Un sistema de software de inteligencia artificial (IA) podría ser capaz de organizar mejor las tareas de los empleados, aunque la idea de una computadora o robot, dándote órdenes, también provoca algo de miedo por el peligro de que las máquinas tomen el mando
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¿Será tu futuro jefe una computadora?
Si lo primero que pensaste al leer esa frase fue “sería toda una mejora respecto a mi actual jefe humano”, no serías el único.
Después de todo, un sistema de software de inteligencia artificial (IA) podría ser capaz de organizar mejor las actividades de los empleados sin estropear tus vacaciones.
Y recibir comentarios sobre su trabajo sin prejuicios por parte de un jefe que no pueda ser acusado de tener algo en tu contra o de favorecer a otros podría ser un cambio agradable.
No obstante, para aquellos que hemos visto las películas de Terminator demasiadas veces, la idea de una computadora o robot, dándote órdenes también provoca algo de miedo por el peligro de que las máquinas tomen el mando.
En cualquier caso, ya pasamos mucho tiempo obedeciendo a máquinas… y ni siquiera lo pensamos, menos aún nos preocupamos.
Los semáforos
Jeff Schwartz, socio sénior de la firma de consultoría Deloitte, y asesor global sobre el futuro del trabajo, nos habla de una máquina simple de nuestro día a día a la que obedecemos sin pensarlo.
“El semáforo solía ser un trabajo, solía haber una persona que se paraba frente a los vehículos para dirigir el tráfico”, remarca.
“Pero claramente eso hoy en día es una máquina, y se está volviendo cada vez más lista: ahora están incorporando IA a los semáforos [para que respondan mejor a los niveles de tráfico]”.
Así que parece que estamos totalmente dispuestos a obedecer a una máquina en situaciones claramente específicas.
Lo que ha estado pasando cada vez más estos últimos años, no obstante, es que cada vez un número de mayor de personas están recibiendo órdenes de computadoras en su puesto de trabajo.
Y los expertos aseguran que esto no hará más que aumentar.
Pongamos como ejemplo a Uber. No hay un hombre o mujer en la oficina que se encargue de asignar el trabajo de los conductores. Se hace de manera automática a través del sistema de software de IA de la empresa.
El profesor Tomas Chamorro-Premuzic, psicólogo empresarial del University College London, explica que pese a que Uber recurre a este sistema para que su servicio sea lo más eficiente posible, existen otros muchos más beneficios derivados de esta práctica.
“La app de Uber no está sesgada a favor de alguien [cliente o conductor] porque sean guapos o hayan ido a la escuela adecuada, o tengan el acento correcto, o vistan bien”, incide.
“Se trata de rendimiento. Podemos ver cómo la tecnología puede hacer el mundo del trabajo más cercano a la meritocracia al centrarse más en el fondo y menos en el estilo”.
“Las compañías que pueden hacer eso aventajarán a sus rivales y serán mejores lugares de trabajo”.
¿Así que tener una computadora como jefe no es nada de lo que preocuparse?
Shivvy Jervis, fundadora de la consultora empresarial FutureScape 248, y analista sobre tendencias laborales futuras, no está tan convencida.
“La gran salvedad de esto es que necesitamos supervisión ética”, apunta. “Si tienes a un sistema de IA siendo el jefe, una pieza de software con capacidad de decisión, es extremadamente preocupante, y creo que puede llevar a un futuro bastante distópico”.
“Un sistema no tiene la supervisión ética adecuada -un ser humano real que utilice su juicio para ser capaz de fiscalizar lo que el sistema está considerando como la supuesta conclusión adecuada-, y esa es la amenaza real”.
Amazon
En el sector minorista, Amazon utiliza cada vez más sistemas de IA para dirigir y supervisar al personal en sus almacenes. Eso ha llevado a varios reportes sobre empleados sobrecargados, unas acusaciones que Amazon ha negado en repetidas ocasiones.
Amazon señala que si la IA percibe que un trabajador tiene bajo rendimiento, el empleado en cuestión recibe apoyo adicional y formación, que imparte un ser humano.
El software de IA que reparte el trabajo y supervisa a los empleados del centro de atención telefónica también ha sido criticado por ser demasiado exigente e injusto.
Sin embargo, un proveedor, CallMiner, señala a la BBC que puesto que el sistema de supervisión del centro de atención telefónica puede “analizar el 100% de las interacciones”, los supervisores humanos pueden usar esa información para “ser mejores gerentes”.
Y el personal puede ser guiado “para que mejoren su rendimiento con el tiempo, y ofrezcan una mejor respuesta para los clientes”.
Límites a la IA
A medida que la IA es cada vez más usada para supervisar al personal, un gran problema podría ser si recayera sobre esta la decisión final sobre a qué empleados se despide durante una crisis, señala Jervis.
“Un humano podría favorecer a la persona que es padre o madre soltera con dos hijos en función de su salario”, comenta. “O pensar que otra persona tiene mejores conexiones, y se colocará pronto”.
“El software, incluso si se le hicieran esas preguntas, no podría entender las respuestas de esa manera”.
La profesora Sandra Wachter, investigadora sénior sobre IA en la Universidad de Oxford, considera que cuando mucha gente piensa en tener una computadora como jefe “erróneamente se imaginan a un robot frente a ellos”.
“En su lugar, se trata de ciertas tareas de los líderes relacionadas contigo que ya están siendo llevadas a cabo por algoritmos computacionales”.
“Así que, por ejemplo, podría haber sistemas de software ya en funcionamiento supervisando tu rendimiento: el número de llamadas que haces, registrando el lenguaje que utilizas en ellas, los correos electrónicos que envías, las páginas web que visitas, cada cuánto tomas un descanso”.
Toda esta información, señala, “podría entonces ser utilizada para determinar el salario que obtienes o si te ascienden”.
“Mi principal preocupación es si estos algoritmos están siendo usados para predecir cosas que son imposibles de predecir. Por ejemplo, cómo es físicamente un buen trabajador, y quién se merece una promoción. Es muy subjetivo”.
En el futuro, esta puede ser un área que los gobiernos legislen, pero es una suerte de campo de minas dada la borrosa línea entre la toma de decisiones entre un jefe de IA y las de uno de carne y hueso.
El profesor Chamorro-Premuzic señala que pese a las preocupaciones sobre los managers de IA, es importante recordar que muchos humanos son unos jefes espantosos.
“Es muy complicado que una máquina supere a los mejores jefes… pero no es difícil que sea una buena alternativa a un mánager funesto”.
Wachter añade que, “evidentemente, los jefes humanos no deberían ser vistos como el modelo de referencia”.
Schwartz cuenta que su esperanza es que los gerentes de IA puedan ayudar a sus pares humanos a mejorar su rendimiento.
Las computadoras, señala, harán el trabajo más aburrido (compilar las rotas, ejecutar tareas simples, llevar a cabo la supervisión del rendimiento inicial, etc.).
Eso permitirá que los sensibles jefes homo sapiens se concentren en ser mejores líderes.