ChatGPT o Gemini son las alternativas naturales para ayudarnos a organizar un viaje, pero están surgiendo herramientas especializadas, también basadas en IA, para recorrer ciudades o museos saliendo de los lugares clásicos y muy concurridos
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Tanto ChatGPT, el asistente de OpenAI, como Gemini (el de Google) o Copilot (el de Microsoft, basado en la misma tecnología de OpenAI) son capaces de ofrecer consejos e información turística sobre un monumento, u listar lugares para visitar en una ciudad en una determinada cantidad de días cuando estamos planeando las vacaciones (o ya estamos inmersos en ellas). Alcanza con preguntarle al asistente “Qué puedo hacer en tal ciudad en tantos días” o “recomendaciones de juegos para niños en la playa” para tener recomendaciones de inmediato.
Incluso le podemos pedir que nos arme una lista con la ropa que deberíamos llevar a un viaje determinado, si le aclaramos dónde vamos, en qué fechas y por cuánto tiempo, o que nos recomiende lugares para visitar en una ciudad, los ubique en el mapa y nos muestre el mejor recorrido posible caminando.
Roma desconocida
Pero hay un mundo de herramientas más complejas que están surgiendo. Por ejemplo, en la ciudad de Roma, que es mucho más que el Vaticano y el Coliseo, pero como muchas otras ciudades y regiones turísticas del mundo, la fama de ciertos puntos históricos y culturales opaca otros tesoros escondidos, que muchas veces quedan al costado del mainstream turístico, el boca a boca, las guías e incluso las propias sugerencias de los buscadores y aplicaciones.
Una guía turística virtual con IA llamada Julia, y que se presentará a fin de año, promete cambiar las cosas. Impulsada por GPT-4o, es una creación de Antonio Preiti -un economista que ha centrado gran parte de su investigación y pensamiento en el turismo y los viajes- y del gobierno de Roma, que se está preparando para recibir los estimados 35 millones de visitantes adicionales en 2025 a propósito de celebración del Jubileo Católico. Se eligió el nombre Julia, entre otros factores, porque tiene una profunda conexión con Roma y su historia al ser un nombre típicamente romano: la hija de Julio César se llamaba Giulia, la hija de Augusto se llamaba Giulia y una de las familias más antiguas de Roma tenía el nombre latino “gens Julia”.
El gobierno de Roma trabaja en conjunto con Microsoft, NTT DATA e Intellera para crear “una revolución silenciosa en la forma en que los visitantes experimentan la ciudad”, según evalúan. Al equipar a los viajeros con una guía confiable, la ciudad quiere enriquecer sus experiencias más allá del típico circuito turístico, al mismo tiempo que alivia la congestión en los sitios más populares.
“Cuando oí hablar de la IA generativa, pensé que era una forma de ayudar a crear un equilibrio, de que la gente conociera no solo los lugares emblemáticos, sino también los otros lugares que Roma tiene para ofrecer”, explica en un comunicado Preiti, que fue director de turismo de la ciudad de Florencia durante cinco años y actualmente se desempeña en como director general de una comisión que alborada el turismo en la capital italiana.
Preiti suele escribir sobre “el exceso de turismo” y el clickbait de Internet, hábitos que suelen “reforzar la presión de la multitud sobre atracciones conocidas como el Panteón, el Coliseo y el Vaticano, el último de los cuales estará en el corazón del Jubileo”. Sin embargo, al crear su propio conjunto de datos, la ciudad tiene la posibilidad de “cambiar la conversación y ofrecer mucha información sobre otros sitios romanos menos visitados”, afirma.
Esos datos -listos para ser compartidos por el asistente virtual a través de una aplicación web o WhatsApp- son una vasta biblioteca de información certificada sobre la historia, monumentos, museos, hoteles, restaurantes, posibilidades de entretenimiento y más de la ciudad. Están basados en datos tanto de fuentes oficiales como verificadas frente a la variedad de confusión y errores que suelen presentar las etiquetas de los datos turísticos de la ciudad.
La presencia de la IA es mucho más evidente por el hecho de que en lugar de obtener siempre la respuesta más popular en la parte superior de la lista de búsqueda, los turistas que conversen con Julia obtendrán respuestas basadas en sus preguntas, no en algoritmos basados en la popularidad, ahí radica la capacidad de conocer cosas que de otro modo no podrían ver. Por ejemplo, si se le pregunta al asistente sobre antiguos sitios romanos fuera de lo común sugerirá opciones como el Mitreo del Circo Máximo, un antiguo espacio de culto subterráneo que se encuentra a pocos pasos del Coliseo, o podría sugerir visitar el Parque de los Acueductos, a 15 minutos en metro del centro, donde se pueden disfrutar de las maravillas de la ingeniería y la arquitectura de la antigua Roma entre pinos y prados, pero sin aglomeraciones.
Turismo inteligente y a medida en Buenos Aires
Boti, el chatbot presentado en 2021 por el gobierno porteño que permitía hacer trámites diversos por WhatsApp, y que luego jugó un rol crucial en la pandemia, también evolucionó al incorporar IA e integrarse con GPT-4o en agosto último, para transformarse en una guía de turismo local, pero saliendo del formato predeterminado de pregunta y respuesta para interactuar de manera más espontánea en lenguaje natural, contextualizando de acuerdo a las necesidades de los turistas.
De esta manera, el asistente ofrece “una nueva experiencia conversacional sobre turismo en Buenos Aires”, con la posibilidad de armar planes personalizados y adaptados a las necesidades de los usuarios, brindando respuestas rápidas, sencillas y con un tono cercano e informal.
Junto al Ente de Turismo de la Ciudad, Boti utiliza los datos oficiales sobre la programación, oferta turística, actividades y espacios de Buenos Aires, y se nutre de esos datos para armar una propuesta actualizada a los turistas, y puede hacerlo en varios idiomas.
La hora de la IA en museos y sitios históricos
Ask Mona es una plataforma francesa impulsada por inteligencia artificial generativa que selecciona experiencias de aprendizaje para museos, monumentos y sitios patrimoniales.
Lanzada como chatbot en 2017, el rápido desarrollo de la IA la llevó a convertirse en una empresa de IA generativa que ayuda a algunos de los museos más importantes del mundo a difundir información sobre ellos mismos, así como sobre artefactos históricos y obras de arte que exhiben para sus audiencias globales.
“Estamos creando la posibilidad de que cada persona tenga una experiencia de aprendizaje diferente en los lugares donde aprende, y los museos son uno de ellos”, le dijo Marion Carré, fundadora de la startup, a The National, y agregó que lo que están construyendo en los museos es un compañero de IA que “está ahí para responder a tus preguntas específicas sobre una obra de arte y personajes históricos, y cualquier otra cosa que estés descubriendo en ese lugar”.
Entre sus 150 clientes se encuentra el Museo Nacional de Arte de Francia, el Louvre, el Orsay, el Centro Pompidou y el Museo Nacional de Arte Moderno. Otros sitios históricos que ya exploraron la plataforma como parte de las herramientas para mejorar la experiencia de millones de visitantes cada año incluyen el Coliseo de Roma en Italia, el Grand Palais de París, el castillo de Chillon en Suiza y monumentos nacionales franceses como el Arco del Triunfo, la Ciudad de Carcassone y el Mont Saint-Michel.
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