Solares o con tinta electrónica: cómo son los nuevos relojes híbridos que están llegando al mercado
Fossil actualizó su modelo conectado con pantalla de tinta electrónica, mientras que Sequent presentó un nuevo diseño que solo necesita la luz del sol para funcionar; ambos miden los pasos, el pulso y, en el caso del Fossil, la oxigenación en sangre
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Hace una década, una pequeña firma repensó el reloj de pulsera y lanzó Pebble, la primera plataforma de primeros relojes inteligentes populares, y cambió lo que esperamos de un reloj que llevamos en la muñeca. Antes hubo relojes calculadora, o con juegos, o capaces de sintonizar transmisiones de TV (como el modelo de Seiko de 1982). Pero en la última década pensamos en relojes inteligentes, pulseras deportivas y relojes híbridos, o conectados, todos agregando -con mayor o menor sofisticación- funciones nuevas al concepto clásico de dar la hora y la fecha; hoy esperamos que, al menos, midan nuestra actividad física (los pasos y las sesiones deportivas), infieran la calidad de nuestro sueño y nos informen nuestro ritmo cardíaco (incluyendo arritmias y fibrilaciones) o como venimos de oxigenación en sangre (un dato que se usó como alerta temprana de contagio de Covid). Otros nos permiten tomar un electrocardiograma, medir la presión arterial y la masa corporal o, en un futuro, saber nuestra temperatura.
Esto, claro, más allá de las notificaciones de las apps del teléfono y de las nuevas funciones que habilitan las aplicaciones para el reloj, algo disponible en los modelos con pantallas (de Apple, Samsung, Fitbit, AmazFit, Huawei y otros), que sin embargo tienen un impacto negativo, previsible, en la autonomía del reloj. Todo no se puede. Los relojes con pantalla necesitan recargarse en un tiempo que, en el mejor de los casos, se mide en varios días.
Otros diseños, en cambio, van por un camino alternativo: los relojes híbridos, que tienen un aspecto de reloj tradicional (con las agujas de la hora y el minutero, y una segunda complicación para mostrar cuántos pasos dimos en el día) y envían vía Bluetooth a nuestro teléfono los datos que midieron sus sensores. No pueden mostrarlos en el mismo reloj, pero eso aumenta considerablemente la duración de su batería. Usan pilas clásicas de reloj y tienen una autonomía de seis meses o un año. O, en otros casos, energía infinita, con un poco de precauciones.
Muñecas al sol
Esto propone la firma suiza Sequent; hace unos años presentó el SuperCharger, un reloj pulsera automático, es decir, que transforma el movimiento natural de la mano -sobre todo, al caminar- en electricidad para su pequeña computadora interna. Se da cuerda solo. Los relojes automáticos existen hace décadas, pero siempre orientados a modelos tradicionales, analógicos; este fue el primero en ofrecer algo así para un reloj conectado. Si el dueño se mueve, hay electricidad para el chip interno. Ahora la compañía redobla la apuesta con un segundo modelo, el Sequent SolarCharger, que según dice esconde, detrás del cristal de zafiro, el mayor panel solar instalado en un reloj de pulsera.
El SolarCharger no es el primero, igual: más allá de algunos relojes solares de pulsera que han salido en las últimas décadas (sin funciones adicionales a dar la hora) Garmin ya había presentado un reloj deportivo solar en 2019, con pantalla, que actualizó este año con el Forerunner 955; y Matrix tiene su PowerWatch 2, que combina un transformador termoeléctrico (usa la diferencia de temperatura entre nuestra piel y la caja del reloj para generar electricidad) con un panel solar integrado que permite una autonomía infinita. Ambos están orientados a deportistas y actividades al aire libre.
El aspecto del reloj SolarCharger es clásico (con una caja de 47 mm, de acero o de plástico reciclado mezclado con fibra de vidrio, y un grosor de 13 mm); todo el dial tiene un panel solar que le da vida al chip interno del reloj, que incluye un podómetro y sensor de actividad física (terrestre o acuática), seguimiento de sueño y medición del ritmo cardíaco, además de ponerse en hora automáticamente según le indica nuestro teléfono. Lo básico, pero está muy bien para un reloj que con una hora diaria de luz -solar directa, o ambiente- logra unos 12 meses de autonomía. Más exposición a la luz y la autonomía será virtualmente infinita. Por ahora es un proyecto de Kickstarter, aunque ya alcanzó el mínimo de financiamiento colectivo necesario; los relojes tendrán un precio de 399 o 499 dólares cuando comiencen a venderse a fin de año; quienes participen de esta venta inicial tendrán un descuento de 100 dólares o más.
Quienes busquen algo un poco más tradicional tienen el flamante Fossil Gen 6 Hybrid, la actualización del Fossil Hybrid HR de 2019. ¿Qué ofrece? Un reloj híbrido que no tiene pantalla solar, ni una vasta autonomía, pero sí un aspecto de reloj convencional; pero detrás de las agujas vive una pantalla de tinta electrónica, ideal para estos dispositivos, porque permite mostrar información en forma permanente sin gastar energía; como los lectores de ebooks tipo Kindle, la tinta electrónica solo consume energía cuando se modifica la información que muestra.
Con un precio de entre 229 y 249 dólares (según si es un modelo más femenino o más masculino, con cajas de 40 o 45 mm) se puede elegir qué información desplegar en esta pantalla, como la cantidad de pasos que dimos durante el día, nuestro ritmo cardíaco, la fecha, la temperatura y otras cuestiones (o una imagen en blanco y negro). Con los botones se puede controlar la reproducción de la música del teléfono, e incluso tiene un micrófono para interactuar con Alexa (pero no, por ahora, con el Asistente de Google). También permite aprovechar su pantalla de tinta electrónica para mostrar notificaciones de aplicaciones y mensajes de texto, activar un cronómetro, etcétera. Como otros relojes conectados modernos, además de medir los pasos, la actividad física y el sueño, el Fossil Gen 6 Hybrid tiene sensores de pulsaciones y de oxigenación en sangre. Tiene una batería que ofrece dos semanas de autonomía; luego habrá que usar un cargador. El reloj ya está en venta en EE.UU.