Raquel Urtasun, la española que cree tener la clave de los coches autónomos: “No tengo dudas”
La primera generación de vehículos sin conductor no logra cuajar. Tras 15 años de investigación, la ingeniera ha fundado una empresa en Canadá que ve como la solución: “Tenemos la ventaja de ser segundos”
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La ciudad de San Francisco aprobó en agosto que los taxis autónomos pudieran circular por toda la ciudad. Desde entonces se sucedieron los desastres: coches sobre la acera, detenciones en medio de la calzada e incluso un atropello. La culminación fue el abandono de la ciudad de una de las compañías, Cruise, y la dimisión a finales de noviembre de su presidente ejecutivo, Kyle Vogt. Ayer mismo, Tesla tuvo que llamar a revisión a más de dos millones de coches por fallos en su sistema autónomo.
Mientras, en Toronto (Canadá), una startup creada en 2021 por la ingeniera española Raquel Urtasun (Pamplona, 1976) mira este panorama con la calma de tener una solución tecnológica distinta para los coches sin conductor. Urtasun, que aparece en las listas de personalidades más influyentes en el campo inteligencia artificial, no es la única en creer que tiene una alternativa. Su empresa, Waabi, recibió 83 millones de dólares en su primera ronda de financiación, la mayor de la historia de Canadá. Waabi se centra en camiones autónomos: tráileres con su software ya circulan en pruebas por las carreteras de Texas (EE.UU.). “Hemos ido muy rápido”, dice Urtasun.
Así es Waabi Driver, el chofer para camiones autónomos
Urtasun lleva 25 años en Canadá. Esta entrevista hecha en videoconferencia desde Toronto se hace en inglés: “No me acuerdo de cómo decís estas cosas en español”. Urtasun sigue siendo profesora de la Universidad de Toronto, donde dirigía “el laboratorio considerado el mejor del mundo en conducción autónoma” y antes de Waabi era la encargada de conducción autónoma de Uber, que ha cerrado esa división. Urtasun cree que la segunda generación que lidera resolverá los problemas que han llevado a las calles de San Francisco las compañías de la primera generación.
“Uno de los motivos por los que llevo 15 años dedicada a la conducción autónoma es porque conozco a mucha gente que ha tenido accidentes de tráfico severos. Eso me motiva. Es una obsesión, no es un problema más. Dos millones de personas mueren cada año, imagina el impacto que puedes tener. Está muy cerca de mi corazón y por eso dedico toda mi carrera a resolver este problema”, dice.
¿Por qué aún no hay vehículos autónomos?
La industria hoy se ha consolidado en la llamada versión 1.0, que es una aproximación de ingeniería que requiere conducir muchísimas millas para ver cuáles son las nuevas situaciones extraordinarias que encontrará el vehículo. Una vez los has observado tienes que ajustar el sistema a mano para resolverlas y seguir probando. Al final estás a merced de la naturaleza para saber qué situaciones podrás asumir y cuáles no. Es un proceso muy lento. Cada situación nueva es más difícil de descifrar. La industria en realidad se ha detenido en términos de progreso. No estamos ni en nivel 4 [el nivel 5 sería la conducción total sin humanos, el 4 implica una conducción autónoma en entorno muy delimitado]. No hay un camión autónomo ahí fuera aún que no sea una demo.
Pero ya hay coches en las calles.
Sí, los robotaxis, pero es un despliegue pequeño y requieren de mucha intervención humana remota. Es excitante que haya despliegue, pero estamos aún lejos de tener robotaxis en todas partes. Con los camiones es igual, no hay un solo despliegue sin humanos. La industria se ha consolidado, pero necesitamos un gran cambio tecnológico para llevarlo adelante a escala.
¿Cuál?
Yo lo llamaba “IA [inteligencia artificial] primero” por falta de un nombre mejor. Gracias a OpenAI, hoy podemos llamar “IA generativa” a la tecnología que llevamos desarrollando dos años y medio. Ahora todo el mundo me entiende cuando digo “IA primero”. Puedes ir mucho más rápido hacia el objetivo de comercialización a escala. Esa es la llave que permitirá un futuro de vehículos autónomos.
¿Eso es lo que hace Waabi?
Sí, por eso fundé una empresa. No hay una mejor manera de construir nueva tecnología que crear una compañía de cero.
¿Y qué hacen los coches que ya circulan?
Es muy diferente. Los Waymos, Cruises, Auroras, Zoox, tienen una aproximación de ingeniería donde tienes trocitos de IA, pero no despliegan todo su poder. Nosotros construimos un solo sistema de IA que es a la vez interpretable, puedes trazar decisiones, que es muy importante desde un punto de vista de seguridad. Eso es muy distinto de lo que ves en la aproximación más tradicional y consolidada en la industria.
¿Cuándo vio que debía buscar otro enfoque?
He estado trabajando con IA durante 25 años. Antes de Waabi era este sistema complejo donde tratas de añadir más trocitos de IA. Con Waabi lo que conduce nuestros camiones es un modelo fundacional, un solo sistema de IA que puede hacer todas las tareas necesarias para conducir. Es muy diferente. En 2018 decía que esta era la dirección en la que creía que debíamos ir. Ahora estamos ejecutando esa visión, en lugar de coger algo y llevarlo pasito a pasito hacia el objetivo, lo qué costaría toda la vida para llegar. Por eso no creo que esta revolución fuera a ocurrir en una empresa existente. Han sido 25 años, no lo he visto de una noche para otra.
¿Ahora no tiene dudas?
No tengo dudas. Tenemos la ventaja de ser los segundos. Nuestros competidores han invertido miles de millones de dólares en una tecnología generacional, pero de una generación vieja.
¿Y ya no pueden cambiar?
No pueden. Tendrías que cambiar el ADN entero de tu empresa. ¿Qué les vas a decir a tus accionistas? “Esperad, dadme dos años y os enseñaré esta nueva generación”. Esa es precisamente la razón por la que fundé la compañía. No van a cambiar. Era una oportunidad tan grande. Ahora vemos que esta es la aproximación correcta.
¿Dónde está Waabi ahora?
En fase de desarrollo, tenemos un conductor de seguridad que está a punto de tomar el control si es necesario. Esto es para nivel 4, lo que significa que cuando estemos a punto no habrá conductor en el camión.
Junto al modelo fundacional con IA, ¿qué más aporta Waabi?
El simulador. Hemos usado IA generativa para desarrollar algo que es como el mundo real. Así no necesitas todas esas millas de mundo real. Solucionas el problema de los datos. Ha sido un enorme paso.
Ha dicho otras veces que una máquina no necesita un sentido común, ni inteligencia avanzada para conducir.
Los humanos son extraordinarios. Tenemos la capacidad de generalizar y hacer muchas labores con muy pocos ejemplos. Eso tradicionalmente es muy difícil para las máquinas. Para lograr una mejor conducción autónoma, no tenemos que resolver todas las capacidades humanas. No tenemos que llegar a la inteligencia artificial general.
¿Y cómo conduce una máquina?
Una máquina puede, en teoría, hacerlo mucho mejor. Están equipadas con sensores que los humanos no tienen: ven 360 todo el tiempo, potencialmente más lejos, perciben mejor en tres dimensiones. Los humanos tenemos un campo de visión estrecho y en una ciudad compleja pasan tantas cosas que no puedes estar pendiente de todo y así llegan la mayoría de accidentes: un alto porcentaje es error humano, más distracciones.
¿Por qué optaron por camiones?
En Uber trabajaba en coches y camiones. Una cosa clara era que, desde un punto de vista comercial, la industria del transporte está preparada y madura. La falta de conductores es real. La edad media de los conductores de camiones no para de crecer. Era 35 años hace 20 años y hoy es 55. Nadie quiere hacer estos viajes largos por carretera. Es una vida muy dura. Las empresas necesitan desplegar muchas más vías de transporte.
¿Fue una decisión solo comercial o también tecnológica?
También tecnológica. Esta conducción es sobre todo en autopistas. Es más fácil que en ciudades. Hay otras razones: empecé la compañía en la pandemia y vimos cómo la cadena de suministro nos afecta a todos. También hay una razón climática. Las emisiones de la industria de los camiones son grandes. Hoy entre un 20%-30% del movimiento de los camiones viaja vacío. Podemos hacerlo mucho mejor para optimizarlo y dejar un futuro mejor.
Esa es la parte comercial. Pero sigues siendo profesora, publicas artículos académicos sin parar. ¿Qué confianza tienes en tu apuesta como científica?
Todo lo que hacemos en la empresa es basado en datos y muy científico. Tengo mucha, mucha confianza. Esta es la tecnología que lo resolverá.
¿En Uber ya era así?
Este reto es completamente nuevo. Esto es una apuesta total en esta tecnología.
¿Y cómo sois capaces de ver qué ocurre dentro de la famosa caja negra de la IA?
Si miras a un típico gran modelo de lenguaje verás un transformer enorme con un billón de parámetros. Eso es una caja negra. Esta tecnología no es eso. Nuestra tecnología es un sistema único, pero a medida que razona crea representaciones intermedias interpretables. Lo hace de un modo que puedes garantizar seguridad. Piensa en maneras de resolver la interpretación, la validación y verificación, lo que para los grandes modelos de lenguaje es secundario. Para nosotros estaba en el diseño de nuestro modelo original. Es una arquitectura muy distinta. Aquí es donde empieza parte de nuestra salsa secreta.
¿Fue una sorpresa la llegada de ChatGPT y cómo resolvía el lenguaje?
El mundo digital es mucho más simple que el físico. El lenguaje es digital, cómo nos comunicamos, cómo escribimos, como interactuamos. Está claro que es increíble lo que estos modelos pueden hacer. Ha sido muy excitante de ver: los cambios en tantas industrias, en productividad, las nuevas maneras de interacción entre humanos y máquinas. En ese campo algunos errores no son tan importantes. Pero en aplicaciones de seguridad crítica, eso no basta. Necesitas una seguridad del 100%. La revolución en el mundo físico no ha pasado aún, pero somos los proveedores de esa tecnología.
A ChatGPT le basta para parecer inteligente.
Puede totalmente engañar a la gente como si fueras inteligente en una conversación. Es muy fluido. Por eso puede parecer que sea inteligencia artificial general, pero no. Sigue siendo un sistema de IA primitivo comparado con IA general. Aunque son mucho mejores de lo que eran.
En 2019 decía que había más maneras que la humana de llegar a la inteligencia: “El cerebro humano demuestra la existencia de un cerebro que no puedes replicar artificialmente y que tiene inteligencia extrema, pero no significa que sea la única manera de alcanzarla”. ¿Cómo lo ve hoy?
En nuestro modelo fundacional, el sentido común emerge. Es muy interesante. Aprende.
¿Qué es sentido común aquí?
Son cosas como reglas de tráfico, cómo se comportan los distintos actores. Emergen de manera natural, automática. Incluso con datos de carretera, aprende los conceptos de los objetos, cómo se mueven, sin que nosotros los codifiquemos a mano, que es el método tradicional. Es muy intrigante y excitante. Puede aprenderlos naturalmente. Eso está muy lejos de que aprenda todo lo que un humano puede hacer.
¿Como científica ve factible que aprenda como un humano?
¿Llegar a la IA general? No lo sé. Soy una científica muy pragmática. Estoy muy centrada en cuáles son los mayores obstáculos del mundo de hoy y cómo los resolvemos con tecnología. No estoy centrada en si podemos construir esa máquina. Tengo los pies en la tierra.
EL PAISTemas
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