Tecnología en deconstrucción: los asistentes virtuales no tendrán género
Hasta ahora, llegaban con voces femeninas y profundizaban los estereotipos; los nuevos enfoques para ofrecer mayor inclusión. Apple, con Siri, dio el puntapié inicial
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Solo el 6% de las apps, descubrió Equals, fueron creadas por mujeres. “Será necesario tener datos actualizados, pero está bueno visibilizarlo y pensar cómo este grupo, igual que otros, no está representado, y eso conduce a sesgos”, dice a LA NACION Melina Masnatta, directora de la Chicas en Tecnología.
El caso de los asistentes virtuales, hasta ahora sexistas –aunque en vías de ya no serlo– resulta paradigmático. El informe de la Unesco, Me sonrojaría su pudiera, dejó en evidencia los vicios de esos sistemas presentes en teléfonos, televisores, parlantes y otros dispositivos. El título del reporte se inspiró en la respuesta que hace un tiempo daba Siri, el asistente de voz de Apple, cuando alguien le decía “sos una perra”. En la era de la deconstrucción y al tiempo que emerge una disruptiva voz sin género para esos programas, el sistema de Apple ahora replica “no responderé a eso”.
Y más: la compañía acaba de anunciar que Siri ya no llegará con voz femenina. El sistema operativo móvil pedirá ahora a los usuarios que elijan el tono preferido durante la configuración del dispositivo. Desde la empresa dijeron que se trata de un “compromiso con la diversidad y la inclusión”.
“El servilismo de Siri y de los otros asistentes virtuales, que se presentan con voces de mujeres jóvenes, es una ilustración poderosa de los prejuicios de género, en este caso codificados en productos tecnológicos generalizados en ese sector, y eso se evidencia también en la educación en habilidades digitales”, señaló en su informe el organismo de la ONU, notando que las mujeres y niñas tienen un 25% menos de probabilidades que los hombres de aprovechar las soluciones digitales para fines básicos.
Saniye Gülser Corat, directora de la División para la Igualdad de Género de la Unesco, dijo en declaraciones a El País de España que la tecnología no es en sí misma machista y que en cambio “reproduce nuestros valores y sesgos”. En ese orden advirtió que en la industria la participación de las mujeres está por debajo del 20% y que esa cifra cae a la mitad en el ámbito de la inteligencia artificial, cuna de los asistentes virtuales.
“El hecho de que programas como Siri o Alexa estén desarrollados de forma sexista tiene que ver con quién está programándolos y alimentándolos de datos”, sostuvo.
Ciberfeminismo
“Para apartarnos de los sesgos, creo que lo más importante es que en la etapa de diseño esté involucrado un equipo diverso que alimente la innovación y la participación de las minorías en la creación de ciencia y tecnología”, comenta Masnatta. En esa misma línea, Angustias Bertomeu Martínez, fundadora de la Asociación E-Mujeres, dice que el mentado machismo de los asistentes depende del guion que se les asigne. “De ahí la necesidad de incluir personas con conocimiento de género en los desarrollos, sin olvidar que el hecho de ser mujer no garantiza esos conocimientos. Es imprescindible la formación”, advierte.
A comienzos de este siglo la teórica feminista Rosi Braidotti dijo en Un ciberfeminismo diferente que Occidente repite sus hábitos ancestrales, también en los momentos de gran desarrollo tecnológico. “Especialmente, la tendencia a crear diferencias y organizarlas jerárquicamente”. Esa advertencia se confirma en ciertos programas que proliferaron años más tarde en los smartphones. Q es una excepción: se trata de la primera voz sin género para los asistentes virtuales.
Emil Asmussen, uno de los creativos de la agencia Virtue de donde surge el proyecto Q, explica que tuvieron la idea cuando notaron que mientras los gobiernos reconocen diferentes opciones de género, eso no ocurre dentro de las empresas tecnológicas y en sus desarrollos. “Si la tecnología debe empujar hacia adelante, ¿por qué no está a la vanguardia en este aspecto?”, se pregunta.
Creado por un equipo multidisciplinario (lingüistas, diseñadores de sonido y especialistas en comportamiento humano, inteligencia artificial y robótica), el asistente tiene una voz que no es femenina ni masculina. “Creamos una tonalidad neutral”, señalan, que desarrolló su propuesta en colaboración con expertos de la ONU. Según explican el tono de voz neutro ocurre en el rango de los 145 a los 175 Hertz.
Este asistente no binario “es un ejemplo de lo que esperamos que depare el futuro, con ideas, inclusión y representación diversa en tecnología”, aseguran mientras trabajan para generar alianzas y sumar esta opción a los dispositivos disponibles en el mercado. Acaso, la idea sea un impulso para que las grandes compañías adopten propuestas similares.
Respecto a esos esfuerzos, Bertomeu Martínez opina que “el problema no está en la voz, sino en los estereotipos que acompañan la voz. Creo que cuando entran mujeres en los espacios de toma de decisión, en todos los ámbitos, se abren las posibilidades. Guionistas, desarrolladoras, gerentes, administradoras, grafistas, ejecutivas…, ¡la pluralidad siempre aporta riqueza!”, concluye.