Sandy desempolva una reliquia: el teléfono público
Los desastres naturales tienden a vindicar los teléfonos públicos. Y el paso de Sandy por el noroeste estadounidense no fue la excepción. Con sus estructuras toscas que usualmente los ubican en partes altas y a menudo detrás de cabinas de cristal, suelen seguir funcionando incluso durante apagones e inundaciones.
Al igual que después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, y el gran apagón en 2003, Sandy puso en evidencia las limitaciones de los celulares. No sólo requieren de electricidad para cargarse, sino que además no tienen cobertura si una gran tormenta deja fuera de servicio la infraestructura de telecomunicaciones que provee la recepción.
Debido a la pérdida de servicio celular y de electricidad en varias partes de Nueva York, muchos residentes de la ciudad se vieron obligados a usar, y en muchos casos aprender a operar, una de estas reliquias de la tecnología.
Ben Cohen