Trabajo sin descanso: cómo fue el nacimiento de Mozilla, el navegador web de código abierto que marcó una época de la mano de Netscape
En el marco de la octava edición de nerdear.la, los ingenieros Tara Hernández y Jim Roskind, junto al director David Winton, compartieron sus experiencias reflejadas en Code Rush, el documental que cuenta los últimos años del pionero de la Web como compañía independiente a fines de la década del 90
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En 1995 Netscape Communications era una innovadora firma tecnológica que, gracias a un navegador sofisticado y a una incipiente World Wide Web, se convirtió en el referente exclusivo de la nueva era de Internet en la década del 90. Sin embargo, en su rápido ascenso se cruzó con un gigante de la industria como Microsoft, el gran dominador de las PC de la mano de Windows. Con esta ventaja estratégica, la compañía liderada por entonces por Bill Gates decidió meterse de lleno en el mundo online con Internet Explorer, un navegador que marcó una época conocida como la guerra de los navegadores, y que definió el ocaso del pionero de la Web.
Este es el marco de Code Rush, un documental independiente que retrata una época y refleja los intentos por evitar la caída de este pionero de la Web y, en simultáneo, el nacimiento de una innovadora iniciativa colaborativa y abierta que hoy conocemos como el navegador Firefox de la Fundación Mozilla. En un keynote organizado por Nerdear.la, los miembros originales del equipo de Ingeniería de Netscape, Tara Hernández, Jim Roskind y Wolf, junto al director David Winton y el periodista Gregg Zachary, comparten sus recuerdos del inicio de la Web mirada sobre una época clave para la industria tecnológica.
Hernández y Roskind fueron parte central de un grupo ingenieros de Netscape Communications que intentaron torcer el destino marcado, en medio de una batalla legal con acusaciones de monopolio contra Microsoft que llegó hasta el Congreso de Estados Unidos. “En los 90 Netscape era una de las start-up más destacadas. Tuve la fortuna de acceder al interior de la empresa, algo inédito para una compañía de este tipo”, dijo Winston, sobre la posibilidad que tuvo de registrar con sus cámaras la cultura corporativa del navegador más popular de la época.
El documental Proyect Code Rush, con subtítulos en español
Con enormes equipos de comunicaciones y relacionistas públicos, hoy sería imposible imaginar un documental sobre los proyectos y crisis de un gigante tecnológico. Sin embargo, en aquel entonces, Winston tuvo la posibilidad de acceder de primera manoa la cultura corporativa del pionero de la Web. “Hay que tener en cuenta que en esos años Netscape no tenía nada por perder. Aún así, un documental de este tipo no sería posible con la magnitud que tienen compañías como Google, Facebook o Amazon”, señala Winston.
La irrupción de la Web y el posterior auge de las compañías tecnológicas en la década de los 90 le imprimieron un estilo de cultura corporativa distintivo a las firmas de la zona de Silicon Valley y San Francisco. “Tenían una forma de trabajo muy diferente al resto del país. No se podía comparar con Wall Street en Nueva York, ni con Nueva Jersey donde estaba AT&T, ni con IBM”, recuerda Winston.
“La gran diferencia es que ahora las tecnológicas tienen un gran poder sobre sus empleados. En los 90 los programadores interesantes y creativos en Silicon Valley tenían un alto grado de libertad e independencia para expresarse. Eso ya no existe, Google y Amazon, entre otras, despiden a sus empleados que hablan con los medios. Todo eso ha cambiado”, dijo por su parte Gregg Zachary, periodista The Wall Street Journal que cubrió la escena tecnológica de la costa oeste entre 1989 y 2002.
Una cultura laboral sin límites
En muchas de las escenas de Code Rush se puede ver cómo los empleados de una compañía como Netscape, que se jugaba su destino a todo o nada frente a Microsoft en el Congreso de Estados Unidos, aceptaron este desafío de trabajar sin parar hasta alcanzar un objetivo: presentar el código abierto del navegador web Mozilla. Sin embargo, la decisión de trabajar hasta 100 horas o más por semana es una experiencia que Hernández no volvería a repetir.
“Es la lección más importante que aprendí de esa época. No hay necesidad para matarnos en la búsqueda de este tipo de metas”, dijo la ingeniera, que trabaja desde 2018 como gerente senior de Ingeniería en Google.
“Mi salud quedó afectada durante años por esta experiencia. Cuando ocurren estos casos, uno se pregunta quién se beneficia en última instancia cuando se piden estas cosas. Y por lo general, no son los empleados”, agrega Hernández. Por su parte, Roskind reconoce que le resultó atractivo el desafío que vivió durante su paso por Netscape.
“Claro que me encanta trabajar 80 horas a la semana, me motiva y es probable que trabaje a ese ritmo. Sin embargo, no me gusta prometer eso, porque voy a trabajar cuando quiero y cuando algo me apasiona. El gran desafío es lograr una negociación donde ambas partes ganen, tanto la compañía como los trabajadores que se comprometen con un objetivo”, opina Roskind, vicepresidente e ingeniero destacado en Amazon desde 2016.
Con una industria tecnológica renovada por el auge de la Web y una cultura corporativa que empezaba a dar sus primeros pasos, compañías como Netscape y tantas otras fomentaban jornadas maratónicas de trabajo, una práctica que aún persiste en algunos ámbitos.
“Elegimos una fecha arbitraria, tuvimos que cumplir esa meta y agotamos a nuestros empleados para alcanzar ese objetivo con un resultado ambiguo. ¿Se puede cambiar el mundo sin eso? Creo que sí, esa es la diferencia cultural que pongo en duda”, agrega Hernández, que promete que nunca más volverá a pasar por esa experiencia, ni siquiera con su equipo de trabajo en Google, donde la historia la vincula otra vez con el documental.
“En 2018 el equipo que me tocó liderar estaba un joven cuyo padre fue nuestro jefe en Netscape. En mi época era la persona más joven en el sector de ingeniería, ahora soy la más vieja”, rememora una risueña Hernández sobre la conexión entre su pasado y presente en la industria tecnológica.
Una jornada híbrida de Nerdear.la
El panel Code Rush de nerdear.la fue parte de una programación que contó con más de 40.000 inscriptos y unos 25.000 asistentes de más de 15 países de América Latina. “Estamos sumamente felices por los resultados de esta nueva edición, por haber revalidado el formato y por las empresas que nos acompañaron, entre muchas otras satisfacciones que nos deja nerdear.la de este año. “, dijo Ariel Jolo, organizador de nerdear.la y fundador de sysarmy, la comunidad argentina de sistemas, organizadora del evento.