Probamos el Motorola One Fusion: Un equipo de gama media, pero con cuatro cámaras
Uno de los principales desafíos de los celulares de gama media es alcanzar lo antes posible las especificaciones de los modelos más costosos del mercado. El One Fusion de Motorola picó en punta en esta carrera al incluir cuatro cámaras en su cara posterior, una característica más frecuente en los equipos alta gama que en los ejemplares que se mueven en la medianía.
El conjunto de lentes y sensores (delicadamente dispuesto en forma vertical) alimenta una cámara de 48 megapixeles (MP); dejando de lado otros factores, es un muy buen número. En cuanto a los objetivos, tiene un lente gran angular de 118 grados y 8 MP; una cámara macro de 5 MP, y un sensor de profundidad de 2 MP. En la práctica este módulo ofrece resultados satisfactorios incluso en condiciones de luz desfavorables. Además, con ese número de cámaras es posible jugar con efectos, incluyendo el ahora popular bokeh, que difumina una parte de la imagen y permite tomar fotos de aspecto profesional sin ser un experto. Al frente hay una cámara para selfies y videollamadas de 8 MP, alojada en una muesca pequeña que apenas le quita espacio a la pantalla.
En la espalda del equipo también están el flash y el lector de huellas digitales; esta posición para el sensor de huellas puede resultar incómoda para algunos usuarios, pero en los hechos solo exige acostumbrarse.
También en el sector trasero, en la parte inferior, se encuentra el parlante. ¿Esa posición no va en desmedro del buen sonido, cuando el teléfono está apoyado sobre una mesa? Al respecto cabe notar que las cuatro cámaras sobresalen del cuerpo y generan el espacio suficiente para que el parlante no se asordine, cuando está apoyado sobre la superficie de una mesa, separándolo apenas.
Antes de avanzar hacia las especificaciones técnicas nos detenemos brevemente en otra característica del lomo del teléfono, que tiene un aspecto elegante, aunque acusa el paso de los dedos, conservando las huellas. La solución se incluye desde fábrica en la caja del producto: una carcasa protectora, que es transparente. La ficha del One Fusion se completa con un procesador Qualcomm Snapdragon 710 de ocho núcleos y 4 GB de RAM (un buen número para esta gama), más 128 GB para almacenamiento (otro buen número), que pueden expandirse con una tarjeta microSD.
En el terreno
La experiencia es fluida, incluso en videojuegos no demasiado exigentes, aunque no se trata de un smartphone diseñado para gamers. La pantalla es generosa, de 6,5 pulgadas, con resolución de 720 x 1600 píxeles y una relación de aspecto de 20:9. Con la intención, muy difundida, de eliminar los marcos, el display se estira largamente hacia los lados; en el sector superior tiene la pequeña muesca antes mencionada, con forma de gota, y un marco más evidente hacia el sector inferior. De este modo, consigue una relación display-cuerpo que supera por poco el 80 por ciento.
Uno de los componentes más destacados del dispositivo es su batería de 5000 miliamperios por hora (mAh), una cifra generosa que en nuestra experiencia se tradujo en más de dos días completos de uso normal, incluyendo videos de YouTube y algunas horas con el juego de moda Among Us. Hasta ahora, el fabricante ofrecía baterías con esa autonomía solo en equipos como el G8 Power.
Para la carga hay un puerto USB-C, que es reversible, y se incluye un cargador rápido de 10 Watts. En cuanto a software, el equipo llega con Android 10, en una variante pura (es decir, sin grandes modificaciones), aunque con pequeñas personalizaciones de Motorola.
En este apartado cabe señalar que este ejemplar tiene un elemento físico que funciona como puente entre el hardware y los servicios de Google: un botón ubicado en el lateral (por encima de los de volumen) que activa el asistente de voz. Los usuarios que no están acostumbrados quizá se confundan los primeros días y activen las funciones de Google Assistant creyendo encender o apagar la pantalla; pero igual que con el lector de huellas trasero, se trata de un aspecto que se remedia con la costumbre.
Algunos detalles para finalizar: este smartphone pesa 202 gramos (es decir, algo más de lo habitual) y tiene un cuerpo con un grosor de 9,4 milímetros (también algo por encima de los modelos más delgados del mercado).
El One Fusion, que debutó en la Argentina el mes último, se ofrece en azul y verde –las tonalidades se opacan hacia el centro, en degradé– a un precio sugerido de 29.999 pesos.
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