Xbox Series X: probamos la consola de videojuegos más potente de la nueva generación
La caja de la Xbox Series X tiene una abertura en ángulo que, cuando levantamos su tapa, deja en el centro a la consola envuelta con una faja con la frase Power your dreams (algo así como "potencia tus sueños"). En la parte trasera, encontramos una tapa donde se alojan los manuales, los cables y el mando inalámbrico.
Luego de desembalarla, la consola, en color negro oscuro, exhibe un estilo minimalista. Detalle no menor: al entrar en contacto con el equipo nos damos cuenta de que es bastante más pequeño de lo que se dejaba ver en las imágenes que Microsoft mostró antes del lanzamiento. Mejor así que al revés, hay que decirlo.
Su formato rompe el esquema tradicional y exhibe un diseño muy estético y versátil. Así, puede ser ubicada de forma vertical (que es como mejor se luce), para lo que cuenta con un círculo de goma en la parte inferior, o también de manera horizontal, para lo que dispone de cuatro tacos del mismo material sobre uno de sus laterales.
También se destaca su sistema de ventilación superior (si está en forma vertical, claro), con un gran cooler que disipa el calor hacia arriba (lógico). Entre la rejilla superior y el interior de la consola, el color verde distintivo de la marca atrajo nuestra mirada; puede parecer un detalle, pero es otro guiño de diseño que le sienta bien.
En la pista
Para sacar el máximo provecho de la Series X es casi una obligación poseer un televisor 4K. Pero no solo eso. Un extra sería que soporte HDR (alto rango dinámico), 120 Hz de tasa de refresco y que tenga puertos HDMI versión 2.1. Si disponemos de un televisor Full HD y no tenemos pensado actualizarlo en el futuro, podemos ahorrarnos algo de dinero adquiriendo una Xbox Series S, que también permite que nos subamos al tren de la nueva generación.
Lo hemos dicho en otras oportunidades, pero no está demás destacarlo: la Series X cuenta con un cerebro electrónico de 8 núcleos a 3,8 gigaHertz (GHz) y arquitectura Zen 2; 16 GB de memoria RAM; una placa gráfica que le permite llegar a los 12 billones de operaciones de coma flotante por segundo (Tflops, por sus siglas en inglés); una unidad para discos Blu-Ray, y un disco de estado sólido (SSD, por sus siglas en inglés) de 1 TB.
Esta combinación hace que la experiencia de uso sea de lo más satisfactoria. Al encender el equipo, pasan solo 2 segundos hasta que se muestra la pantalla principal del sistema. Los juegos se cargan en poco más de 3 segundos (mérito del procesador, la cantidad y velocidad de memoria RAM y, especialmente, del disco SSD). Incluso títulos que tardaban mucho en poder usarse en la Xbox One X (la generación anterior), como el Forza Horizon 4, ahora están listos en cuestión de segundos.
Tan rápida es la consola que cuenta con un sistema llamado Quick Resume, que permite cambiar de juego sin demoras. Probamos esta opción con Assassin’s Creed/Valhalla y Star Wars/Jedi Fallen Order, y la conmutación fue casi instantánea.
Para sacar el máximo provecho de la consola, hay que identificar en la tienda y en el servicio Game Pass los juegos mejorados para la nueva generación. Solo hace falta reparar en el logo de las Series S y X. Algunos que probamos en 4K y que corrieron de forma fluida a 60 fotogramas por segundo (FPS) fueron Jedi Fallen Order, Forza Horizon 4, Gears 5 y Assassin’s Creed Valhalla, entre otros.
Control y accesorios
¿Para qué cambiar algo que funciona bien? Esta habrá sido la pregunta de los diseñadores del equipo. Así, el control de la consola solo tiene algunas mejoras respecto del de la generación anterior. Básicamente, se traducen en un mejor agarre, gracias a su superficie rugosa, y un botón extra que permite capturar tomas en vivo cuando jugamos. Con defensores y detractores, sigue funcionando con pilas.
Un posible debate futuro es la capacidad de almacenamiento de la Series X. Si bien por ahora alcanza para instalar una buena cantidad de títulos, los 802 GB de disco que quedan libres para el usuario parecen ser poco para los juegos que vendrán (que, como viene ocurriendo desde hace décadas, ocuparán más espacio). Microsoft ha resuelto este tema con la inclusión de un slot para conectar una tarjeta de expansión. Ya hay compañías –como Seagate– que desarrollaron dichas tarjetas, que están en venta en los mercados internacionales y se espera que lleguen también a nuestro país.
También vale la posibilidad de conectar un disco mecánico USB 3.0, pero aquí nos perderíamos las bondades de las altas velocidades de carga. Hablando de conectores, una crítica: la ausencia de puertos USB-C. Solo encontraremos puertos USB tipo A.
¿Trazado de rayos?
Si repasamos la historia de los videojuegos, ha estado atravesada por distintas tecnologías que hacían que el salto generacional sea demandado: antialiasing, HDR, y, en esta ocasión, el novedoso trazado de rayos (ray tracing, en inglés). Se trata de una tecnología vastamente probada en el diseño y la animación 3D para mostrar efectos muy realistas de luz, solo que en tiempo real. Es una nueva escalada en la cruzada por llevar más realismo (gráfico, se entiende) a los videojuegos.
Si bien son pocos, ya hay títulos que se han actualizado para ofrecer estos efectos. En la Series X se destacan Watch Dogs Legion, Dirt 5 y Call of Duty Black Ops/Cold War, que ya están disponibles. Y los que vendrán: Forza Motorsport 8, Halo Infinite y Devil May Cry 5/Special Edition, entre otros.
En las pruebas que realizamos con Watch Dogs Legion el trazado de rayos fue el diferencial: efectos de luces y reflejos que antes solo veíamos en películas animadas ya están aquí, y, reiteramos, en tiempo real. Por supuesto que la verdadera potencia de esta consola se desplegará con los juegos exclusivos para esta generación, con mejoras gráficas y aun mayor fluidez; pero para eso aún falta un tiempo.
Conclusiones
El lanzamiento de la Xbox Series X le brinda a Microsoft la posibilidad de posicionarse como un serio rival frente a la PlayStation de Sony. El modelo planteado por la compañía no deja nada librado al azar: consola potente de nueva generación, un conveniente servicio de juegos por suscripción (Game Pass), que, en asociación con Electronic Arts Play, ofrece más de 200 títulos y la posibilidad de trasladar la experiencia a Windows 10.
La Xbox Series X ya se está entregando a quienes la compraron durante su preventa en el país y estará disponible próximamente en las cadenas de retails, aunque Microsoft dijo que habrá escasez de equipos.
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