Sí, Microsoft compra, pero: ¿por qué Nokia vende su división de celulares?
Cuáles son las razones por las que Nokia aceptó la oferta para desmembrar la compañía
Ayer, después de que se hizo público el acuerdo entre Microsoft y Nokia por el que la firma finlandesa saldría del negocio de la fabricación de celulares, publiqué un texto intentando analizar las razones de la oferta de compra , y cómo llegaron ambas compañías a esa situación.
Qué gana Microsoft lo tenemos todos más o menos en claro. Pero el sagaz Ariel Torres ( aquí, su lectura del hecho ) me hizo ayer una pregunta más difícil de responder: ¿Por qué Nokia aceptó la propuesta de venta?
Es decir: ¿por qué ahora, que ya había hecho toda su limpieza interna? ¿Qué apuro había, si los Lumia estaban finalmente tomando fuerza, si la plataforma estaba creciendo, si la sangría económica parecía estar, si no resuelta, muy contenida? ¿Qué obligó a la compañía que es un símbolo de su país a aceptar partirse en dos?
No hay una explicación oficial, claro, pero sí muchos indicios. En todos se dibuja la silueta de, como diría Francisco de Quevedo, un poderoso caballero.
Como es el gigante caído en una tragedia, y tiene encima el aura bonachón de los escandinavos, uno se olvida que Nokia es una empresa; que si hay algo que caracteriza sus 150 años de historia es el cambio radical de negocio cuando lo amerita; que no por nada Finlandia está siempre al tope de las listas de competitividad y demás. Son esencialmente pragmáticos. También defienden lo suyo, y son tozudos. Así que hicieron todo lo posible para preservar la compañía.
Para Microsoft era vital que Nokia subsistiera de una u otra forma. En 2014 se renegociaba el arreglo de 2011 por el que Nokia se casaba con Windows Phone. Una defección hacia Android (difícil, pero posible) hubiera sido el tiro de gracia para la estrategia de Microsoft. La quiebra de Nokia también; no podían contar con Samsung y HTC para mantener viva la plataforma (hacen apenas el 20% de los móviles con Windows Phone).
En los últimos años Nokia perdió mucho dinero, pero había equilibrado bastante sus finanzas . Pero su tridente ofensivo no estaba aportando lo suyo por partes iguales. Históricamente los smartphones son los que más rentabilidad otorgan, pero no era el caso de los Lumia; las otras dos divisiones (los feature phones tipo Asha, los celulares baratos) sí lograban ganancias, y venían manteniendo a los Lumia, un logro equivalente a llenar una pileta sacando agua de las piedras.
Pero cada vez se venden menos de esos teléfonos. Así que el dinero escaseaba cada vez más.
El acuerdo final, que incluye el pago inmediato de 1650 millones de dólares (y que no dependen de la aprobación de la venta) en forma de tres bonos que vencen en 5, 6 y 7 años, permite tener una idea de la necesidad que tiene la compañía de obtener dinero fresco.
Microsoft calcula que con 50 millones de smartphones al año dejará de perder dinero. Es una cifra muy posible: Nokia no está hoy tan lejos; en el último trimestre vendió 7.4 millones de smartphones, en el primero 5,6 millones, esperaban que el que termina a fin de mes fuera aún mayor, las ventas crecieron un 78% respecto de 2012. Pero para llegar a ese número se requiere tiempo, y el tiempo equivale a dinero.
Las negociaciones para la venta comenzaron a principios de este año , dicen en Allthingsd. Y las llevó a cabo el presidente del directorio, Risto Siilasmaa, no Stephen Elop.
"Vender un negocio no está bueno, pero a veces es el camino correcto -dijo Siilasmaa en una conferencia de prensa luego del anuncio-. Fue una decisión muy emocional para mí".
Ya sabía qué fondos le quedaban, qué vencimiento de préstamos debía enfrentar, qué inversión debía hacer la compañía para seguir compitiendo. Entendió que no le quedaba tiempo. Y actuó con pragmatismo: vender la parte difícil, darle una oportunidad laboral a los 32.000 empleados que sumará Microsoft (aunque habrá partidas, retiros y despidos, sin duda) y preservar el empleo de otros 56.000, con tres negocios (la infraestructura de redes, los mapas, los centros de investigación) que a Nokia hoy le son rentables, y que le permiten mirar pensar en un futuro para la compañía.
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