Tiempo de pantalla: esa imprecisa regla que sigue sin definir los efectos reales de los medios digitales y las apps
Los humanos son bombardeados por los medios digitales las 24 horas del día, los 7 días a la semana. ¿Eso es un problema?
Se habla mucho de los medios digitales. El aumento del tiempo de pantalla ha creado preocupaciones sobre el impacto de los medios en la democracia, las adicciones, la depresión, las relaciones, el aprendizaje, la salud, la privacidad y mucho más. Con frecuencia, se asume que los efectos son enormes, incluso apocalípticos.
Sin embargo, los datos científicos a menudo no confirman lo que parece cierto en base a las experiencias cotidianas. Un estudio tras otro confirma que el tiempo de pantalla a menudo no se correlaciona con efectos importantes de una magnitud que coincida con las preocupaciones y expectativas de los consumidores de medios, los críticos, los maestros, los padres, los pediatras e incluso los propios investigadores. Por ejemplo, a través de un examen reciente de más de 200 estudios sobre las redes sociales se llegó a la conclusión de que el aumento del tiempo de pantalla no tenía prácticamente ningún efecto sobre el bienestar psicológico. Un estudio amplio llevado a cabo en adolescentes informó sobre pequeños efectos del tiempo de pantalla sobre el desarrollo del cerebro, y que no había ninguna relación entre el uso de los medios y el rendimiento cognitivo. Pero un conjunto de 20 estudios sobre los efectos de realizar tareas múltiples usando los medios, es decir, el uso de dos o más pantallas al mismo tiempo, mostró pequeñas disminuciones en el rendimiento cognitivo debido a este comportamiento, aunque también señaló nuevos estudios que mostraban lo contrario.
Como investigadores en comunicación, psicológicos y médicos interesados en los efectos de los medios, nos interesa saber cómo el compromiso de los individuos con la tecnología digital influye en los pensamientos, las emociones, los comportamientos, la salud y el bienestar de las personas.
Más allá del "tiempo de pantalla"...
¿Se ha exagerado el poder de los medios sobre la vida moderna? Probablemente no, pero nadie lo sabe, porque hay una grave falta de conocimiento sobre lo que las personas están viendo y haciendo en sus pantallas.
Individuos de todo el mundo están ahora mirando casi las mismas pantallas y pasando mucho tiempo en ellas. Sin embargo, las similitudes entre nosotros terminan ahí. Muchos tipos diferentes de aplicaciones, juegos y mensajes fluyen a través de las pantallas de las personas. Y, como es tan fácil crear hilos de experiencias personalizadas, cada persona termina viendo material muy diferente en momentos diferentes. No hay dos personas que compartan las mismas experiencias mediáticas.
Para determinar los efectos de los medios en la vida de las personas, ya sean beneficiosos o perjudiciales, es necesario conocer lo que las personas están viendo y haciendo realmente en esas pantallas. Pero los investigadores a menudo se equivocan al depender de una métrica más bien contundente: el tiempo de pantalla.
Se sabe que los informes sobre el tiempo de pantalla, la forma más común de evaluar el uso de los medios, son terriblemente inexactos y solo describen el tiempo total de visualización. Hoy en día, en una sola pantalla, puedes cambiar instantáneamente entre enviar un mensaje a un vecino, ver las noticias, criar a un niño, organizar la entrega de una cena, planificar un viaje de fin de semana, hablar en una videoconferencia de la oficina e incluso supervisar tu automóvil, el riego de tu casa y la iluminación. Añade a eso usos más problemáticos -intimidar a un compañero de clase, usar lenguaje de odio o leer noticias inventadas. Conocer el tiempo de pantalla de alguien -su dosis total en los medios- no diagnosticará problemas con ninguno de esos contenidos.
Una solución basada únicamente en el tiempo de pantalla es como dar un consejo médico a alguien que toma múltiples medicamentos recetados para reducir el número total de comprimidos que ingiere a la mitad. ¿Qué medicamentos y cuándo?
La naturaleza compleja y única del uso de los medios
¿Qué sería un mejor indicador del consumo de medios que el tiempo de pantalla? Algo que capte mejor las complejidades de cómo los individuos se relacionan con los medios. Tal vez los detalles sobre categorías específicas de contenido -los nombres de los programas, el software y los sitios web- brindarían más información. A veces, eso puede ser suficiente para resaltar los problemas -jugar un juego popular más de lo previsto, visitas frecuentes a un sitio web político sospechoso o demasiado tiempo en Facebook.
Sin embargo, rastrear grandes categorías de contenido no es tan útil. Mi hora de Facebook, por ejemplo, podría ser utilizada para la auto-expresión y la comparación social; la tuya podría estar repleta de noticias, compras, clases, juegos y videos. Además, a través de nuestra investigación, descubrimos que las personas ahora cambian entre el contenido de sus smartphones y computadoras portátiles cada 10 a 20 segundos en promedio. Muchas personas tienen un promedio de varios cientos de sesiones de teléfono inteligente diferentes por día. La cadencia rápida ciertamente influye en la forma en que las personas conversan entre sí y en lo comprometidos que estamos con la información. Y cada bit de contenido está rodeado de otro tipo de material. Las noticias leídas en Facebook intercalan contenido político entre las relaciones sociales, cada una cambiando así la interpretación de la otra.
Proyecto Screenoma Humano
En esta era de tecnología y grandes datos, necesitamos un DVR para la vida digital que registre la totalidad de las experiencias de los individuos en las pantallas -lo que llamamos el "screenoma", análogo al genoma, el microbioma y otros "omas" que definen las características y exposiciones únicas de un individuo.
El "screenoma" de un individuo incluye las aplicaciones y los sitios web, el contenido específico observado y creado, todas las palabras, imágenes y sonidos en las pantallas, y su hora del día, duración y secuencia. Asimismo, considera si el contenido es producido por el usuario o enviado por otros. E incluye las características de uso, tales como las variaciones en cuanto a la interacción con una pantalla, la rapidez con que se cambia de contenido, el desplazamiento por las pantallas y el encendido y apagado de la pantalla.
Sin el conocimiento de la totalidad del "screenoma", nadie -incluyendo a investigadores, críticos, educadores, periodistas o políticos- puede describir con precisión el nuevo caos de los medios. Las personas necesitan datos mucho mejores -para la ciencia, la política, la crianza de los hijos y más. Y estos datos deben ser recopilados y apoyados por individuos y organizaciones que estén motivados para compartir la información con el fin de que todos la analicen y apliquen.
Los beneficios del estudio del genoma humano requirieron desarrollar el campo de la genómica. Lo mismo ocurrirá con el "screenoma" humano, el registro individual único de las experiencias que constituyen la vida psicológica y social en los dispositivos digitales. Los investigadores tienen ahora las tecnologías para comenzar un estudio serio del "screenoma", que describimos en la revista Nature. Ahora necesitamos los datos -un esfuerzo colectivo para producir, confeccionar mapas y analizar un gran conjunto de "screenomas" que brinde información. Un Proyecto "Screenoma Humano" podría informar a académicos, profesionales de la salud, educadores, padres, grupos de apoyo, compañías de tecnología y políticos sobre cómo maximizar el potencial de los medios y solucionar sus efectos más nocivos.
Traducción de Ángela Atadía de Borghetti
Este artículo fue publicado en The Conversation y reproducido aquí bajo la licencia Creative Commons. Haz clic aquí para leer la versión original en inglés.
https://theconversation.com/screen-time-conclusions-about-the-effects-of-digital-media-are-often-incomplete-irrelevant-or-wrong-129960