Sin inmigrantes en Estados Unidos no existirían Whatsapp, Google o Uber
Un repaso por algunos de los casos de empresas líderes en tecnología que fueron fundadas por inmigrantes y refugiados como los que deja afuera del ese país la última medida de Donald Trump
Estados Unidos no sería la mayor economía del mundo si no fuese por la creatividad, el trabajo y la innovación de 41 millones de sus inmigrantes, el equivalente a una Argentina entera instalada en suelo norteamericano. Ese país, con 320 millones de habitantes y un PBI superior a US$ 18.560 billones, no sólo se jacta de ser el dueño de patentes de propiedad intelectual (suma unas 200.000 cada año) y de marcas de impacto mundial como Whatsapp, Tinder o Yahoo, empresas fundadas por un ucraniano, un iraní y un taiwanés; respectivamente, sino que además el Estado llena sus arcas públicas con el cobro de impuestos anuales sobre las ganancias de esas compañías exitosas con oficinas centrales en distintas ciudades de California, la sexta economía global si se coteja su PBI (US$ 2500 billones) con la de los países más ricos.
El flamante presidente estadounidense, Donald Trump , no tomó nota de éstos datos cuando vetó el ingreso de ciudadanos de siete países que buscaban una oportunidad en Estados Unidos . El 45to mandatario de Estados Unidos dice que no valora a los inmigrantes a pesar de que debería reparar en cómo el país que ahora gobierna se beneficia con el trabajo y la inventiva de miles de ellos, que a su vez contribuyen a la economía nacional para que ese país sea cada vez más grande.
Centenares de empresarios y emprendedores destacados en Estados Unidos nacieron en Asia, África, Europa y América Latina. Optaron por dejar atrás sus culturas y familiares para perseguir sueños y encontrar nuevas oportunidades laborales y profesionales.
Las estadísticas oficiales indican que uno de cada tres emprendedores en EE.UU. nació en el exterior
Las estadísticas oficiales indican que uno de cada tres emprendedores en EE.UU. nació en el exterior. Se sabe que hay 27 millones de inventores y creadores de nuevas empresas, sobre todo en las industrias de la tecnología e Internet de las cosas. Y el 9% de ese total son inmigrantes.
En Estados Unidos hay 20 millones de empresas registradas, las más reconocidas en el exterior son evidencia suficiente de que inmigrantes destacados han dejado un legado insuperable. Muchos de ellos, hoy multimillonarios, pagan tasas impositivas que oscilan entre 35% y 60% en base a sus ingresos anuales y, lo que no es menor, generan miles y miles de empleos en industrias tan prósperas como necesarias: tecnológica, transporte, logística, alimenticia, farmacéutica, biotecnológica, financiera y cinematográfica, entre otras.
Algunos de los responsables de que hoy existan compañías exitosas en Silicon Valley, el corazón del desarrollo tecnológico global, son personas nacidas fuera de Estados Unidos. Es por esto que propietarios y CEOs de algunas de esas empresas repudiaron en forma masiva la decisión de Donald Trump de frenar el ingreso de inmigrantes .
La historia del ucraniano Jan Koum, emprendedor de 40 años, es clave para entender al entramado social estadounidense. Es el ideólogo y cofundador de Whatsapp. Koum nació en Kiev, Ucrania, en el seno de una familia pobre. Era hijo de un albañil y de una ama de casa (ya fallecidos). A los 17 llegó a Estados Unidos y sobrevivió con cupones de comida hasta que comenzó a trabajar en la industria de la tecnología, mientras estudiaba en la Universidad del Estado de San José aunque nunca terminó su carrera de grado. En 2009 creó Whatsapp apra comunicarse con su familia en forma económica. El mensajero fue un éxito, y cuando Koum cumplió 38 se convirtió en una estrella: le vendió a Facebook su empresa de mensajería instantánea con 55 empleados por US$ 19.000 millones en 2014. Hoy Koum declara un patrimonio neto de US$ 8700 millones, más del doble de lo que tiene el primer mandatario estadounidense, según el ranking que lista a los hombres más ricos del mundo elaborado por la revista neoyorkina Forbes.
PayPal
Otro inmigrante famoso en Silicon Valley es Max Levchin, coterráneo de Koum, aunque mayor que su colega. Levchin es reconocido en la industria tecnológica por ser el co-fundador del sistema de pagos virtuales PayPal que comenzó a utilizarse en forma masiva a medida que el e-commerce crecía en el mundo en 1998. Este especialista en informática pidió asilo político al gobierno norteamericano en 1991 y se radicó en Chicago. Egresó de la Universidad Urbana-Champaign de Illinois en 1997, con un título en ciencias de la computación. Hoy es dueño de una fortuna personal de US$ 300 millones.
El ruso Sergey Brin, co-fundador de Google, nació en Moscú en 1973. Brin, que ya tiene 43, emigró a Estados Unidos con su familia desde la desaparecida Unión Soviética con apenas seis años. Es licenciado en matemáticas y en ciencias de la computación por la Universidad de Maryland. Con sus dos títulos bajo el brazo, Brin consiguió además una beca para doctorarse en informática en la prestigiosa universidad de Palo Alto (California), Stanford. Allí fue a donde conoció a su amigo y actual socio, Larry Page. Entre los dos aún controlan el 16% de las acciones del mayor motor de búsqueda en Internet. Para la revista británica The Economist, éste inmigrante con ciudadanía estadounidense es “un hombre ilustrado”. Además de tener conocimientos envidiables para muchos emprendedores de su generación, Brin es dueño de una fortuna que asciende a US$ 39.600 millones.
Tinder
A diferencia de sus colegas, el co-fundador de Tinder –la exitosa red social que ayuda a sus usuarios a encontrar pareja desde el celular- Sean Rad nació en un sanatorio de Los Ángeles. Sin embargo, fue criado por sus padres, inmigrantes, como un iraní en suelo estadounidense en los 70, unos meses antes de que Ayatollah Khomeini comenzara la revolución en su país. El actual CEO de Tinder creció en la comunidad persa de Beverly Hills y no tardó en desarrollar un interés por los negocios y la tecnología. Sus dos padres trabajan en la industria tecnológica, y eso lo motivó a concretar una licenciatura en la universidad californiana Marshall School of Business. Y fue justamente en el ámbito universitario en el que éste emprendedor de origen iraní y su socio testearon y desarrollaron lo que con el tiempo se convirtió en la madre de las aplicaciones de citas. En 2015, Tinder, que registra 600 millones de usuarios y es propiedad de Match Group, comenzó a cotizar en Nasdaq. La compañía fundada por Rad vale US$ 3000 millones, y en el mercado estiman que él es dueño de un patrimonio equivalente al 1% de esa cifra.
Kingston
El fabricante estadounidense de memorias Kingston Technology, una de las más conocidas en ese segmento en la industria informática, nació en 1987 tras es el esfuerzo de dos inmigrantes. Sus fundadores fueron el taiwanés David Sun, hoy CCO de la compañía que factura US$ 8500 millones al año, y su socio chino John Tu, el actual CEO de la empresa que emplea a 4000 personas. A pesar de que se conoce poco sobre la historia de vida de estos dos empresarios que se naturalizaron estadounidenses en los 80 y que hoy residen en California, se sabe con certeza que ambos tributan miles de dólares en concepto de impuestos por sus fortunas declaradas ante el fisco: Sun y Tu tienen patrimonios netos por US$ 6500 millones cada uno.
Yahoo
Jerry Chih-Yuan Yang nació en Taiwán. Su padre murió cuando tenía dos años. A los diez se mudó a San José, California, con Lily y Ken, su madre viuda y su hermano menor. Pese a que su madre era profesora de inglés, cuando llegó a Estados Unidos solo sabía una palabra: shoe (zapato). Yang es conocido en Silicon Valley por haber sido uno de los cerebros detrás de Yahoo! Desde chico se destacó por ser inteligente: en tres años aprendió a hablar inglés como un nativo. Y a medida que avanzaba en sus estudios, sobresalía. Se graduó en Piedmont Hills High School y obtuvo una licenciatura y, más tarde, un doctorado en ingeniería electrónica en la Universidad de Stanford. El empresario taiwanés, de 48 años, tiene una fortuna de US$ 2200 millones.
Uber
Uber, la exitosa compañía estadounidense de transporte urbano que construyó una comunidad de conductores independientes que se vinculan mediante una aplicación de celular, fue fundada en 2009 por el canadiense Garrett Camp y su socio norteamericano Travis Kalanick. Camp es hijo de una artista y un economista, ambos radicados en Canadá. En 1996 egresó de la Universidad de Calgary con un título de ingeniero electrónico, luego se mudó a Montreal para perfeccionar sus estudios y en 2000 obtuvo un doctorado en ingeniería en sistemas. Camp siempre fue un inversor muy ambicioso, probó suerte en su país natal hasta que uno de sus emprendimientos tecnológicos lo trasladó a San Francisco, California. En 2007 conoció a su actual socio y juntos lanzaron al mercado UberCab en 2009. Desde entonces la compañía es un éxito en el mundo entero: emplea a 7.000 personas en 350 ciudades de 60 países y tiene un valor de mercado superior a US$ 63.000 millones, diez veces lo que vale YPF. El triunfo comercial de este emprendimiento compensó a Camp con una fortuna personal de US$ 6300 millones.
Sun
El indio Vinod Khosla, de 62 años, nacido en Nueva Delhi, fue uno de los cuatro fundadores de Sun Microsystems, fabricante de semiconductores y software para administrar servidores, sistemas operativos en grandes compañías, entre otros servicios informáticos. La compañía de Santa Clara, California, que fue adquirida en 2010 por Oracle, es una de las más grandes de Silicon Valley desde 1982. Es tan grande e influyente en la industria tecnológica global que emplea a 40.000 personas, casi la población de una ciudad pequeña, y factura más de US$ 12.000 millones por año. Khosla estudió ingeniería electrónica en la Universidad de Delhi y decidió mudarse a Estados Unidos para perfeccionar sus conocimientos técnicos y académicos. El empresario, hoy radicado en California y dedicado a las finanzas, continuó sus estudios en las universidades Carnegie Mellon y Stanford. Khosla logró reunir un patrimonio cercano a los US$ 1590 millones.
También hay emprendedores que se destacaron en otras industrias. El turco de origen kurdo Hamdi Ulukaya, de 40 años, fundó la archiconocida yogurthería griega Chobani y sus ventas le depararon una fortuna de US$ 2000 millones. El rumano John Farber amasó un patrimonio de US$ 1170 millones innovando la industria química en Nueva York. Marc Lasry nació en Marrakesh, Marruecos, y cuando cumplió siete años inmigró con su familia a Connecticut. Lasry fundó un fondo de inversión Avenue Capital Group en Wall Street con su hermana y consiguió engordar sus cuentas bancarias en US$ 1900 millones. El griego Dean Metropoulos, nacido en Trípoli hace 70 años, es ahora un ciudadano de Palm Beach, Florida, con US$ 2400 millones en sus bolsillos. Durante su Carrera como empresario, Metropoulos invirtió en el rubro alimenticio; tiene acciones en una decena de empresas, algunas con marcas reconocidas como las de los champagne Mumm y Perrier-Jouët.
La lista de inmigrantes que llegaron a Estados Unidos para quedarse y transformar la economía local es interminable, y un elemento ineludible de la historia y la economía de ese país.
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