Roomba y Braava: dos robots a cargo de la limpieza del hogar
Probamos el Roomba 980 y el Braava Jet, dos soluciones de iRobot que pueden ser controlados desde una app instalada en el celular.
Los robots ya están entre nosotros, pero no tienen ni la apariencia ni las facultades que las películas de Hollywood pregonaron durante años. A aquellos temibles (o adorables, según el caso) androides de las películas que caminaban colándose entre las masas de humanos aun debemos seguir prefigurándolos y reclamándoselos al futuro.
En el presente, las maquinas inteligentes son construidas según las actividades y trabajos que van a desarrollar , es por eso que, en una línea de producción de automóviles, los robots pasan desapercibidos mezclándose con otras maquinarias.
En el hogar la situación no es diferente. Lejos aún de los robots asistentes para el hogar y los androides con apariencia humana, estos dispositivos transitan el hogar desde otra perspectiva haciéndonos las tareas de las que muchas veces nos quejamos: limpiar la piscina, las ventanas o simplemente manteniendo el piso en condiciones.
Dentro de ese esquema, en LA NACION probamos dos productos que se complementan entre sí: el Roomba 980, un robot aspirador y el Braava Jet, una solución para trapear pisos, ambos productos de la empresa iRobot.
Primer contacto
Volviendo a los primeros párrafos del artículo, debemos decir que los robots para limpiar pisos (hay varios modelos de diversas marcas) son en su mayoría circulares y no superan los 7 centímetros de altura, es decir van pegados al piso recorriendo la superficie. Esta forma les permite recorrer cada rincón del hogar y colarse sin problemas por debajo de las camas, muebles y sillones.
El Roomba 980 es el robot aspirador más completo de iRobot. Al sacarlo de su caja nos encontramos con un producto robusto y pesado. Al girarlo para ver su parte inferior quedaron a la vista los rodillos que utiliza el Roomba para trasladarse, la base por donde aspira la suciedad, un pequeño cepillo para zócalos y un sensor que permite mapear la superficie. En su base, posee una serie de botones en donde se destaca el botón “clean” para iniciar el proceso de limpieza. En la caja también se encuentra la base de carga de batería; lugar de descanso del robot cuando no está en uso.
Por su parte, el Braava Jet es un producto mucho más pequeño, liviano y manejable. Cuenta con una manija que permite su traslado y el pequeño botón para ponerlo en marcha. A diferencia del Roomba, el Braava no dispone de una base de carga, para cargarlo habrá que quitarle la batería y enchufarla en el cargador de manera manual.
Aspirando con la Roomba 980
Al probar la aspiradora Roomba 980 quería despejar una duda: ¿es el reemplazo definitivo para la escoba o un accesorio chic que a los tres meses quedará olvidado en un armario?. La respuesta es que el Roomba limpia en serio. Durante los 15 días que fue testeado no hizo falta repasar ningún rincón del hogar: el robot se encargó de todo.
Para las tareas de limpieza, el robot Roomba 980 puede ser programado para que inicie su trabajo de manera periódica y sin interacción del usuario. Para ello hay que bajarse la aplicación de iRobot en el smartphone, ingresar al apartado programación y definir los horarios en que el robot se activará cada día de la semana. Claramente el mejor momento es cuando no hay habitantes pululando por el hogar. Otra cuestión importante es que, si bien el robot es inteligente (esquiva obstáculos y puede mejorar su recorrido con cada uso), lo ideal es facilitarle las cosas levantando trastos y no dejando cosas en su trayecto.
El Roomba 980 puede conectarse por Wi-Fi al router del hogar de tal manera que puede ser operado a la distancia. Desde la aplicación se puede iniciar el proceso de limpieza, observar el trayecto del robot y hasta ver un detallado mapeo del hogar que indica por dónde el robot ha pasado en su recorrido.
Durante las primeras pruebas todo el recorrido de limpieza duraba más de una hora, cuestión que fue mejorando considerablemente con el correr de los días. En el día 15 completó la limpieza en cuarenta minutos. Esto da la pauta de que el robot es capaz de optimizar su camino conforme recorre el hogar.
En su mapeo de pisos y superficies, el Roomba 980 puede acelerar su aspiradora interna cuando detecta que está sobre una alfombra para levantar toda partícula de suciedad. Esta opción puede desactivarse.
Una vez finalizada la limpieza, el robot volverá solo a la base de carga y quedará a la espera de la otra salida programada.
Probando el Braava Jet 270
Esta solución de iRobot se ofrece como un complemento a los Roomba. El robot está pensado para trapear un suelo que previamente ha sido barrido. Para echar a andar el Braava hay que cargarlo con agua, instalar su batería y presionar el botón de limpieza. La configuración del mismo cambiará dependiendo el tipo de trapo (que tiene la forma de mopa) que le coloquemos. En el packaging se incluían tres: una para un trapeado intenso, uno para un trapeado de repaso y el último para limpieza en seco.
Al comenzar su proceso de limpieza, el Braava arroja una lluvia de agua para luego hacer su avance sobre suelo mojado.
Para que la limpieza sea óptima, debe colocarse el robot sobre uno de los extremos de los ambientes para no dejar franjas del mismo sin recorrer.
Conclusiones generales
Hay que decirlo: luego de probar está combinación de robots es difícil volver a la escoba, pero si muy fácil volver al trapeador. El Roomba resultó ser un compañero ideal para aspirar el piso de la casa, sin embargo, el Braava es una solución muy dependiente del usuario: hay que llevarlo hasta el lugar, encenderlo y chequearlo mientras está operando. Su sistema de carga de batería tampoco ayuda en este aspecto.
Otro problema del Braava es su tamaño. Al ser tan pequeño, su diámetro de injerencia sobre el piso es de menos de 30 centímetros, así que debe operar un buen tiempo para trapear un solo ambiente, no quedándole batería para seguir en otro.
Por otra parte, el Roomba es una solución ágil y práctica que tiene pocos contratiempos. Uno de ellos es que es algo ruidoso (hace el ruido de una aspiradora) y algo torpe cuando se lo propone: muchas veces se quedó atascado en el mismo lugar de la casa (debajo de un sillón); sería bueno que marque aquel lugar como “problemático” y no vuelva por allí.
Otra cuestión que estaría muy bien incluir es que ambos robots puedan “hablar” entre sí. Por ejemplo, al poner los dos en marcha, que el Roomba le indique al Braava los sectores aspirados para que pueda comenzar con su trapeo.
Como conclusión podemos decir que estas soluciones de iRobot vienen bien para despreocuparse de una de las tareas domésticas más tediosas. Pero requieren un inversión considerable. Ambas opciones se consiguen en el mercado local, el Roomba 980 a $ 26.000 y el Braava Jet a 7000 pesos.
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