Romántico a pleno: cruzó su historial de Google con el de su pareja para contar las veces que estuvieron juntos antes de conocerse
Es analista de datos y usó el registro de ubicaciones históricas de su teléfono y del de su pareja para ver si coincidieron en algún lugar antes de conocerse
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Channon Perry es un analista de datos y además, se ve, es muy romántico. Está en pareja con Dan, siente que es su alma gemela, está feliz de haber conocido a esa persona y poder compartir su vida con ella. Y al charlar, y conocerse, descubren, como cualquier pareja que creció en la misma ciudad, que tienen un pasado compartido sin saberlo: conocen los mismos bares, recorrieron las mismas calles, fueron a los mismos shows. Pero sin conocerse: dos personas en el mismo lugar que no saben que, en el futuro, serán pareja.
Así que Perry decide determinar, con el mayor grado de exactitud posible, cuántas veces realmente se cruzó con su pareja antes de conocerla; en qué ocasiones estuvieron uno al lado del otro, coincidiendo en tiempo y espacio, sin conocerse todavía, y no ocurrió el flechazo que sí los unió más tarde. Lo cuenta en este sitio, tal como rescata Genbeta.
En otro momento de la historia algo así hubiera requerido o bien alguien muy sistemático en sus anotaciones (hoy fui a tal lugar a tal hora), o elucubraciones sobre estadísticas (me tomaba siempre tal tren a tal hora, o tal colectivo en tal parada y caminaba por tal calle, seguro alguna vez nos cruzamos). Hoy, cortesía del celular, es mucho más fácil.
Channon y Dan se conocieron en 2020, pero comparten la misma ciudad (Ciudad del Cabo, en Sudáfrica) desde 2015; y hasta 2018 incluso fueron a la misma Universidad. Así que la probabilidad de que hubieran estado cerca en algún momento de esos cinco años previos a conocerse era muy alta.
¿Cómo lo averiguaron? Cruzando su historial de ubicaciones de Google. Salvo que el usuario lo desactive (algo que puede hacerse en este link), la compañía va guardando en segundo plano (es decir, sin que se vea una aplicación activa) la ubicación del teléfono. Esto sirve para actualizar servicios basados en la ubicación (el mapa, las búsquedas), para darle utilidad al servicio de búsqueda remota de un aparato perdido, y servicios similares. El sistema permite ver todos los lugares en los que estuvimos, y también hacer un borrado periódico si no deseamos dejar ese rastro.
Usando Google Takeout es posible recuperar ese historial y exportarlo como un archivo legible para computadoras, cosa que hizo Perry, cruzándolo con el de su pareja e intentando hacerlo lo más estricto posible (lugares donde estuvieron a menos de 100 metros de distancia y por más de diez minutos), y teniendo en cuenta que el sistema no hace magia: en algunos lugares tendrá más precisión que en otros. Por ejemplo, el 98% de los registros de uno tenían la precisión necesaria; del otro, algo menos de la mitad.
El resultado: calculan que debieron cruzarse 41 veces, incluyendo épocas de universitarios, donde estuvieron en la misma cafetería al mismo tiempo. En promedio, se cruzaron al menos una vez cada dos semanas durante tres años... pero como sugiere Channon Perry, lo más probable es que fueran caminando mirando hacia el piso, o a su celular, o con el pensamiento en las nubes, en vez de mirar a su alrededor y de observar a las personas que los rodeaban, y de imaginar cuál de ellas podría ser su pareja en el futuro.