Proponen instalar inodoros inclinados en las oficinas para que la gente no pase más de 5 minutos en el baño

Ir al baño, sentarse en el inodoro y responder a dos cosas (el llamado de la naturaleza y los mensajes de Whatsapp) es una actividad moderna que todos damos por normal. El problema (para el inglés Mahabir Gill, al menos) es que hay gente que se pasa mucho tiempo ahí dentro, ocupando un lugar que otros necesitan con diverso grado de urgencia y malgastando horas de trabajo.

Mahabir Gill está saltando a la fama internacional por estos días como el fundador de StandardToilet, una empresa que creó un inodoro con un particular detalle de diseño: está inclinado hacia adelante unos 13 grados. Al quedar levemente en bajada, obliga a usar las piernas para soportar el peso del cuerpo y dejarlo bien ubicado sobre el inodoro.

Es un esfuerzo mínimo, pero que después de unos minutos (cinco, calcula Gill) hace molesto seguir sentado en ese inodoro y obliga al usuario a pararse, liberarlo y seguir con el día. Gill asegura que la inclinación está pensada para evitar cualquier tipo de lesión. No está claro, no obstante, cómo se lleva con otra tendencia mundial en estos temas, que propone usar un banquito para levantar los pies mientras estamos sentados en la porcelana y simular la posición de cuclillas, que facilita la evacuación del intestino.

Hay quien dice que las sillas de algunos bares tienen un diseño similar, quizá no tan pronunciado, para evitar que los comensales se instalen por horas en una mesa. Pero aquí se trata de ahorrarle dinero a los empleadores (Gill se lo dice específicamente a Wired) y evitar que la gente se sienta cómoda sentada en el inodoro (sobre todo, si es uno de esos japoneses con mil funciones, acolchados y calentitos) y abuse de la situación para pasarse medio día ahí dentro, sobre todo en oficinas o lugares públicos con pocas plazas y mucha demanda para sentarse.

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