Bermuda una agencia de base tecnológica para desarrollar experiencias publicitarias innovadoras; el 70 por ciento de sus ingresos viene de clientes extranjeros; ganaron tres premios Clio por sus proyectos
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Un grupo de emprendedores creó Bermuda, una agencia de base tecnológica para desarrollar experiencias publicitarias innovadoras. Con el 70% de su facturación proveniente de exportaciones, trabajan en proyectos que van desde filtros de TikTok hasta islas virtuales en Fortnite.
En un mundo donde la atención dura segundos, encontrar formas de sorprender se ha convertido en una carrera contrarreloj. En ese terreno, cinco creativos argentinos han elegido la tecnología como aliada para transformar ideas en experiencias publicitarias que buscan detener el scroll y capturar algo más valioso: la conexión emocional con las audiencias.
Con este norte, un grupo emprendedores argentinos fundó Bermuda, una agencia que opera en la intersección de creatividad y tecnología. Desde su nacimiento, ha logrado una fuerte presencia internacional: el 70% de sus ingresos proviene de servicios exportados, principalmente a mercados como Estados Unidos y México. La empresa combina herramientas tecnológicas avanzadas con estrategias publicitarias innovadoras para desarrollar experiencias que van desde filtros de TikTok y mundos en Fortnite hasta activaciones inmersivas para marcas globales.
Matías Berruezo, uno de sus fundadores, explica que la agencia busca ser un puente entre estos dos mundos. “Nos dimos cuenta de que había una oportunidad en el mercado para desarrollar experiencias tecnológicas creativas que desafiaran lo convencional, tanto en lo físico como en lo digital”, comenta.
El equipo identifica dos áreas principales de trabajo: las experiencias físicas, diseñadas para eventos y activaciones, y las digitales, que se desarrollan en plataformas exclusivamente online. En los mercados internacionales, donde los presupuestos permiten mayor flexibilidad, los proyectos tienden a ser más ambiciosos. En contraste, en Argentina las iniciativas suelen estar limitadas por las condiciones económicas locales, aunque la agencia ha encontrado maneras de adaptarse, como en el caso de Establecimiento Las Marías, que implementó realidad aumentada en sus envases para celebrar sus 100 años.
Del metaverso a la Fórmula 1
El portafolio de Bermuda incluye proyectos diversos que muestran la amplitud de su enfoque. Un ejemplo es la creación de una isla en Fortnite para MTV, que permitió a los usuarios participar activamente en la premiación de los premios Miaw 2024. Este caso refleja cómo las marcas están explorando el potencial del gaming como un canal publicitario.
Otro ejemplo es la activación para Netflix basada en Resident Evil. Diseñada como una experiencia inmersiva en la que los participantes vivían una simulación de “zombies”, el proyecto fue implementado en un espacio público en Santa Mónica, Estados Unidos. Este tipo de iniciativas no solo atraen a los fanáticos de las marcas, sino que generan un impacto visual que amplifica su alcance.
Además, Bermuda ha desarrollado filtros de realidad aumentada en TikTok e Instagram que combinan creatividad y funcionalidad. Según Santiago Maiz, socio de la agencia, el desafío está en diseñar experiencias que no solo capturen la atención, sino que sean intuitivas y fáciles de compartir. “Hoy, las marcas no buscan solo impresionar. Quieren conectar de forma auténtica con sus audiencias y alcanzar objetivos concretos de negocio”, detalla. “Desarrollamos la experiencia Fast React Test para Globant y creada por la agencia Gut. Se hizo durante el gran premio de la F1 en Austin y permitió a los fans entrenar sus reflejos como lo hacen los pilotos y ganar premios para la carrera.”
Nuevas demandas del mercado
El sector publicitario está en constante transformación debido a la incorporación de nuevas herramientas tecnológicas. En los últimos años, tendencias como la realidad virtual y la inteligencia artificial han tomado protagonismo. Para Bermuda, cada tecnología debe evaluarse según su capacidad para resolver problemas específicos. “El hype tecnológico puede ser efímero, pero ciertas herramientas logran consolidarse”, afirma Maiz. Por ejemplo, los códigos QR, a menudo subestimados, han sido utilizados en campañas exitosas para dirigir a los usuarios hacia experiencias interactivas.
Sin embargo, la adopción de tecnologías emergentes no es suficiente por sí sola. Las marcas ahora exigen resultados tangibles. En este contexto, la agencia enfrenta un doble desafío: desarrollar experiencias impactantes que cumplan con los objetivos comerciales de sus clientes y al mismo tiempo adaptarse a las limitaciones presupuestarias del mercado local.
El modelo de negocio de Bermuda depende en gran medida de los mercados internacionales. Este enfoque le permite trabajar en proyectos de mayor escala y explorar ideas más complejas.
En este contexto, en abril pasado, Bermuda fue reconocida con tres Premios Clios, un galardón internacional que destaca la excelencia en creatividad y publicidad. Dos de los premios, un Oro y un Bronce, fueron para la campaña Probably, realizada junto a la agencia GUT para Stella Artois, donde Bermuda lideró la producción y dirección, además de un evento en el Museo de Bellas Artes de Buenos Aires. El tercer Clio, un Bronce, fue para Google iPager, una colaboración con David Miami que incluyó el desarrollo de complejos prototipos tecnológicos y su distribución a influencers. Este reconocimiento posiciona a Bermuda como una referencia en la industria publicitaria, no solo en Argentina sino a nivel global.
Hoy, la apuesta de la agencia incluye el desarrollo de un laboratorio creativo, denominado Creative Technology Lab. Según Nicolás Ferrero, otro de los socios, este laboratorio no es solo un espacio físico, sino un lugar donde se desafían los límites de lo posible. “Es un terreno de experimentación donde la creatividad y la tecnología conviven sin barreras. Aquí se gestan soluciones que otras agencias no se atreven a explorar por complejas o arriesgadas”, apunta. Aunque el laboratorio permite explorar nuevas posibilidades, el desafío es transformar estas ideas en proyectos viables y sostenibles.