TheGrefg: entrevista al streamer español que rompió el récord de audiencia global en Twitch
David Cánovas cuenta cómo es trabajar en Twitch, una de las plataformas de transmisión en vivo que considera que será el futuro del entretenimiento
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Nada más finalizar el bachillerato de ciencias tenía que tomar una decisión que marcaría el resto de su vida. Con unas notas brillantes, dudaba si apostar por una ingeniería o la docencia, porque aquello de enseñar y comunicar siempre le había atraído. Pero junto con sus estudios, desde hacía cuatro años, dedicaba la mitad de su tiempo a su canal de YouTube. Millones de suscriptores consumían sus videos tanto jugando a Call of Duty y Clash Royal como de viaje por Nueva York. Y ante esta dicotomía, el salto al vacío: convertirse en creador de contenido en directo. David Cánovas (Alhama de Murcia, 1997), conocido en Internet como TheGrefg, llegaba a Twitch, propiedad de Amazon, cuando era una plataforma casi desconocida.
“Soy de decisiones espontáneas. Cuando opté por esto, obviamente, tenía ya la base de YouTube. Si salía mal, pues a seguir estudiando. Sobre todo no quería perder la oportunidad de intentarlo”, comenta por videollamada. Mal no le ha ido. Esta semana, sin ir más lejos, ha roto los registros globales de audiencia en Twitch con más de 2,4 millones de espectadores viendo cómo presentaba su personaje y baile para el popular videojuego Fortnite, del que es referente absoluto en España. Es copropietario del equipo de deportes electrónicos Team Heretics. Vive en una mansión en Andorra. Ha superado los 16 millones de seguidores en YouTube y los seis en la plataforma de Amazon.
Precisamente, el propio TheGrefg sirve como ejemplo del cambio producido en Twitch, en especial durante la pandemia. Si comparamos las cifras a nivel mundial con las del año pasado, el incremento de horas consumidas roza el 30%, superando los 1.200 millones en total. “Paso el triple de tiempo aquí que en YouTube. Lo primero que hago es ver los canales que más me gustan, como una especie de zapping. Me puedo divertir con alguien jugando a Fortnite o rapándose la cabeza. Hay mucha oferta ahora mismo”, sostiene.
Tanto oferta como para echarle un pulso al entretenimiento convencional. El contenido audiovisual afronta un momento de cambio en todos sus formatos. TheGrefg guarda cierta fidelidad a las bases con las que nació Twitch en 2007 bajo el nombre de Justin.tv, que no eran otras que la retransmisión en directo de videojuegos. Sin embargo, streamers como Ibai Llanos se han atrevido a emitir en Navidad durante cinco horas las campanadas —superando la audiencia de cadenas como Cuatro y La Sexta al congregar a más de 550.000 usuarios—. “Es impactante que alguien se entretenga tanto con una producción de millones de euros de Netflix como con un tipo hablando en directo desde su habitación”, asegura Cánovas.
Un porcentaje del cambio, al menos así lo entiende TheGrefg, proviene de las generaciones más jóvenes, aquellas que se mueven entre la z y la t. Su consumo de Twitch va a más. Forma parte de su día a día. Ha adquirido tal notoriedad que, ahora mismo, arrastra a gente más mayor. El clásico efecto de bola de nieve. Tan grande comienza a hacerse que personajes alejados de los videojuegos han comenzado su andadura en este entorno. Por aquí ya desfilan desde congresistas estadounidenses como Alexandria Ocasio-Cortez hasta humoristas como Ángel Martín. “Todo el mundo habla de esto. Es una realidad al alza. La gente se da cuenta de que hay un tráfico grande en la plataforma, lo que facilita crear contenido diferente y llegar a más personas”, zanja.
Máxima exposición
El éxito alcanzado por TheGrefg requiere de una exposición pública casi máxima. Como reconoce, debe estar en el máximo de redes posibles. Que alguien llegue hasta su directo lo mismo comienza con un tuit que con una historia en Instagram. “¡Me he tenido hasta que poner a bailar en TikTok!”, exclama. Pese a sus escarceos con otros formatos, no duda que su futuro va a continuar ligado al streaming y los videojuegos, sus pasiones reconocidas. Fortnite ocupará buena parte de su contenido en Twitch, pero abre la posibilidad a innovar. “Me gustaría elaborar un programa propio o con un estilo completamente diferente a lo que existe. Se trata de entretener; y puedo hacerlo con un juego o, por qué no, con un programa de citas entre suscriptores”.
Habla claramente de que su salida de Alhama de Murcia hacia Andorra se debió a motivos económicos. Una decisión habitual en deportistas de élite y cada vez más popular entre otros referentes de la creación de contenido, como Willyex y Lolito Fernández. De aquel cambio hace casi cuatro años. Ahora considera el Principado su casa. Un país que mantiene grandes ventajas fiscales y donde se siente cómodo yendo a esquiar o montando en bicicleta por mitad de la montaña. “Estoy orgulloso, contento de vivir aquí. He sabido aprovechar el sitio donde resido. Todo es muy tranquilo. Ya no estoy aquí solo por el tema económico”.
La popularidad de la plataforma implica que un buen número de jóvenes vea en la emisión en directo una salida laboral rentable. Tan accesible, a priori, como comprar un buen ordenador y una cámara. Pero Cánovas avisa: “Si alguien tiene inquietud por este mundo, ha de comprender que es prácticamente imposible llegar a ser alguien relevante”. Su advertencia parte de una plataforma en la que la competencia crece y crece. Con canales más profesionales, capaces de invertir mucho dinero en las producciones. Donde monetizar el trabajo no surge de la noche a la mañana. “Estoy en desacuerdo con apostar directamente por esta profesión si no tienes una audiencia notable antes”, concluye.