Probamos el LG G6
Respecto de su antecesor, el G6 llegó con un cambio de diseño que omite la presencia de los accesorios modulares que poco éxito tuvieron en el G5. Así, el teléfono gana resistencia y robustez, lo que siempre es bienvenido.
Si fuera cierto aquello de que "la primera impresión es lo que cuenta", las cosas comienzan bien para este smartphone. El dispositivo tiene una pantalla que ocupa casi todo el frente, con marcos laterales mínimos (un panel IPS LCD es de 5,7" que ocupa el 80% del frente), y a su vez es cómodo en la mano y en el bolsillo. El espesor y el peso están en línea con la gama: 7,9 mm y 163 g.
La experiencia de uso de la pantalla es excelente. La resolución es de 2880 x 1440 pixeles y 564 pixeles por pulgada (ppp). Respecto de los ppp, casi empata con el Galaxy S8 de Samsung y está bastante por encima del oneroso iPhone X de Apple. Además ofrece soporte para contenido en HDR y tiene certificación de Dolby. Sus esquinas redondeadas, tanto de la carcasa como en los ángulos del display, pueden generar adhesiones y desencantos.
Tratándose de un equipo presentado en marzo de 2017 (pero que llegó al país en diciembre de ese año) hay ítems que lo dejan marginado frente a otros buques insignia. Tiene un procesador Qualcomm Snapdragon 821 (por detrás de los ya disponibles 835 y 845) y 4 GB de RAM (ya hay modelos con 6 GB). El desempeño no es malo ni mucho menos, aunque en este caso las comparaciones no favorecen al G6, si lo ponemos en relación con las novedades del sector. La versión que hemos puesto a prueba cuenta con 32 GB nativos, que se pueden ampliar con una tarjeta microSD.
Otro aspecto digno de mencionar es que el G6 tiene un sistema de cámara doble en el respaldo compuesto por dos lentes de 13 megapixeles cada uno. Este es sin dudas un detalle apreciable, que en la experiencia se traduce en capturas que se aproximan a los resultados profesionales en fotografía. La cámara delantera puede resultar algo escueta en tiempos de selfies: es de 5 megapixeles.
Se aprecia su batería de 3,300 mAh, que en nuestra prueba entregó energía por más de 24 horas sin tener que pasar por una recarga; y también la certificación IP68, que supone una alta resistencia frente al polvillo y el agua, combinada con la robustez del Gorilla Glass 5 en pantalla (también están protegidas las cámaras posteriores).
Algunos aspectos en contra: en el G6 se repite lo que vemos en muchos teléfonos: el lector de huellas ubicado en la espalda del equipo, una colocación que puede ser inconveniente (nota del editor: esto es, en mi experiencia, muy cómodo). Además, allí se encuentra un botón que permite bloquear, desbloquear, encender y apagar el equipo; hay que entrenar las manos para que se acostumbre a esta posición.
Algunos detalles para finalizar: el LG G6 llega con Android Nougat, aunque ya se ha confirmado actualización a Android Oreo, la más nueva de este sistema operativo. Cuenta con un conector USB Tipo-C, viene con el clásico jack para auriculares y un adaptador micro USB a USB Tipo C.
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