Shyver's Multiphone: así era el streaming de música hace 80 años
Uno se cree muy moderno porque ya no baja música, porque paga una pequeña suscripción y accede a una cantidad casi infinita de discos y canciones para elegir. "Es la magia del streaming ", afirma, mientras conecta el smartphone al Bluetooth del auto y se pone a escuchar lo que suena en el Top 50 de la Argentina en Spotify (o algo mejor).
Pero aunque les duela a todos los modernos, la realidad es que el mundo no nació con la creación de Internet. Y otro ejemplo de ello es el Shyver’s Multiphone, de 1939. Se trataba de un jukebox (conocidos por acá cómo rockolas) que tenía una particularidad: la música que reproducía no estaba en el aparato en si mismo, sino que luego de que el usuario ponía una moneda, se activaba una línea telefónica donde éste debía pedir una de las 170 canciones a un operador remoto que, a través de la misma línea telefónica, ponía a tocar la canción que estaba en un disco de vinilo. Increíble, inteligente, funcional y extremadamente astuto.
Streaming de vinilo desde una bandeja remota
Si lo analizamos, a nivel funcional estos Multiphones no son tan distintos a lo que ofrece un servicio de streaming en la actualidad. La moneda es el pago de la suscripción, el pedido lo hacía el usuario a través de su voz y desde el servidor remoto (unas oficinas gigantescas llenas de chicas que eran llamadas Disk Jockeys) llega la respuesta, que es la canción que se desea escuchar. En 80 años se automatizó todo y la calidad del audio es realmente incomparable… ¿Se imaginan escuchar música a través de una línea telefónica de cobre?
Estos aparatos fueron un éxito y se instalaron más de 8000 en restaurantes, cafés y bares de la costa Oeste de Estados Unidos. Durante muchos años las monedas de 5 o 10 centavos caían a raudales en las máquinas para alegrar a las personas que querían pasar un buen momento.
Luego de la Segunda Guerra Mundial, lentamente los Multiphones fueron reemplazados por las Rockolas automáticas, que se hicieron populares a partir de la introducción de los discos de 45 RPM. No hay que hablar de fracaso sino un reemplazo tecnológico, ya que la diferencia de calidad en el sonido (y los costes) fueron llevando al invento de Ken Shyvers a la obsolescencia.
Hoy es posible encontrar estos aparatos en algunos sitios de subastas americanos. El precio de los mismos suele ser superior a los US$ 2000. Ideal para aquellos adinerados coleccionistas de lo vintage que quieran presumir con un "Spotify que tiene 80 años".