Por qué IOVLabs, una empresa que se especializa en blockchain, compró Taringa!
"El primer paso es convertir a las redes sociales en economías colaborativas abiertas", explica Diego Gutiérrez Zaldívar, CEO de IOVLabs, que este viernes hizo público el acuerdo de adquisición de Taringa! La empresa busca darle un nuevo incentivo a los creadores de contenido en esa comunidad. "Que la gente pueda monetizar por lo que escribe, por las vistas, por la publicidad que se genera asociada a sus artículos. Queremos compartir la ganancia que se genera", señala Gutiérrez Zaldivar. El segundo trimestre de 2020 es el plazo para que eso comience a suceder.
El plan de cómo será ese reparto "aún lo están armando", explica. Pero la idea es que haya una moneda digital de Taringa! que a la vez pueda ser canjeable por otras monedas que ya tienen en funcionamiento en IOVLabs. Y que también se pueda transformar en un peso o un dólar. "Esto va a estar conectado con la economía real", explica Zaldivar. Pero agrega algo fundamental: "Es importante no dañar las dinámicas de la comunidad. Que se siga incentivando que haya contenidos de calidad y no por ejemplo por cantidad de posteos", describe. "Ya estamos trabajando en una lógica de rewards, para darle a los usuarios descuentos y beneficios", señala Matías Botbol, CEO de Taringa!, quien seguirá al menos por dos años más al frente.
La adquisición y los próximos pasos
La empresa adquirió la totalidad de Taringa! Ya hubo un pago inicial (cuyo monto no trascendió) y luego vendrán otros dos asociados al cumplimiento de objetivos. "No fue solo adquirir la base de usuarios, realmente queríamos incorporar al equipo en un plan para llevar a la comunidad a su próximo nivel", explica Zaldivar, alguien experimentado en el mundo de las criptomonedas: fue presidente de la ONG Bitcoin Argentina, y uno de los pioneros en el uso en el país. "Esta no fue la primera oportunidad que tuvimos de vender", aclara Botbol. "Tuvimos ofertas antes. Pero en este caso la visión que tenían era muy parecida a la nuestra", agrega.
"Lo que termina pasando en otras redes es que tratan de acaparar a la mayor cantidad de usuarios y sacarles el máximo beneficio de la forma más óptima. Y así varios se equivocaron: hay prácticas no muy buenas como vender sus datos y eso trae muchos conflictos, es la gran cuestión que hay ahora. Estas tecnologías nuevas que vamos a utilizar buscan encontrarle una solución a todo eso. Que los usuarios tengan un valor por el valor mismo que generan", explica el actual director de Taringa.
Blockchain y recompensas
Detrás de los próximos pasos del funcionamiento de la comunidad está una plataforma descentralizada, una red, que garantizará el cumplimiento de acuerdos: Blockchain, que está asegurada por millones de copias en muchísimas computadoras en todo el mundo (y que hasta hoy nadie ha podido vulnerar). Las condiciones de los beneficios de las recompensas y sus correspondientes pagos quedarán registrados en la plataforma de contratos inteligentes de RSK (parte de IOVLabs), una gran base de datos que servirá de respaldo para cumplir las condiciones.
Cada vez que haya que pagarle a algún productor de contenido en Taringa!, por ejemplo, ese dato se guardará y se cumplirá a partir de lo respaldado en la red. "Nosotros tenemos los mineros bitcoins (quienes validan esas transacciones) que son quienes van a poner a resguardo las transacciones. El costo de la comisión por esa transacción se compartirá entre los mineros y nosotros. Es importante para nosotros tener a Taringa! porque toda esa red solo funciona como negocio si hay gran escala", explica el CEO de IOVLabs. En Taringa eso parece estar asegurado: hay 30 millones de usuarios y más de 1000 comunidades en línea activas.
La reputación más allá de una red social
Zaldivar ve esta adquisición, y la combinación entre una comunidad y el uso de redes descentralizadas, como la punta del iceberg de lo que viene en Internet. "Queremos crear una nueva manera de relacionamiento; Uber, Mercado Libre, Airbnb son economías colaborativas, pero cerradas. No me puedo llevar mi reputación a otra economía, por ejemplo. Nosotros creemos que eso tiene que quedar en manos del usuario y que eso mismo en un futuro pueda servir incluso para pedir un servicio financiero (y ayudar a la inclusión). Acá la clave es crear esos modelos reputacionales y dárselos a las personas que son los dueños de esa reputación", señala. La propuesta hace recordar al Whuffie Bank, la plataforma de gestión de reputación creada hace una década por Santiago Siri, inspirada en una idea de Cory Doctorow.
Zaldivar aventura más pasos en el futuro basados en la descentralización: "Es la misma comunidad, en un futuro, la que será la infraestructura para correr los contenidos. Los mismos usuarios podrán convertirse en proveedores de servicios en la Nube. Es la visión a extremo, donde no solo los contenidos se comparten, sino también la infraestructura", agrega Zaldivar. "Hay muchas cosas por hacer; no van a suceder mañana pero hacia allá vamos", concluye Botbol.