¿Qué partes de ‘Enrique VIII’ escribió realmente Shakespeare?
Escribió William Shakespeare todas las obras que asociamos a su persona? A mediados del siglo XIX, comenzaron a surgir dudas sobre la autoría de las obras atribuidas al dramaturgo inglés. Una corriente de académicos no terminaba de creer que todo cuanto se decía que había escrito el Bardo de Avon procediera realmente de su pluma. Sus teorías de la conspiración, más o menos acertadas, podrían haberse resuelto al margen de debates y opiniones si hace un par de siglos hubieran dispuesto de herramientas de inteligencia artificial.
Petr Plechác, investigador del Instituto de Literatura Checa, ha desarrollado un sistema de aprendizaje automático que haría las delicias de estos escépticos determinando qué partes de la obra de teatro Enrique VIII fueron escritas realmente por él y en qué medida participó en su creación su coetáneo y sucesor al frente de la compañía de teatro The King's Men.
Plechác entrenó su modelo a partir de cuatro obras de cada autor: La tempestad, Cuento de invierno, Coriolano y Cimbelino, escritas por Shakespeare; Bonduca, Valentiniano, Monsieur Thomas y El precio de la mujer, de la pluma de John Fletcher. Mediante el análisis de su contenido, el sistema de aprendizaje automático del investigador checo extrajo un millar de palabras y cadencias rítmicas frecuentes para determinar el estilo de cada autor. Una vez entrenado, el sistema se puso a prueba con Enrique VIII, donde pudo aplicar lo aprendido para determinar qué fragmentos fueron escritos por uno u otro autor.
El método empleado por Plechác valida la hipótesis del autor británico James Spedding, el primero en afirmar —en el siglo XIX— que Enrique VIII no podía atribuirse exclusivamente a Shakespeare. Entonces, señaló que había advertido evidencias de que ciertas escenas denotaban un estilo que llevaba a pensar en que la obra había sido escrita en colaboración con Fletcher. Incluso llegó a proponer una separación de las escenas que consideraba que había escrito cada uno que coincide sustancialmente con los resultados arrojados por el algoritmo del checo. Por supuesto, el nivel de precisión esgrimido por el algoritmo es considerablemente mayor.
"El método de atribución progresiva sugiere que las escenas particulares son principalmente obra de un solo autor y que sus contribuciones corresponden aproximadamente a lo propuesto por Spedding", sostiene el investigador para concluir el informe de su iniciativa. "Frente a la atribución de Spedding, nuestros resultados muestran que una misma escena podría estar escrita por ambos autores".
La distribución a la hora de escribir las diferentes escenas podría no ser canónica por un motivo. Según el algoritmo, la autoría cambia en ocasiones al final de determinadas escenas, lo que podría servir para conseguir una mayor concordancia al pasar de un acto a otro.