Un hongo de Chernobyl, la clave para proteger a los astronautas de la radiación en la misión a Marte
Una persona en la Tierra está expuesto a 6,2 micro Sievert al año, como se conoce a la unidad que mide la radiación, mientras que un astronauta en la Estación Espacial Internacional está expuesto a 144 mSv. En solo uno de los tres años que demandará un viaje a Marte, la tripulación estaría expuesta a 400 mSv de radiación y por este motivo los investigadores involucrados en los futuros viajes interplanetarios analizan las diferentes alternativas para proteger a los humanos en esta travesía espacial. La respuesta podría estar en Chernobyl, en un hongo que crece dentro de los reactores que quedaron abandonados después de uno de los peores accidentes nucleares de la historia.
De la misma forma que algunos organismos pueden sobrevivir en entornos hostiles, este hongo tiene la particularidad de prosperar en las zonas más calientes y con mayor nivel de radiación dentro del complejo de Chernobyl, de acuerdo a una investigación publicada en la revista Nature en 2007.
Denominado Cladosporium sphaerospermum , este particular hongo extremófilo logran procesar la radiación del entorno gracias a las grandes cantidades de pigmento de melanina que le permiten absorber la radiación y la transforma en energía química, de forma análoga a la fotosíntesis. Su comportamiento llamó la atención de los investigadores especializados en biotecnología de la NASA, que elaboraron diversas investigaciones desde la Estación Espacial Internacional para evaluar el desempeño del hongo de Chernobyl.
En las pruebas de laboratorio que se llevaron a cabo en el espacio, las placas de petri con el hongo Cladosporium sphaerospermum lograron sobrevivir al entorno de microgravedad y redujeron el nivel de radiación en un dos por ciento. De esta forma, los investigadores destacaron la vital importancia de este hongo para el desarrollo de un material protector para las futuras misiones tripuladas, en especial para proteger a los astronautas durante el largo viaje interplanetario a Marte de la exposición permanente a la radiación.
"En una estimación línea, una capa de 21 centímetros creada en base a este hongo podría atenuar los efectos de la radiación en la superficie de Marte", dijeron los investigadores Graham Shunk, XavierGomez y Nils Averesch sobre el Cladosporium sphaerospermum, una especie que incluso sobrevive en la parte externa de las naves espaciales que se ubican en la órbita baja terrestre.
Uno de los principales beneficios del uso de este recurso biotecnológico está en el cultivo del hongo Cladosporium sphaerospermum, ya que solo se requiere de una pequeña cantidad para poder desarrollar las cantidades necesarias para que se convierta en un potencial insumo protector para las bases marcianas. Dada la capacidad de transformar la radiación en energía, el hongo negro de Chernobyl podría aplicarse para el funcionamiento de diversos dispositivos, además de ser una respuesta biológica a los paneles solares.