Razr 5G: Motorola ya vende en el país su segundo smartphone plegable
Motorola presentó en la Argentina la segunda versión de su smartphone de pantalla flexible, el Moto Razr 5G, siguiendo al Razr original, que debutó en noviembre de 2019 y que llegó al país en abril de 2020. El Moto Razr 5G fue presentado a nivel mundial en septiembre de este año , y algo más de dos meses después se vende en la Argentina. El equipo tiene un precio internacional de 1399 dólares; en nuestro país se venderá a 149.999 pesos en su versión en gris.
El Moto Razr 5G, como los Galaxy Fold, Z Flip y Z Fold2 de Samsung, como el Huawei Mate X o como la tableta Lenovo ThinkPad X1 Fold (que ya se vende en la Argentina), aprovecha la disponibilidad de pantallas de OLED plástico, que pueden doblarse sin romperse, para ofrecer un teléfono que se hace más compacto cuando no se usa.
El Razr 5G mantiene el mismo formato del modelo anterior, pero con un diseño refinado y hardware muy mejorado. Según explican en la compañía, la pantalla es la misma, aunque se ajustó la bisagra para reducir el ruido que hace al plegarse; mantiene el diseño de gota, que dobla la pantalla en tres puntos para reducir la formación del pliegue y aumentar la duración del panel de 6,2 pulgadas.
Mejor hardware que el modelo anterior
Tal como su nombre lo indica, el Razr 5G puede conectarse a redes 5G, gracias a un chip Qualcomm Snapdragon 765G (el mismo que está presente en el Motorola Edge, entre otros modelos), que complementa con 8 GB de RAM y 256 GB de almacenamiento. El Razr original tenía sólo eSIM; este modelo incorpora una ranura SIM convencional.
Motorola actualizó la cámara principal, que también sirve para selfies (visibles en su pantalla externa) con un sensor de 48 megapixeles con pixel binning (usa cuatro pixeles de muestra para cada pixel final de la foto de 12 MP), estabilización óptica, foco por láser, apertura f/1.7 y elementos de 1,6 micrones (el tamaño de cada pixel en el sensor; cuanto más grande, más luz captura, y mejor sensibilidad tiene en tomas oscuras). También tendrá una cámara interna de 20 megapixeles para videollamadas en las que se desea usar la pantalla completa.
Motorola incluyó una batería un poco más grande que en el modelo anterior (2800 mAh), le redujo la barbilla y corrió el sensor de huellas digitales a la tapa trasera del teléfono, que ahora es de vidrio, como la superior (en ambos casos, Gorilla Glass 5), unidas por aluminio.
La pantalla interna y externa tienen el mismo tamaño del modelo anterior (6,2 pulgadas la interna y de 2,7 pulgadas la externa), pero Motorola dice que la bisagra debería aguantar 200.000 aperturas en 5 años (el mismo número que usa Samsung para el Fold2), y que protege el interior del equipo del agua y del polvo. De hecho, según Motorola, hizo una encuesta entre los usuarios del primer modelo y encontró que los usuarios normales abren el teléfono unas 40 veces, mientras que los más intensos lo hacen unas 100 veces al día.
El filtro de la pantalla externa
Aquí, la presencia de la pantalla externa, que permite interactuar con las notificaciones de Android 10 (y Android 11 cuando se actualice), funciona como una sala de triage. Motorola busca que, en lo posible, múltiples tareas rutinarias puedan resolverse en esa pantalla (ver notificaciones, descartarlas, responder con un mensaje predefinido a un chat inconsecuente), ya que esto reduce la necesidad de abrir el teléfono, con su consecuente impacto en la batería y en la bisagra. Incluso es posible anclar aplicaciones a esa pequeña pantalla externa para ver todo su contenido e interactuar con ellas.
También tiene NFC, Bluetooth 5.1, cuatro micrófonos para cancelación de ruido (y para poder hacer llamadas con el teléfono cerrado) y puerto USB-C para la carga rápida (hasta 15 Watts). No tiene carga inalámbrica, que según Motorola hubiera aumentado el grosor (16 mm cuando está cerrado). Sí tiene, según la compañía, un diseño que lo hace ideal para usarse con una sola mano.