Una pareja no vidente conoció el rostro de su beba gracias a la impresión de una ecografía 3D
Una idea rondaba desde hacía tiempo en las cabezas de Mario Pelizzari y Ricardo Ledesma, médicos del área de ecopediatría del Instituto Oulton de Córdoba: llevar al plano físico las ecografías 4D y 5D que realizan a diario, pero sin caer en un mero experimento comercial. Para ambos especialistas, el fin tenía que ser humano, tener un propósito concreto y no el de representar un simple souvenir para futuros padres.
Cruzar caminos con Daniel Iturria y Silvina Ibarra, pareja de no videntes que espera el pronto nacimiento de su primera hija, significó para Pelizzari y Ledesma la oportunidad de ejecutar su idea, que culminó en la impresión 3D del rostro de la beba de 29 semanas para que sus padres pudieran sentir con su tacto los rasgos faciales.
"Nosotros sabíamos que existían empresas dedicadas a la impresión de ecografías, ya nos habían mostrado anteriormente ese tipo de proyectos. Me parecía una tontera hacer este tipo de impresión para una pareja que puede ver las imágenes de su bebé, por lo decidí reservarlo para parejas de no videntes. Cuando llegaron Daniel y Silvina dijimos ‘esto es lo ideal’", comenta en diálogo con LA NACION Pelizzari y agrega que a partir de la ecografía de la semana 12 se consultó con la pareja la posibilidad de realizar una impresión 3D del bebé, iniciativa que fue recibida con sorpresa y agrado.
Las cosas, sin embargo, no fueron tan sencillas. "Cuando vinieron a hacer la primera ecografía les propuse la idea para ver si estaban de acuerdo, y lo estuvieron, se ilusionaron con la idea de poder conocer su bebé antes de que naciera, por lo que quedamos en encontrarnos más adelante. Como él juega al futbol en la selección fútbol de los Murciélagos, antes del Mundial tuvo un campeonato en el exterior, por lo que de la semana 12 a la semana 27 perdí el contacto con ellos. Además, perdí el teléfono que tenía guardado, entonces se hizo muy complejo poder localizarlos, hasta que finalmente pude hacerlo", relata Ledesma, médico residente, y agrega: "Incluso, a partir de ahí ya no les cobramos ninguna ecografía, porque ellos habían perdido una obra social. Realizamos varias reconstrucciones en 5D y con una de las mejores hicimos el procesamiento del archivo para impresión. Incluso lo hicimos un poquito tarde en la edad gestacional del bebé, porque mientras más grande, si bien tiene más rasgos, es más difícil hacerlo. Pasaron alrededor de 3 horas hasta que tuvimos una imagen con la que pudiéramos trabajar".
Ya está disponible este tipo de ecografías, pero creemos que esta tecnología tiene sentido con no videntes. Fue difícil concretar el proyecto por los costos, por eso nos decidimos por la impresión 3D
El siguiente escollo fue encontrar al socio perfecto para realizar la impresión, ya que las pocas empresas médicas que podían encarar ese tipo de encargo poseen aranceles muy caros. "Usan materiales muy nobles, como para hacer prótesis; nos salía una barbaridad imprimir a ese nivel", explica Mario. La vía alternativa fue, entonces, apostar por el creciente mercado de imprentas dedicadas a la generación de objetos 3D.
"Cuando tuvimos la imagen trabajada empezamos a averiguar. Yo quería hacerlo con un material de uso médico resistente, pero es sumamente caro, salía alrededor de 5000 pesos. Lo descartamos y averiguamos por impresoras 3D, que usan materiales más económicos, que estuvieran en Córdoba. Lo que hicimos fue averiguar en tres imprentas: una nos dijo que no, que no trabajaba con ese tipo de cosas, nos rechazó; la segunda tuvo una visión comercial que se la rechazamos de entrada porque no es el fin, no lo hicimos para eso. Lo que quisimos hacer en este caso eventual fue una impresión 3D para que pudieran reconocer al bebé, fue espontaneo. El tercero, en cambio, tuvo el gran gesto de hacerlo y no cobrarnos al ver para que estaba dirigida la impresión" celebra Ricardo.
Desde la ecografía 5D a la impresión terminada pasaron 5 semanas, donde el proyecto se ralentizó por distintos motivos: las vacaciones de Ricardo, un viaje del encargado de pasar la ecografía a un archivo de impresión 3D en formato STL (cuya identidad se mantiene en el anonimato, ya que trabaja en una empresa que se dedica a la impresión de este tipo de soluciones), y los compromisos deportivos de Daniel y Silvina. Finalmente, el miércoles 22 de agosto la cara impresa en 3D de la beba fue entregada a sus padres, y las reacciones fueron tal como las esperaban. Ledesma revela que "cuando la recibieron fue como una cruza de emociones, entre sorprendidos y contentos, a pesar de que estaban conociendo a su bebé por primera vez en un entorno que, si bien es agradable, es como que están fuera de su intimidad. Con timidez guardaron la carita en la cajita que les entregamos la impresión, hicimos la última ecografía y cuando terminamos nos dijeron que se iban contentos y que iban a aprovechar ese día cuando llegaran a su casa para conocer a fondo la carita de su bebé".
No se trata de algo comercial, ni nos proponemos hacer de ahora en adelante algo así para todo el mundo. El objetivo fue adelantar ese momento de conocer al bebé
Según Pelizzari, la impresión fue realizada en color gris, despojada de agregados estéticos innecesarios, porque lo que buscaban era que los padres "vieran" al bebé con su tacto. Esta experiencia, además, agregó otra dimensión al embarazo: "Creo que haber podido tocar la cara, el molde, los metió mucho más en el embarazo, porque es acercarlos a la sensación de ver; a futuro yo creo que es una solución impresionante para pacientes no videntes. También se puede hacer para el resto de los pacientes, pero me parece una tontera. Entregar un cuadrito con una cara o un muñeco para que juegue el hermanito no me cierra como médico; si me parece muy interesante para los no videntes, es sumamente positivo".
Respecto a los costos, ambos médicos destacan que no se buscó lucrar con esta solución; por el contrario, la búsqueda fue en todo momento encarada desde lo humano, sin pensar en costos o rentabilidad. Para Mario, "si hay que regalar una impresión 3D no habría problema. Hace 25 años que hago este tipo de ecografías, te miento si atendí a más de 5 parejas de no videntes en conjunto, porque por ahí el no vidente es uno y no el otro. Imagino que el precio se puede llegar a arreglar con el hospital o clínica, o como médico lo paga uno desde su bolsillo".
Ledesma coincide con esta mirada: "No se trata de algo comercial, ni nos proponemos hacer de ahora en adelante algo así para todo el mundo. Las familias no videntes tienen esa barrera para poder conocer a su bebé, ese momento de apego se traslada desde el momento en el que se enteran del embarazo hasta que nace el bebé. La idea de esto fue adelantar ese momento y como toda familia, poder conocer al bebé como se hace habitualmente con una ecografía. Ese fue el fin principal, adelantar ese momento de apego".
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