Twitter, la empresa, no existe más: Elon Musk la fusionó con otra compañía suya
Tal como revela una presentación legal, Twitter ahora es parte de X Corp
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Twitter Inc., la empresa detrás de la red social del mismo nombre, no existe más. La compañía, fundada en 2006, fue adquirida por Elon Musk en octubre del año último. Pagó 44.000 millones de dólares por la empresa, y con ello se compró, entre otras cosas, múltiples dolores de cabeza. Pero ahora el magnate tomó otra decisión: fusionó a Twitter con X Corp, la corporación “paraguas” bajo la que agrupa a sus múltiples emprendimientos, y que fue la que, formalmente, compró a la compañía.
Tal como repasa Slate y rescata Gizmodo, Elon Musk registró tres empresas en abril de 2022 para comprar Twitter: X Holdings I, II y III. “La I actúa como empresa matriz. La II dejó de existir tras fusionarse con Twitter, Inc. La III asumió el préstamo de 13.000 millones de dólares del grupo de bancos que ayudó a Musk a cubrir la compra de 44.000 millones de dólares.” En marzo de este año, Musk creó dos nuevas compañías: X Holdings Corp y X Corp; X Holdings I se fusionó con X Holdings Corp, y Twitter Inc se fusionó con X Corp.
Wait, Twitter soon to be X?
— SpacTrader110 (@SpacTrader110) April 4, 2023
Merger filed with Twitter and X Corp and X being the survivor? pic.twitter.com/oNDkZufsHQ
La fusión echa por tierra los rumores de que Musk buscaba desprenderse de la compañía, y oscurece las finanzas de la plataforma, muy golpeadas. Los juicios en ciernes no ayudarán a sacar el rojo de los libros contables.
Tres exdirectivos que fueron despedidos de Twitter presentaron el lunes una demanda colectiva contra la empresa en la que le exigen el reembolso de los costos de litigios, investigaciones y consultas del Congreso relacionadas con sus anteriores trabajos.
El ex director ejecutivo Parag Agrawal, junto a los ex directores legales y financieros de la compañía, argumentan que la compañía les debe en total de más de 1 millón de dólares y que Twitter está legalmente obligado a pagarles, según la demanda interpuesta ante una corte especializada en Delaware, y publicada por The New York Times.
Twitter respondió a una solicitud de comentarios de la AFP con un emoticono de excremento, la que convirtió en su habitual respuesta automática.
La denuncia enumera costes legales relacionados con demandas, pero también con investigaciones de la SEC (autoridad bursátil de Estados Unidos) y el Departamento de Justicia. No precisa la naturaleza de la investigación del Departamento de Justicia y si sigue en curso. La SEC investiga si el magnate Elon Musk cumplió con las reglas bursátiles cuando acumuló acciones de Twitter.
La exdirectora legal de Twitter, Vijaya Gadde, fue llamada a participar en una audiencia en el Congreso estadounidense sobre la empresa y la libertad de expresión, luego de que Musk hiciera públicos documentos relacionados con la moderación del contenido en el sitio. Gadde también fue mencionada como acusada en una demanda que presentó un hombre en la que reclamaba que se publicó su información personal en Twitter como supremacista blanco.
Mientras, Musk dijo que “todas las noticias son propaganda” para justificar su decisión de no eliminar el tuit del vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitry Medvedev, que afirmaba que “Ucrania desaparecerá porque nadie la necesita”.
“Hasta cierto punto, todas las noticias son propaganda. Dejamos que la gente tome sus propias decisiones”, dijo. Una explicación que reafirma la línea de Musk por la libertad de expresión a toda costa, pero que suscita bastantes polémicas, inflamando aún más la ya no idílica relación entre el multimillonario y los medios.
Si la red está en parte irritada por la falta de censura de Medvedev, muchos observadores acusan a Twitter de usar estándares diferentes y no lineales en sus evaluaciones. Prueba de ello -es la tesis- es el rótulo inicial de la radio estadounidense NPR como “medio afiliado al Estado”, al igual que la emisora de TV rusa RT y la agencia china Xinhua, apoyada por Moscú. Una decisión que provocó una lluvia de violentas críticas, tanto que Twitter revisó posteriormente el etiquetado en “medios financiados por el Estado”.
La misma etiqueta también se le ha dado a la BBC. “Somos y siempre hemos sido independientes. Estamos financiados por el público británico a través de la tarifa de la licencia”, responde el medio británico sin ocultar su irritación por la elección de la red social.
Sin embargo, Musk señala: “No creo que esté sesgado como otros medios financiados por el gobierno. En su caso, sería más apropiado decir influencia gubernamental limitada”.
Si bien elogia la idea de Musk de identificar los medios de comunicación afiliados al estado, el exdirector gerente de la BBC, Roger Mosey, critica sus resultados iniciales. “El principio no es malo -dice en una entrevista con el Washington Post-. Claramente, sin embargo, algo ha ido mal con el etiquetado de la BBC y NPR como empresas apoyadas o financiadas por un gobierno, dando a entender que son organismos estatales”.
Con información de AFP y ANSA
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