Sin temor a Silicon Valley, la alemana Bosch entra en la ‘Internet de las cosas’
STUTTGART, Alemania—Volkmar Denner, presidente ejecutivo del gigante alemán de ingeniería y manufactura Robert Bosch GmbH, está intentando combinar el tan mencionado know-how industrial de Alemania con las destrezas de Internet estadounidenses.
Denner apuesta a que el futuro de su compañía —uno de los mayores conglomerados del mundo que no cotizan en bolsa— dependa de la "Internet de las cosas", con la conexión a la red de bienes y dispositivos de uso diario para alimentar el ascenso de los hogares y autos "inteligentes". Denner quiere además digitalizar la manufactura de Bosch en fábricas "inteligentes".
El conglomerado alemán tiene una amplia presencia en América Latina, con operaciones que incluyen a Argentina, Brasil, México, Chile, Colombia, Panamá, Perú y Venezuela.
A diferencia de muchos ejecutivos y políticos alemanes que ven a Google Inc. y Silicon Valley como amenazas, Denner dice que la industria alemana puede aprender de las empresas estadounidenses de Internet.
La lección de EE.UU. para las empresas alemanas tradicionales es la de "aumentar la velocidad" y al mismo tiempo adoptar un "espíritu innovador", afirmó Denner en una entrevista reciente.
Eso significa estar más dispuestos a cometer errores y aprender de ellos. Si una empresa está "demasiado enfocada en la ejecución, basada en pensar, analizar y planear", indicó Denner, "el fracaso habitualmente no forma parte de esa historia". Algunas áreas de Bosch tienen poca tolerancia para el fracaso. Pero en las que están ligadas a tecnologías de Internet, dice, "es simplemente la norma".
Denner, que ha estado en Bosch casi 30 años y asumió el cargo principal en 2012, ha empleado esa referencia para construir las operaciones de software de la empresa mediante recientes adquisiciones. Su objetivo es rehacer la empresa en partes iguales como grupo manufacturero y de tecnología de la información. El año pasado, Bosch registró ventas de 49.000 millones de euros (US$55.290 millones), comparado con 71.900 millones de euros de la rival Siemens AG en su año fiscal 2014.
En febrero, Bosch divulgó que adquiriría ProSyst Software GmbH, desarrolladora de software para dispositivos inteligentes con sede en Colonia y 110 empleados. En marzo, informó que reclutaría unos 12.000 empleados nuevos y que una "cantidad creciente" serían para su negocio de software. La compañía cuenta ahora con 3.000 ingenieros de software que trabajan en la Internet de las cosas.
Esos programadores no sólo desarrollarán software para Bosch. Denner apunta a promocionar su empresa mediante la creación de plataformas de software a las que otros puedan acceder y adaptar fácilmente. Bosch, la empresa de equipos de telecomunicaciones estadounidense Cisco Systems Inc. y la firma de ingeniería suiza ABB Ltd. se asociaron el año pasado en Mozaiq Operations GmbH, una empresa conjunta que está diseñando una plataforma de software abierta para aplicaciones y dispositivos de hogares inteligentes.
"Todo lo que hacemos en ese mundo conectado tiene que estar abierto", anotó Denner.
Bosch también ha desarrollado su propia plataforma de software para fábricas inteligentes, llamada IOT Suite, que permite a las empresas conectar maquinaria de producción en una nube segura y aprovechar su aplicación de "Procesamiento de Grandes Datos".
La plataforma es un "producto realmente competitivo" pero rivales como General Electric Co. y el gigante de software corporativo SAP SE también trabajan "en enormes iniciativas en este segmento", precisó Martin Junghans, un investigador sénior en el Instituto de Tecnología de Karlsruhe.
Un punto a favor de Bosch, dijo Junghans, es que su método abarca "todo el espectro", que potencialmente va desde una la-vadora de platos inteligente hasta las máquinas en la fábrica que las ensamblan. La mayoría de los esfuerzos de los competidores se enfocan sólo en la manufactura, agregó Junghans.
La disposición de Denner de trabajar con potenciales competidores extranjeros difiere de la orientación del gobierno alemán. Berlín está encabezando una iniciativa público-privada conocida como Industrie 4.0, que busca traer una "cuarta revolución industrial" al conectar la Internet de las cosas a la manufactura alemana.
Si el sector manufacturero alemán —22% de la producción económica del país comparado con 12% en EE.UU.— no se digitaliza, podría costarle "un declive en el valor industrial" de unos 220.000 millones de euros para 2025, según un estudio de Roland Berger Strategy Consultants. De tener éxito, el sector podría sumar 425.000 millones de euros para 2025, halló el estudio.
Industrie 4.0 apunta a fortalecer las empresas alemanas contra la renaciente manufactura de EE.UU. y los productores más económicos de mercados emergentes.
Pero Bosch irritó a algunos funcionarios del gobierno el año pasado cuando se convirtió en la primera empresa alemana en unirse a una iniciativa similar liderada por EE.UU. conocida como Industrial Internet Consortium (ICC), fundada el año pasado por empresas estadounidenses entre las que se cuentan Cisco y GE.
Denner dijo que tanto Industrie 4.0 como IIC son valiosas para Bosch. La iniciativa alemana se ha concentrado en crear estándares comunes, mientras que el esfuerzo estadounidense, más pragmático, fue diseñado para enfocarse en experimentos, explicó.
El recelo del gobierno alemán de la iniciativa de EE.UU. está ligado a un nerviosismo más amplio de Alemania sobre el dominio de las empresas de tecnología estadounidenses.
Denner dijo que la pregunta sobre quién controlará la Internet industrial sigue abierta. "No está garantizado que las empresas de informática que no tienen presencia en el mundo físico dominarán las que poseen el mundo físico y (están avanzando) en el mundo conectado", expresó.
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