"Una computadora propia", el proyecto que retrata a las pioneras de la tecnología
Es obvio que una mujer puede escribir. Más aún, sería absurdo cuestionar que una mujer pueda escribir ficción. Pero discutir acerca de esto mismo es lo que convocó a Virginia Woolf a exponer en octubre de 1928 en las únicas dos sociedades literarias de Cambridge que aceptaban mujeres, a quienes a pesar de cumplir con los requisitos académicos no se les otorgó títulos hasta 1948.
El resultado de aquellas exposiciones se editó en A Room of One’s Own ("Una habitación propia") en 1929, probablemente la más elocuente y entretenida articulación de por qué el tipo de injusticias vividas por las mujeres en la literatura no podía continuar. Lo que Woolf argumentaba, si se me permite la brevedad, es que para que una mujer escriba solo necesita una habitación propia y suficiente dinero para poder ser independiente.
La cuestión bien podría haber quedado saldada con aquellas agudas palabras pronunciadas hace 90 años, pero si por aquel entonces lo que se ponía en tela de juicio era la legitimidad de las mujeres que escribían literatura, hoy el argumento parece enfocarse en la capacidad de las mujeres para escribir código. Esto es exactamente lo que A Computer of One’s Own ("Una computadora propia") se propone refutar.
Hasta hace unas semanas no tenía idea de lo que era un calendario de adviento. Ahora sé que su función es anticipar la Navidad a través de una suerte de cuenta regresiva que revela a diario una imagen, poema, fragmento de algún relato o incluso, en los más sofisticados, algún juguete o chocolate.
A Computer of One’s Own es un calendario de adviento acerca de mujeres pioneras de la computación que sumará un perfil por día durante todo este mes. La inspiración viene de otros proyectos que suelen tomar también a diciembre como excusa para publicar, por ejemplo, un tutorial de programación por día, como es el caso de Advent of Code, pero también de proyectos más del orden artístico como Inktober, cuya consigna es que quien se sume publique una ilustración por día en octubre.
Abrevando de ambas inspiraciones, A Computer of One’s Own presenta una ilustración original por día junto a un breve texto acerca de la pionera en cuestión. El proyecto es llevado adelante por tres uruguayos: Alvaro Videla, que trabaja como programador en Suiza, Florencia Grattarola, doctoranda en biología en Reino Unido, y Sebastián Navas, artista de cómics.
Para seleccionar a las 24 pioneras de la computación que serían parte del calendario trabajaron varios meses. Algunos nombres eran quizá obvios, como Ada Lovelace, Grace Hopper o Margaret Hamilton, pero en lo que querían indagar era en aquellos perfiles inmensamente relevantes tal vez no tan conocidos.
Así se toparon con Kathleen Booth, cuyo trabajo en los años 50 hoy resulta indispensable en el ámbito del aprendizaje automático, quizá la rama más exitosa de la inteligencia artificial. Pero también encontraron figuras locales como Verónica Dahl, argentina que estudiando en Francia en los años 70 fue pionera de la programación lógica, también fundamental para los desarrollos posteriores en inteligencia artificial.
La lista fue ordenada más o menos cronológicamente y, a partir de ahí, Navas comenzó con las ilustraciones. Uno de los obstáculos más curiosos que se toparon al momento de hacer las imágenes fue la falta de información confiable en internet. Al menos dos veces en fuentes razonablemente fidedignas las imágenes estaban erradas.
Por ejemplo, con Jean. E. Sammet —creadora del lenguaje COBOL e historiadora de los lenguajes de programación, entre otros méritos— encontraron que la foto que figuraba en varios lugares era la de Diane C. Pirog Smith, pionera del modelado de datos, y no la que correspondía. Algo parecido les pasó con Dorothy Vaughan, programadora FORTRAN de la NASA retratada en la película Hidden Figures (2016). En su lugar muchas veces aparecía Melba Roy, otra de las pioneras en computación de la NASA.
La principal motivación es destacar la relevancia de estas mujeres más allá de lo que podría figurar en una enciclopedia. Es decir, profundizar en sus perfiles a través de anécdotas, descubrimientos y aquello que permite vislumbrar la riqueza de sus personalidades. "A veces nos pasamos horas revisando archivos de papers en internet solo para rescatar alguna frase para el artículo", comenta Videla.
Aún queda escribir varios de los artículos, tarea que realizan entre otras responsabilidades. De esto se encargan Grattarola desde Reino Unido y Videla desde Suiza. En su tiempo libre Grattarola escribe biografías en Wikipedia de científicas latinoamericanas, por lo que resultó ser la persona ideal para colaborar en el proyecto. Videla, por su lado, es un lector obsesivo de disciplinas tan diversas como la ingeniería o la programación, pero también de lingüística, literatura o filosofía.
Si bien no es el objetivo principal, cuando en algunas semanas se publique el último artículo, les gustaría explorar la posibilidad de hacer un libro. Por lo que pudieron ver ninguna publicación recaba estas historias al igual que ellos. Podría publicarse en inglés y castellano, aclara Videla, sobre todo porque entre las pioneras se encuentran las rioplatenses Ida Holz y Verónica Dahl.
Tal como les pasó con las imágenes de estas pioneras, tampoco fue sencillo en muchos casos encontrar fuentes confiables con sus datos biográficos. Por eso A Computer of One’s Own no es simplemente un trabajo recopilatorio o de exposición, sino que conlleva un arduo trabajo de investigación y verificación de datos. La dificultad para acceder a esta información es particularmente inaceptable si consideramos que estas mujeres inventaron los primeros compiladores de código, ingeniaron las estrategias esenciales de "debugueo" de código (corrección de errores), o incluso desarrollaron lenguajes como COBOL que hasta el día de hoy son cruciales en ámbitos como el financiero o el empresarial. Y sin embargo siguen siendo ignoradas, tanto en el mundo de la programación como fuera de él.
Probablemente Woolf estaría satisfecha con saber que hoy es obvio que una mujer puede escribir código. Solo necesita una computadora propia.