiento) del próximo sistema operativo de Microsoft. De primera mano, las nuevas herramientas -y las mejoras respecto de Vista- que tendrá W7 cuando salga a la venta, el 22 de octubre
Microsoft está haciendo una apuesta: recuperar el interés de los usuarios que no quedaron conformes con Vista, y atraer a los que prefirieron quedarse con el veterano y fiel XP. Por eso pondrá a la venta en todo el mundo, el próximo 22 de octubre, su nuevo sistema operativo, llamado Windows 7.
Con esta perspectiva es que la compañía puso a disposición de los usuarios, gratis, una versión en desarrollo del Windows 7, para que tengan un acercamiento sobre cómo será el sistema operativo de Microsoft. Es una versión provisional, conocida en la jerga informática como Release Candidate (RC), es decir, candidata a ser la edición final por su grado de madurez (ver recuadro para las instrucciones sobre su descarga).
Aunque de aquí a octubre algunas cosas pueden cambiar, el trabajo grueso está resuelto y este RC sirve para tener un panorama de lo nuevo que ofrece Windows 7 (W7).
Según Microsoft, los requerimientos mínimos son un procesador a 1 GHz, 1 GB de RAM, 16 GB libres en el disco rígido y una placa de video con 128 MB de memoria y gráficos DirectX 9 para habilitar el tema visual Aero. Lo probamos en varios equipos, algunos relativamente modestos, pensados en 2005 para Windows XP, pero con 2 GB de RAM. Y aun en ellos obtuvimos una muy buena experiencia.
La instalación, como en versiones anteriores, es muy sencilla y al poco tiempo de iniciar el proceso estuvimos frente al Escritorio de Windows 7. Durante la instalación nos ofreció conectarse a los servidores de Microsoft para descargar actualizaciones; aunque esto puede demorar el acceso final a nuestro Windows, es recomendable hacerlo, ya que así se instalarán parches de seguridad. Más tarde (cuando estaba iniciada la sesión) W7 buscó por su cuenta los drivers de video, audio y monitor del equipo.
El entorno gráfico con el que el usuario se encuentra no difiere, a primera vista, de lo que puede encontrarse en Windows desde la versión 95 ni en OS X o las principales distribuciones de Linux: una barra con el botón del menú principal y algunos iconos en el Escritorio.
Lo que en una segunda mirada será notorio es que dos cosas cambiaron desde Windows Vista. Primero, la barra vertical donde se ubicaban los gadgets (Sidebar) desaparece; ahora estas pequeñas aplicaciones se ubican sobre el Escritorio, donde lo prefiera el usuario.
El otro gran cambio está en la Barra de tareas, elemento base de Windows desde la edición 95. En su versión tradicional (que sigue disponible en W7) cada ventana ocupa su lugar en la barra; cuando ésta se llena los elementos de una misma aplicación se agrupan en un único botón. Pero Microsoft le dio una vuelta de tuerca a este lugar clave para cualquier usuario. El resultado es muy bueno, es fácil de acostumbrarse a él y realmente aprovecha el espacio disponible.
¿Qué han hecho en Redmond para lograrlo? Para empezar, ya no hay distinción entre los accesos directos de Inicio Rápido y las aplicaciones en uso. Todos aparecen de la misma manera, como un icono en la barra, y combinan sus acciones (abrir una aplicación, minimizarla o traerla al frente). Pero si tenemos varias ventanas de una misma aplicación (fotos, documentos, etcétera) todas quedan, siempre, bajo el mismo icono.
Basta con mover el puntero del mouse sobre el icono de esa aplicación en la barra de tareas para ver un listado de las ventanas abiertas y elegir la que queremos traer al frente. Incluso es posible cerrarlas con un clic desde ese listado. Si tenemos una placa de video compatible se muestra una miniatura en vivo de cada ventana y su silueta en el Escritorio. Podemos hacer que un programa quede siempre anclado a la barra, y en las aplicaciones que ya fueron desarrolladas con esta función en mente vemos un listado de tareas comunes.
Por ejemplo, el Internet Explorer muestra, en ese menú emergente, los últimos sitios visitados; el Explorador de Windows, los archivos y las carpetas que visitamos con más frecuencia (esos destinos también se pueden anclar al menú emergente); el acceso de Windows Media Player , los últimos discos que reprodujimos. Cambiar el orden de las aplicaciones en la barra es sencillísimo, basta con mover los iconos con el mouse.
Los iconos al lado del reloj quedan ocultos en un menú desplegable, como ya sucedía en versiones anteriores; es posible definir, aplicación por aplicación, cuál aparecerá en el área de notificaciones y cuál quedará oculta. Un practiquísimo agregado es la inclusión de un botón para minimizar todas las aplicaciones y mostrar el Escritorio. Esto no es nuevo, claro, pero ahora queda al lado del reloj y no ocupa lugar en la barra de inicio rápido.
Nos encontramos también con cambios que en general son más un ajuste sobre lo que ofrecía Vista, pero aun así son bienvenidos. Por ejemplo, en el Explorador hay un nuevo panel de vista previa para los archivos soportados (imágenes, documentos, etcétera); los que son multimedia se pueden reproducir dentro del mismo panel. Las carpetas de usuario ( Mis documentos , por ejemplo) ahora son bibliotecas, y pueden abrevar de más de una fuente (es decir, de varias carpetas), lo que facilita reunir archivos en un mismo lugar virtual. Y en el menú Inicio ya no hay un único elemento para ver los archivos abiertos recientemente, sino que esta opción aparece en cada aplicación: documentos al lado del procesador de texto, fotos junto a un editor de imágenes.
En términos generales, el sistema anda bien; es más ágil que Vista y los ajustes bien valen una actualización a partir de octubre. Los usuarios de XP son los que más ganarán con este cambio, aunque posiblemente sólo se justifique la migración si también se está pensando en un equipo con nuevo hardware o se instalará en una computadora medianamente reciente, sobre todo para aprovechar las bondades visuales de Windows 7.
Todavía es temprano, sin embargo, para entrar en las eternas discusiones sobre si esta versión supera, iguala o pierde frente al OS X de Apple, o a los últimos entornos gráficos disponibles para Linux; variará con cada usuario, con su dependencia de ciertas aplicaciones y la compatiblidad, el talón de Aquiles del Vista. Y aunque falta ver cómo se comportará la versión final de W7 en el día a día, la RC nos ha dado hasta ahora una experiencia estable y robusta.
Por la recepción que está teniendo entre los usuarios que están probando el Release Candidate , Microsoft realmente parece estar resolviendo los problemas que tenía Vista y pensando cómo mejorar el uso de su sistema operativo.
Cómo obtener la versión de prueba
En www.microsoft.com/latam/windows/windows-7/download.aspx es posible descargar el archivo de instalación del Windows 7 RC, que es de uso gratis y será funcional hasta el 1° de junio de 2010 (aunque a partir de marzo próximo se reiniciará cada dos horas). Sólo se necesita una cuenta de Hotmail, una conexión de banda ancha y un poco de paciencia para descargar el archivo ISO de 2,46 GB. Este debe grabarse en un DVD (usando la opción de grabación de imagen de disco en la aplicación que permite quemar DVD).
Hay que tener en cuenta que la versión del RC es Windows 7 Ultimate, y por lo tanto ofrece herramientas que no estarán en las otras versiones (Starter, Home Basic, Home Premium, Professional y Enterprise).