Tenía problemas con el estéreo de su auto, se puso a investigar y encontró su pasión: actualizar o mejorar los sistemas de entretenimiento de los modelos modernos
Es cada más común encontrar grandes pantallas en el tablero del auto, actualizando las que ya estaba o agregádolas como accesorio en autos más antiguos
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Mientras que en otra época la gente buscaba potenciar los parlantes o sumar equipos de música, ahora la tendencia es incluir pantallas más grandes como complemento del estéreo o sistema de entretenimiento del auto para tener Android Auto o Apple Car en cualquier vehículo.
En pocos lugares dejamos de tener el celular a la mano, listos para leer cualquier notificación. El cine o el teatro, un avión por estar muchas veces sin conexión y, por supuesto, el auto. Vale la pena aclarar una máxima que no siempre se respeta: no mirar el teléfono cuando se maneja.
Pero lo que sí se mira, y mucho, son las pantallas en el auto, especialmente por las guías por GPS (con Google Maps y Waze a la cabeza), opciones de música o hasta videos. Los autos modernos suelen traer displays cada vez más grandes, aunque muchas veces requieren una conexión por cable. Y los autos más antiguos ahora pueden recibir una mejora en forma de pantalla reemplazando el tuneo de antaño: en vez de poderosos autoestéreos lo que se usa ahora son dispositivos multimedia para el auto.
Renato Splendore dejó hace unos años su trabajo de oficina para dedicarse a dar soluciones multimedia y tecnológicas para autos. Primero fue algo como un extra, que hacía porque le divertía, pero finalmente decidió apostar por su emprendimiento, Mondo GPS.
“Empecé a tener problemas con un auto modelo 2013 y nadie me daba solución. No había gente especializada en esto. O la agencia que había vendido el coche no hacía reparaciones, solamente cambios”, explica Renato al hablar de sus inicios.
“Siempre me gustó la electrónica, arreglaba computadoras, me encantaba ese mundo. Vi que no había nadie, estaba ese nicho disponible y me metí. Empecé a reparar, reprogramar, modificar el software, agregarle funciones. Primero jugando con mi auto, después con el de algún amigo o familiar diciéndole ‘si te animás me fijo’. Comencé de a poco, con un par de autos. Pero a medida que surgían más problemas investigaba para darle soluciones a la gente”, agrega.
Eventualmente, descubrió que era algo que le divertía y que además los clientes siempre aparecían con nuevas propuestas: “la gente venía y me pedía cosas, porque tenían un auto no tan viejo, pero querían tener las mismas prestaciones que un cero kilómetro. Acá los usuarios tardan más en cambiar el auto, pero buscan igual avanzar con la tecnología”.
Splendore explica además que los trabajos se podrían englobar en tres categorías: reparación, mejoras y cambio completo de equipamiento.
“Uno es la reparación y actualización de equipos originales. Esto se suele dar en los autos más modernos. Otro es el de mejorar la pantalla táctil que traen autos no tan nuevos, para sumarles conectividad inalámbrica, Android o Car Play, con o sin cable. Se cambia el hardware y se mejora mucho. Y la tercera, que es quizás la más ‘estilo Warnes’, que es cambiar por completo el equipamiento: lo que antes era sacar el pasacasette y poner un estéreo con CD. Yo ahora le saco ese equipo y le pongo una pantalla de última generación, con apps, Android, navegación, todo incluido. Y en autos más antiguos, que no tienen opción de cambiarlo en el lugar del estéreo, se suma una pantalla externa sobre el tablero o con una sopapa al vidrio”.
¿Las que más hace? La reprogramación y mejora de equipos, algo que muchos con autos modernos se dan cuenta que necesitan, como poder conectar de manera inalámbrica el celular al auto, para evitar conectarle un cable cada vez que se suben y quieren activar el GPS del teléfono.
Los costos de estos productos suelen ser en dólares, pero la ventaja a largo plazo puede ser muy valiosa, especialmente para los teléfonos caros. “Enchufar el celular todo el tiempo en el auto le va achicando la vida útil a la batería. Entonces mucha gente se da cuenta que con un adaptador para conectar el teléfono al auto de forma inalámbrica, que sale 150 dólares, puede hacer que su smartphone que costó US$ 1000 le dure mucho más tiempo”, resume Splendore.
Además de los upgrades de estéreos y pantallas, su emprendimiento también se mete con las cámaras y los sensores: “Es otro de los chiches que traen los autos modernos y que se puede sumar a otros más antiguos. O a veces la gente no lo pone oficial al comprar un coche nuevo, por los altos costos, pero si es compatible, nosotros podemos hacer el agregado posventa”.