Probamos el Nokia Lumia 530
Un vistazo al smartphone más económico de Microsoft, una buena opción para quienes busquen un equipo de precio bajo
Estuve probando estos días el Nokia Lumia 530, que Microsoft presentó en la Argentina a mediados de noviembre y que sucede al Lumia 520, el más vendido de la plataforma Windows Phone, y que en el exterior ya tiene una versión posterior, el Lumia 535 (el primero de la compañía que no lleva la marca Nokia en su cuerpo).
Se supone que está disponible con las tres operadoras locales; Claro lo promociona a $ 1599 con un plan pospago de 190 pesos; según Microsoft, Personal lo vende a $ 1499 con varios planes, y Movistar a 1699 pesos con un abono de 199 pesos. En los tres caso hay más alternativas de abonos, y el precio del equipo varía en función de lo que se paga por mes.
Casi idéntico al anterior
La tradición numérica indica que el 530 es la versión actualizada del 520, así como el 630 (y su variante con 4G, el 635, que ya se vende en el país) es la versión mejorada del 620.
Este no es el caso: el 530 es tan parecido al 520 que es difícil recomendar uno por sobre el otro; y en algunos puntos, de hecho, es mejor el modelo más antiguo.
Esto no significa que el 530 sea malo: por el contrario, para su rango de precio es un buen smartphone. Simplemente no hay salto desde el 520, que tiene más almacenamiento interno y un rendimiento general idéntico.
La alternativa es -para quienes tengan el dinero suficiente- estirar el presupuesto a un Lumia 630 o un Motorola Moto E. Obviamente en equipos aún más caros el rendimiento será superior.
La pantalla y la cámara
El Lumia 530 tiene una pantalla de 4 pulgadas; no tiene botones capacitivos, sino virtuales (al estilo de los últimos Android) y una resolución de 854 x 480 pixeles, decente para ese tamaño de pantalla y ese rango de precio. La pantalla es mediocre; la del Lumia 520 es igual, pero con mejores ángulos de visión, gracias a que es IPS.
Así, la pantalla del Lumia 530 está bien para su uso en interiores, pero queda muy lavada a la luz del sol. Es lo más flojo del equipo.
El frente está hecho en base a un solo panel de vidrio (sin cámara frontal) que no parece ser Gorilla Glass; la diferencia con el Lumia 520 es que las puntas ahora son redondeadas, al estilo del 630; el resto del cuerpo está protegido por la tapa de la batería, que llega hasta la pantalla, y que es de un plástico bien Nokia: los colores son muy agradables, tiene buena sensación al tacto y se lo siente muy sólido -y cómodo- en la mano.
Como otros Lumia de gama media o baja, tiene botones de desbloqueo y volumen, pero falta la tecla dedicada para la cámara, que el Lumia 520 sí tiene. En el Lumia 530 aparece como un botón en el panel de notificaciones de Windows Phone 8.1
Hablando de la cámara: la del Lumia 530 es de 5 megapixeles (sin flash) con foco fijo, y graba videos en 480p (cuadros de 640 x 480 pixeles). Las fotos no están mal para un equipo de este precio, pero obviamente no pueden competir -ni lo intentan- con equipos más sofisticados. La calidad con buena luz es muy decente.
La cámara del Lumia 520 es idéntica, pero graba video en 720p (cuadros de 1280 x 720 pixeles) y tiene foco variable: es decir, la del modelo anterior es un poco mejor.
El chip y la memoria
Entre la cámara y la pantalla está el resto de los componentes: un Snapdragon 200 de cuatro núcleos a 1,2 GHz y 512 MB de RAM. Windows Phone sigue funcionando muy bien en hardware relativamente modesto (aunque Android avanzó muchísimo en este punto, como atestigua el Motorola Moto E) y el uso de tipografías grandes sobre fondos planos, una se las identidades estéticas más claras de Windows Phone, van muy bien con una pantalla de este tipo.
Obviamente sería mejor más RAM y un procesador más poderoso, pero salvo para algunos juegos -que requieren 1 GB de RAM y se negarán a correr en el Lumia 530- todo funciona con suficiente agilidad y sin pausas, aunque sin prisas tampoco. Aunque el procesador es más nuevo, y en teoría, un poco más eficiente en el uso de sus recursos, no hay cambios palpables en cuanto al rendimiento general respecto del modelo anterior.
El Lumia 530 viene con Windows Phone 8.1 preinstalado, y compensa las relativas limitaciones en la oferta de aplicaciones de la plataforma con la adición de un buen menú desplegable de notificaciones, el teclado tipo Swype/Swiftkey, y las herramientas para gestionar el uso de datos, la batería y el almacenamiento interno, además de una mejora de las aplicaciones nativas y del rendimiento en general. Actualiza el Internet Explorer, pero para tener a Cortana en español -el asistente digital al estilo Siri/Google Now- habrá que esperar unos meses.
El cambio negativo más notorio entre el Lumia 530 y su antecesor está en el almacenamiento interno: el 520 tiene 8 GB; el 530, aunque es el modelo más nuevo, ofrece la mitad, y de esos 4 GB unos 1,8 GB se los lleva el sistema operativo.
El paliativo es que Windows Phone es excelente en lo que refiere a instalar aplicaciones en una memoria microSD (de hasta 128 GB, según Nokia).
La batería de 1430 mAh (removible), limitada por el tamaño del equipo, no hace magia, pero es suficiente para una jornada de uso. No hay cambios aquí entre el 530 y el 520.
No tuve problemas con las llamadas, de buena calidad, ni con el Wi-Fi; la radio FM -que en Windows Phone 8.1 ya tiene su propia aplicación- funciona correctamente.
Alternativas de compra
¿Es bueno el Nokia Lumia 530? Por el precio que tiene, sí. Es un smartphone muy decente; no hay otros equipos que lo igualen en calidad y prestaciones por ese precio. ¿No conviene un 520, que tiene más memoria interna, y que debería bajar de precio? Quizá, aunque encontrar uno nuevo dependerá del stock remanente de las operadoras.
El 530, además, usa un procesador más moderno, y es probable que reciba más actualizaciones que su antecesor (aunque es pura presunción; hasta ahora Microsoft actualizó todos los equipos que tienen Windows Phone 8; ambos deberían actualizarse el año próximo a Windows Phone 10).
Dicho esto, como smartphone tiene limitaciones claras; quienes puedan estirarse un poco más, encontrarán un mejor rendimiento y -sobre todo- una mejor pantalla y cámara en equipos un poco más caros, como el Lumia 630 (o el 635, idéntico pero con 4G) y en el Motorola Moto E. El Lumia 630 está 1800 pesos con Personal, 2000 con Movistar y 2200 con Claro, aunque el número varía en función del abono pospago elegido. En un rango de precio similar está el Moto E, a casi 2400 pesos con Movistar y con Claro (en ambos casos, con abonos de unos 200 pesos mensuales), que también es otra buena opción.
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