El cruce fronterizo de Nogales, en el sur de Arizona, está plagado de alambres de púas y aros de acero para evitar que los inmigrantes crucen ilegalmente la frontera de México hacia Estados Unidos. Pero también hay tecnología que no se ve.
La Patrulla Fronteriza vigila constantemente. Es una de las zonas más transitadas y peligrosas entre los dos países.
Pero mientras el presidente Donald Trump continúa con su campaña para promocionar un muro de miles de millones de dólares, algunos sugieren que la tecnología que ya se usa en Arizona sería más adecuada para los intereses estadounidenses que una pared fronteriza.
El agente Daniel Hernández trabaja con la Patrulla en Tucson.
Ese sector de la frontera sureste con México tiene 422 kilómetros de valla y miles de agentes patrulleros.
El equipo de Hernández acaba de mejorar sus capacidades de vigilancia con la instalación de torres fijas integradas (IFT, por sus siglas en inglés), unas estructuras de más de 55 metros de alto equipadas con sensores en la parte superior.
Ese cambio significa que ahora cuentan con cámaras de mayor alcance, mejor escaneo de imágenes y radares que les proporcionan vistas a gran altitud de forma ininterrumpida todos los días de la semana.
Luego los agentes analizan esas imágenes en el Centro de Control de Nogales.
"Antes veíamos cosas pixeladas", le cuenta el agente Hernández a la BBC.
"Las cámaras, debido a su ubicación en zonas remotas, no podían enfocar bien desde lejos. Pero ahora tenemos imágenes muy nítidas y de alta resolución".
"Ahora podemos identificar las cosas que tiran sobre la valla y a las personas que la suben mucho más deprisa y desde distancias mucho mayores".
Mientras lo explica, Hernández detiene su auto y mira hacia las colinas.
"Creo que hay una persona bajo ese árbol. Es un traficante de personas", declara.
Señala hacia un hombre con un sombrero vestido en tonos marrones sentado a varios metros de la cerca.
Puede que Hernández tenga vista de halcón, pero con la caída de la noche incluso a él le resulta difícil distinguir las siluetas humanas. Las torres fijas, aparentemente, facilitarán su trabajo a la hora de atrapar a quienes cruzan la valla.
"Es posible que nosotros no los veamos, pero las cámaras nos permitirán verlos. Nuestra tecnología nos ayudará a estar un paso por encima de los criminales", asegura el agente.
Seguimos por la sinuosa carretera hasta la zona de Mariposa Wash, donde se aprecia un "agujero" de un metro entre la valla y el suelo.
Esa brecha está ahí para prevenir que la estructura sea erosionada por el agua durante inundaciones repentinas, pero también puede facilitar la entrada de personas.
"No queremos que la gente piense que esto es lo único que mantiene a Estados Unidos a salvo", opina Hernández, señalando ese tramo de la valla suspendido en el aire.
Sensores y radares
"La cerca es una herramienta, pero no está hecha en absoluto para evitar que la gente entre o salga", añade el guarda.
Tras varios minutos en la carretera, se ve como las vallas de acero son reemplazadas por alambres y palosen otros sectores de la valla.
Parece una estructura muy improvisada, pero se extiende a lo largo de una gran parte de la frontera de Arizona con México.
Lo que ocurre es que en lugar de vallas más sofisticadas, los agentes cuentan con otras herramientas.
Existe una serie de sensores ocultos en el terreno que les permiten detectar si algo o alguien pasa cerca de la valla.
También hay camiones móviles de vigilancia que se utilizan cuando hay un terreno irregular que evita la construcción de las torres.
Esos vehículos están equipados con la misma tecnología que las torres de vigilancia, pero tienen telémetros térmicos capaces de medir distancias de forma remota para detectar a quienes cruzan.
Además, cuentan con punteros láser para dirigir a los agentes hacia ciertos objetivos ocultos durante la noche. Desde el mástil extensible del camión, pueden iluminar con un haz de luz a un sospechoso para que los agentes, que usan gafas de visión nocturna, lo reconozcan.
Drones
Otra de las tecnologías que está probando la Patrulla Fronteriza son unos drones equipados con cámaras de reconocimiento facial para monitorear el terreno desde lo alto.
Hernández dice que también están usando una aplicación de Android que emplea sistemas de geolocalización para conocer la posición de otros patrulleros en tiempo real.
En 2017, el equipo de Hernández arrestó a unas 40.000 personas que trataban de cruzar ilegalmente hacia Estados Unidos.
Pero, por supuesto, no siempre lo consiguen.
Las últimas caravanas de migrantes son un ejemplo de las miles de familias dispuestas a enfrentarse a emprender una peligrosa travesía con la esperanza de encontrar una vida mejor en Estados Unidos (aunque a veces no lleguen a su destino final).
Respecto a la polémica por las familias que han sido separadas en la frontera y a los dos niños que han muerto en los últimos meses en manos de las autoridades estadounidenses, el agente Hernández dice que forma parte de su trabajo.
"No importa de qué lado estés, la seguridad fronteriza es importante para todo el país", declara.
"Somos agentes de la ley. No dictamos las leyes, las hacemos cumplir", agrega.
"Y la mejor manera para hacer cumplir las leyes es hacerlo de la forma más efectiva y eficiente posible. La tecnología nos lo permite".
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