Uber y Airbnb usan su popularidad para enfrentar las amenazas regulatorias
Las compañías basadas en la economía compartida apelan a sus usuarios ante los reglamentos que planean implementar las autoridades para limitar el funcionamiento de autos con choferes o los alquileres de habitaciones que compiten con taxis y hoteles
SAN FRANCISCO — En los últimos años, las llamadas empresas de economía compartida como Airbnb y Uber, plataformas que permiten a extraños alquilar una habitación o pagar un recorrido en automóvil, se han establecido en miles de ciudades mucho antes de que los reguladores locales hayan descubierto qué hacer con ellas.
Ahora, a medida que las ciudades tratan de aprobar leyes para regular su operación, las empresas están dando la pelea al convertir a sus usuarios en una gran operación política con capacidad de movilizarse ante cualquier amenaza.
El ejemplo más reciente lo dio Airbnb al vencer una medida en San Francisco que buscaba restringir sus operaciones en su ciudad natal. Airbnb organizó una conferencia de prensa que funcionó como advertencia para otras ciudades que estaban considerando nuevas regulaciones.
En teoría, el evento era una sesión informativa para hablar sobre la derrota de la Proposición F, que habría endurecido las reglas existentes al reducir el número de noches que la gente puede rentar habitaciones en sus hogares, entre otras cosas.
Pero la sesión informativa también se convirtió en un intento para convertir su triunfo en un mandato para la economía compartida.
Saben que en un momento de desigualdad económica, la pregunta es de qué lado estamos: ¿Quieren estar a favor de la clase media o en su contra?
Chris Lehane, jefe de políticas globales y asuntos públicos de Airbnb, describió la Proposición F como un ataque a la clase media por parte de la industria hotelera.
En esta ciudad de 840.000 personas, los opositores a la proposición reunieron cerca de $8 millones de dólares, casi ocho veces más que lo que reunieron quienes la apoyan, según los registros presentados ante la Comisión de Ética de San Francisco.
La mayoría de ese dinero se gastó en movilizar a los anfitriones y usuarios de Airbnb, dijo Lehane. Aún así, en repetidas ocasiones hizo referencia a uno de los principales temas de la empresa: la victoria de Airbnb fue un triunfo para la clase media.
"Las ciudades reconocen hacia donde va el mundo, entienden que o progresamos o retrocedemos", dijo. "Saben que en un momento de desigualdad económica, la pregunta es de qué lado estamos: ¿Quieren estar a favor de la clase media o en su contra?"
Airbnb se está preparando para más batallas. Lehane comentó que la compañía estaba trabajando para organizar bloques de votantes en otras ciudades. Para finales del próximo año, dijo, la compañía tiene la meta de crear "clubes" integrados por usuarios de Airbnb, algo así como sindicatos locales.
Empresas como Airbnb y Uber se han convertido en negocios multimillonarios al emplear una estrategia de crecimiento inspirada en las guerrillas, en la que establecen un modesto equipo en una ciudad y de inmediato comienzan a proveer servicios, sin importar si las leyes locales lo permitan o no.
Uber, el gigante del transporte cuyo valor asciende ahora a más de 50 mil millones de dólares, opera en más de 300 ciudades de todo el mundo. Airbnb está disponible en 34.000 ciudades, y más de 60 millones de personas han usado el servicio. Los inversionistas valoran a la compañía en $24 mil millones, más que la enorme cadena hotelera Marriott International.
Esos miles de millones se basan en mucho crecimiento a futuro. Así que ambas compañías han contratado a operadores políticos con mucha experiencia para acercarse a los legisladores y enfrentar las amenazas regulatorias.
Lehane, ex operador político durante el mandato de Clinton, recibió el apodo de "Master of Disaster" por su metodología en la que todo se vale para ganar batallas políticas. David Plouffe, ex asesor del Presidente Obama, es ahora asesor principal de Uber y miembro de su junta directiva.
Estas compañías saben que tienen una herramienta poderosa en sus plataformas y aplicaciones para smartphones, y han demostrado que no dudan en usarla para alentar a sus usuarios a protestar o a votar.
En la conferencia de prensa en San Francisco, Lehane utilizó una presentación para mostrar a los usuarios de Airbnb como un bloque poderoso de votantes que, al igual que los miembros de un sindicato, se presentaría a votar de manera confiable, incluso en elecciones con poca participación.
"Habrá más gente compartiendo sus hogares el día de mañana, y habrá aún más pasado mañana", dijo. "Esto es un movimiento".