Telefónica cambia de líder, pero no de rumbo
MADRID—José María Álvarez-Pallete sucederá a César Alierta como presidente ejecutivo de Telefónica SA y, junto con el cargo, heredará el desafío de conducir al gigante español de las telecomunicaciones en un contexto de alto endeudamiento, regulaciones crecientemente complejas y una trama de competidores tradicionales y no tradicionales.
La nominación de Álvarez-Pallette, anunciada el martes por la empresa, no fue una sorpresa para analistas e inversionistas, quienes dicen que Alierta había estado preparándolo para el máximo cargo y que el ejecutivo ya ha jugado un papel importante al delinear el enfoque de la empresa de crecer en mercados donde ya tiene una gran presencia —España, Alemania y Brasil— y retirarse de países donde no tenía suficiente escala u ofertas de productos, como Irlanda y la República Checa.
La gran asignatura pendiente de Alierta y de Telefónica —según un ejecutivo de la empresa en América Latina— es México, un mercado de gran potencial de crecimiento, márgenes atractivos y una estructura impositiva más favorable que la de Brasil, pero donde hasta hace apenas algo más de un año los reguladores parecían más enfocados en mantener el statu quo que siguió a la privatización de Telmex. Telefónica ha intentado hacer pie en México desde 1990, sin demasiada suerte. La apertura que recientemente puso en marcha el presidente Enrique Peña Nieto encuentra al grupo "con el caballo cansado", según el ejecutivo con conocimiento sobre los intentos de Telefónica en ese país.
Álvarez-Pallette tendrá que lidiar con un alto endeudamiento que limita la flexibilidad financiera de la compañía para expandirse mediante nuevas adquisiciones.
En sus casi 16 años al frente del conglomerado, Alierta supervisó un período de expansión que fue seguido por un reciente repliegue conforme la empresa se esfuerza para reducir su deuda.
Mientras su antecesor, Juan Villalonga, lanzó la internacionalización de Telefóncia mediante la colocación de acciones, Alierta, que asumió la presidencia ejecutiva en 2000, la continuó mediante la absorción de deuda al comprar, por ejemplo, las operaciones inalámbricas de BellSouth Corp. en América Latina en 2004 y el operador celular británico O2 PLC en 2005.
Las adquisiciones se llevaron a cabo en medio de un amplio optimismo en las juntas directivas españolas, alentadas por un auge inmobiliario que propulsaba el crecimiento de la economía nacional y en un contexto internacional de alta oferta crediticia. Las torres y redes telefónicas subterráneas de Telefónica ahora se extienden por una gran parte de América Latina e importantes mercados europeos.
No obstante, el auge inmobiliario español empezó a acabarse en 2008 y el país entró en recesión. Alierta y otros ejecutivos de Telefónica "estaban viviendo en la negación cuando la macroeconomía se volvió contra ellos", dice Georgios Ierodiaconou, analista de telecomunicaciones de Citi. "Siguieron aumentando el dividendo cada año a niveles que eran muy difíciles de sostener". Para cumplir los pagos prometidos, agrega, la empresa tuvo que reducir la inversión en sus negocios alrededor del mundo y perdió clientes en América Latina y otros mercados.
Alierta cambió de enfoque, ahora con Álvarez-Pallete como su segundo. "En años recientes, la compañía ha tratado de mante-ner la deuda bajo control mediante la reducción de su presencia y la venta de activos en aquellos países donde las oportunidades de crecimiento eran escasas, para enfocarse en cuatro o cinco países que ofrecen oportunidades de expansión", como España, Alemania y Brasil, señala Javier Borrachero, analista de telecomunicaciones de Kepler Cheuvreux. La empresa, sin embargo, sigue estando "altamente apuntalada" por deuda, añade.
En 2013, Telefónica compró el operador móvil alemán E-Plus para redoblar su apuesta en el país y en 2015 acordó vender su filial británica O2 a CK Hutchison Holdings Ltd.
Una venta exitosa será un paso importante en la estrategia de Alierta de concentrarse en los mercados rentables y salir de los que no generan sustanciales ganancias. "Ahora, Telefónica está haciendo lo correcto", afirma Ierodiaconou. Pero el analista cree que el legado (de Alierta) solo "se determinará en los próximos dos o tres años".
La junta de Telefónica votará sobre la designación de Álvarez-Pallete, propuesta por Alierta, en una reunión programada para el 8 de abril, informó la empresa. Telefónica no dio detalles sobre cuándo ocurrirá la salida de Alierta, que permanecerá en el consejo de administración y seguirá dirigiendo la fundación del grupo.
Álvarez-Pallete, de 52 años, se incorporó a Telefónica en 1999 y ha sido su consejero delegado desde 2012. Inversionistas y analistas dicen que en los últimos dos años Alierta pareció ceder más decisiones a su lugarteniente.
Álvarez-Pallete "es considerado como alguien que tiene un par de manos muy seguras para Telefónica y es ampliamente respetado por los mercados financieros", dice Paul Marsch, analista de Berenberg Bank.
Las acciones de Telefónica cerraron con un alza de 1,5% en la Bolsa de Madrid tras el anuncio, comparado con un aumento de 0,2% del índice español IBEX 35.
En América Latina, según una persona al tanto, Telefónica tiene por delante un entorno regulatorio crecientemente más complejo conforme las autoridades de unos países aprenden de los otros y tienden a seguir los pasos de la Unión Europea en materia de competencia.
Al igual que en Europa, Telefónica necesita remontar en la región la presión de distintos gobiernos por facilitar la entrada de nuevas empresas que operan sobre la infraestructura de redes en manos de Telefónica y otras compañías tradicionales. Alierta ha liderado en los últimos años la batalla de Telefónica en las dos regiones para revertir reglas de juego que, desde su punto de vista, permiten que operadores no tradicionales presten servicios sobre redes establecidas y compañías de Internet como Facebook y Google ofrezcan servicios gratuitos para luego beneficiarse de un negocio publicitario basado en la información de los usuarios.
Aunque ha preparado a Álvarez-Pallette durante un largo tiempo, el anuncio puede haber sido sorpresivo en un punto: ya antes, Alierta pareció haber iniciado el mismo proceso con otros nombres, para después dejarlos fuera de carrera. No sólo no ha sido ese el caso de Álvarez-Pallette, sino que este ha sido el impulsor de algunos cambios que al parecer están permi-tiendo enderezar el rumbo de Telefónica. "El sólo hecho de haber sobrevivido la ‘maldición’ de otros aparentes sucesores ya es un mérito", subrayó un ejecutivo con conocimiento del proceso.
Jeannette Neumann y Rubén Correa
The Wall Street Journal