Diversas compañías e iniciativas buscan optimizar la producción y consumo de alimentos mediante un uso combinado de sensores, Internet y análisis de grandes volúmenes de datos
El análisis de grandes volúmenes de datos recogidos en campos de cultivo, almacenes, camiones y hasta los estómagos de los animales puede ser clave para evitar una hambruna generalizada en las próximas décadas.
Se espera que la población mundial alcance los 9.000 millones en 2050, y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estima que la producción de alimentos tendrá que aumentar un 70% en los próximos 35 años para evitar una hambruna generalizada.
Pero el aumento del uso de tierras agrícolas para la producción de biocombustibles hace que haya menos tierra disponible para los alimentos, y casi la mitad - o dos mil millones de toneladas - de la comida que se produce se desperdicia, según la Institution of Mechanical Engineers (Institución de Ingenieros Mecánicos) con sede en Londres. Por eso, la tecnología de análisis de datos podría ser clave para mejorar la situación.
En este contexto, las innovaciones en la forma de recoger los datos del ganado pueden transformar la producción de leche y carne. Por ejemplo, Vital Herd ("Rebaño vital"), una start-up con sede en Texas, ha desarrollado un dispositivo que las vacas pueden tragar.
El sensor, o píldora electrónica, se queda en el estómago de la vaca y utiliza tecnología de sonar - desarrollada originalmente para fines militares - para recoger información sobre el animal, por ejemplo la frecuencia cardiaca, la temperatura, el tiempo de rumia, la acidez ruminal y los niveles de estrógeno. Estará disponible en el mercado a finales de este año.
La información almacenada en cada una de estas píldoras electrónicas se transmite de forma inalámbrica a los receptores, para luego pasar por Internet y terminar en la nube, como se conocen a las plataformas de almacenamiento on line. Vital Herd coteja e interpreta los datos sobre cada animal para que pueda ser visto por los ganaderos.
Con todos estos datos, el software de Vital Herd envía alertas por mensaje de texto o correo electrónico si se comprueba que algún animal tiene un problema.
"El 40% de las vacas lecheras se enferman cada año", explica Brian Walsh , director ejecutivo de Vital Herd. "La causa puede ser la lactancia temprana, el tipo de alimentación que están recibiendo u otra complicación. La alerta temprana o la detección automática pueden ayudar a minimizar las complicaciones o evitarlos por completo".
Según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, las pérdidas totales por la enfermedad y la muerte de animales son de más de 5.000 millones de dólares al año, con pérdidas globales 12 veces mayores.
Walsh cree habrá más productividad si se hacen análisis de los datos históricos de una cantidad grande de ganado. "Si somos capaces de almacenar datos de los clientes en diferentes regiones podremos hacer la evaluación comparativa de la industria y estudios para vincular la productividad con los datos de las constantes vitales y los genes", dice.
Cultivos en la nube
Los análisis de grandes cantidades de datos también pueden mejorar los rendimientos agrícolas y ayudarles a los agricultores a tomar mejores decisiones sobre cuándo plantar y cosechar sus cultivos.
Por ejemplo, la Climate Corporation -Corporación del Clima-, una empresa fundada por dos exempleados de Google y adquirida por el gigante agrícola Monsanto en 2013, cuenta con un sistema de información de la agricultura basada en la nube que tiene en cuenta las mediciones de tiempo en 2.500.000 lugares todos los días.
El sistema procesa los datos, junto con 150.000 millones de observaciones de suelo, y genera 10.000 millones de puntos de datos de simulación del clima. Con esta información, la empresa afirma que puede darles a los agricultores de Estados Unidos pronósticos de temperatura, lluvia y viento para áreas tan concretas como un kilómetro cuadrado para las próximas 24 horas y siete días.
Se accede al sistema desde un navegador web. Esta información les permite a los agricultores ver cuándo es mejor rociar grandes extensiones de tierras de cultivo, ya que pueden comprobar que la tierra estará lo suficientemente seca, la velocidad del viento será lo suficientemente baja como para permitir la pulverización y tendrán el tiempo necesario antes de la siguiente lluvia.
El sistema también utiliza datos meteorológicos diarios de los últimos meses para ofrecer a los agricultores las estimaciones del rendimiento de sus cultivos en campos individuales y les permite explorar datos históricos de las últimas treinta temporadas para tener una idea precisa del valor de los campos que puedan estar considerando comprar.
Guerra contra la basura
Pero aunque los cultivos, los productos lácteos y la carne se pueden producir de manera más eficiente mediante el uso de grandes volúmenes de datos, es una tarea difícil llevarlos de la granja o matadero a la mesa del comedor.
Eso es porque la mayoría de alimentos tienen que ser transportados a cientos o incluso miles de kilómetros en pallets dentro de contenedores cargados en camiones, barcos e incluso aviones, con paradas en almacenes y puntos de distribución en el camino.
Los cambios de temperatura, la humedad e incluso los niveles de oxígeno en los contenedores pueden afectar el estado de la comida cuando llega a su mercado de destino. Entre el 10 y el 15% de los alimentos que se transportan refrigerados se echan a perder durante el viaje, de acuerdo con algunas estimaciones de la industria, con un costo de alrededor de 25.000 millones de dólares.
Tech Mahindra , una compañía de tecnología con sede en Bangalore, India, ofrece un sistema llamado Farm-to-Fork ("de la granja al tenedor") cuyo objetivo es monitorear los contenedores desde una central que envía alertas cada vez que las condiciones de un contenedor no son las ideales.
Los sensores miden la temperatura en cada contenedor, la humedad y otros parámetros. Se comunican a través de redes móviles de datos mientras los contenedores se encuentran en movimiento, y a través de wi-fi cuando llegan a los centros de distribución. También tienen instalado un sistema de posicionamiento global (GPS ) que mantiene un seguimiento de dónde están los contenedores.
En algunas circunstancias, los problemas pueden corregirse de forma automática, de acuerdo con Mahesh Vasudevanallur, jefe de práctica de la empresa. Por ejemplo, si los sensores indican que los niveles de oxígeno en el contenedor están muy bajos, un tanque a bordo puede liberar más gas.
Si el ajuste automático no es posible, los seres humanos pueden intervenir. "En el caso de un barco que está en alta mar, el técnico recibe un mensaje de alerta para ver qué medidas se pueden tomar", dice Vasudevanallur. "En un camión, el conductor puede ir a la estación más cercana a arreglar el problema en lugar de seguir hacia su destino final".
Todos estos datos almacenados pueden ser utilizados para mejorar las condiciones de transporte de alimentos, añade.
"Los científicos especializados en trabajar con grandes volúmenes de datos (Big Data) pueden hacer análisis de la frescura y el valor nutritivo en cada parte de la cadena de valor para mejorar la longevidad de los alimentos. Eso va a hacer maravillas y lograr que los productos terminen en los estómagos en vez de la basura".