Sarasum BBS, el sitio que te muestra cómo era conectarse antes de la invención de la Web
Mucho antes de que existieran las videollamadas, las redes sociales, WhatsApp o de que la gente se peleara cotidianamente en Twitter, la comunicación entre personas a través de computadoras era, casi exclusivamente, para hacer nuevos amigos. O, al menos, para contactarse con otras personas con intereses en común. Un lugar por donde se hacían esos contactos era a través de los Bulletin Board Systems o BBS, espacios virtuales a los que había que acceder vía módem, sin usar un navegador o un mouse y a una velocidad que sacaría de las casillas a cualquier millennial.
Se trataba de la prehistoria de Internet, algo tan lejano como...treinta y pico de años atrás. Apelando a la nostalgia de muchos navegantes veteranos y a la curiosidad de los que todavía ni habían nacido en ese entonces, un grupo de fanáticos de la tecnología se lanzó a la aventura de recrear un BBS, símbolo de una época anterior a las conexiones ultrarápidas y de la multitarea.
Un viaje al siglo pasado
Hace poco más de un mes, y pocos días después del Día Mundial de Internet (17 de mayo) entró en funcionamiento el BBS Sarasum, un lugar donde se puede chatear, intercambiar archivos, jugar o buscar información...tal como era la única forma posible de hacerlo en los años 80 y 90 del siglo pasado en forma digital. Sarasum emula a la perfección todo el proceso que se debía realizar para poder conectarse a uno de estos lugares de confraternidad geek: hasta se puede escuchar el sonido que hacía el módem al conectarse a través de la línea telefónica e incluso a una velocidad de 300 baudios, lo que provoca la aparición de los caracteres en forma paulatina, hasta un rato después de haberlo tipeado. Claro que, a diferencia de lo que pasaba antes, ahora es solo una emulación, porque el acceso se hace desde una ventana de un navegador. Aunque no faltan los puristas que aún deciden entrar al sitio (perdón, al BBS) por Telnet.
Ese regreso a un momento especial, cuando acceder a Internet desde el hogar era prácticamente un lujo, y no había mucha gente conectada, busca jugar con las emociones: "Los que somos de esa época guardamos un afecto especial por ese momento donde era todo nuevo, todo era descubrimiento. Te comprabas un módem y no sabías dónde llamar. Era cuando recién arrancaban las redes sociales primitivas. Por eso la idea de armar este BBS es volver ahí, cuando incluso tal vez ni dormíamos porque queríamos estar pendientes de todo lo que salía, porque todo nos sorprendía, al revés que ahora. Tal vez por el contexto actual, nos damos cuenta de que entonces éramos felices", explica Claudio Regis, conductor del programa Dominio Digital (un pionero del periodismo tecnológico local) y uno de los creadores del BBS.
La idea era recrear una BBS de los años 80, pero con la tecnología actual. "Nos juntamos con mis compañeros del programa y dijimos:¿por qué no volver a recrear esa experiencia? Igual no se trata de reproducir exactamente lo que pasaba, sino de algo parecido, porque para que sea igual se debería usar una Commodore 64 (y privar de la tele al resto de la familia por unas cuantas horas) o una PC XT y una conexión con módem conectado al teléfono", agrega su creador.
Cuando el BBS era la computadora en la casa de alguien
Precisamente fue en los años 80 y hasta mediados de los 90 cuando los BBS tuvieron su auge. Un administrador (sysop, en la jerga) conectaba su computadora a través de un módem (ocupando la línea telefónica, para fastidio de la familia que quisiera usarlo) y quien quisiera conectarse le solicitaba el acceso. Como si fuera un pequeño negocio en esta época de cuarentena, no podía haber más de una persona al mismo tiempo conectada. Si alguien más quería entrar, tenía que hacer cola, como se hace actualmente para entrar a un supermercado. Los BBS más sofisticados tenían más de una línea telefónica y, así, podían atender a más de un visitante en simultáneo.
Una vez allí, la panacea: ya se podía dejar o buscar información, subir o bajar archivos, jugar, dejar mensajes o debatir en foros, inspirados en la Usenet universitaria. Todos eran parte (si lo deseaban) de FidoNet, una red comunitaria que convivió con Internet y que terminó superada por ella, pero que permitiría que un BBS se comunicara con otro, y compartieran mensajes y archivos.. Muchos hackers se formaron en estos lugares, verdaderas academias Pitman digitales. Los BBS empezaron a tener varios tableros de anuncios sobre diversos temas, luego algunos se especializaron en determinados temas y posteriormente empezaron a unirse formando redes. Pero cuando Internet empezó a masificarse, los BBS pasaron a tener un lugar en el museo, al estilo de los televisores blanco y negro o los tocadiscos Wincofon.
Revivir un espíritu de época
En la actualidad, para este viaje al pasado no hace falta usar un DeLorean, sino simplemente un dispositivo conectado a Internet. La registración a Sarasum es muy básica, no requiere mucho tiempo ni demasiada complicación. Solo hay que poner un nombre y una clave. Según su fundador, uno de los principales objetivos es que "la gente entre, que chatee, que se divierta". Por eso es gratis y ni siquiera es necesario poner el nombre real.
Más allá de lo que haga cada usuario, cada día, a eso de las 19, se los invita a chatear. Pero igual hay algunos usuarios a los que llaman "porteros" porque están todo el día en el BBS y chatean en cualquier momento. "Muchos se conectan a los chats todos los días, generalmente para hablar de lo que hacían en esa época. En el chat la gente encontró un lugar para conversar con otras personas que no conocen, con gustos afines, a quien no se les ve la cara, reproduciendo la mística de ese momento, donde la idea era intercambiar ideas, pero sin la locura de las redes sociales tradicionales: acá no hay notificaciones, no hay "grupos de mamis", no podés mandar un mensaje a otro usuario por error. Muchos encuentran un lugar de tranquilidad", afirma Regis.
Esta oda a tiempos no tan lejanos, pero donde "todo era mejor" abreva en la cultura de los radioaficionados, quienes simplemente quieren conectar con otros. Aunque en el caso del BBS sea para "hablar sin tanta histeria, ante una pantalla negra sin publicidad, sin otros mensajes que la distraigan. Hay gente de otros países, algunos argentinos que viven afuera y que extrañan esa época. Incluso hay varios jóvenes que nos dicen que sienten nostalgia por una época que no vivieron", dice Regis.
Hasta el momento, en solo un mes, ya se registraron más de 1200 personas. El apoyo técnico lo aportó la empresa de Internet LatinCloud, que puso una máquina virtual y el software del BBS, entre otras cosas.
Otros BBS que todavía están activos
La nostalgia gana espacio en otros países también, porque varios BBS siguen activos en diversas partes del mundo: Eye of the Beholder, en España, Momia BBS o Dock Sud BBS en la Argentina y varios más en el resto del planeta, aunque la mayoría de ellos están destinados para nerds y programadores.
Sin fotos ni videos, GIFs o stickers, el regreso a esta antigua forma de socialización online no busca cosechar información de sus visitantes, ofrecerles publicidad o crearles una dependencia, sino ofrecerles un recreo que estará disponible "mientras le interese a la gente". Regis concluye: "buscamos recrear la experiencia más parecida posible a la que vivíamos entonces para quienes quieran acceder. La idea no es hacer un emprendimiento comercial, porque sería como querer vender algo en desuso, como máquinas de escribir. Aquí simplemente volvimos al pasado para pensar en el futuro".
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