El profesor de historia Leon Sultan se crió en un San Francisco que las familias de clase trabajadora recuerdan como su hogar. Ese lugar, en su mayor parte, ha desaparecido.
La ciudad es ahora el centro de la próspera industria tecnológica de Estados Unidos y registra uno de los costos de vivienda más altos de todo el país. Tener en propiedad una vivienda es cada vez más difícil: a la falta de casas se une el aumento de las fortunas recién acuñadas.
Sultan vive actualmente en un apartamento de una habitación bajo un esquema de renta estabilizada. Lo comparte con su esposa, que también trabaja en educación, y su hijo de cuatro años. Cuando en unas pocas semanas se muden a un lugar más grande, el coste de su alquiler casi se duplicará.
"Nací aquí en 1978. Entonces, una familia con dos salarios podía comprar una casa", dice. "Ahora mismo la única forma de comprar una, si eres una persona normal, es tener algún tipo de ayuda". "Me siento afortunado de no haber sido expulsado todavía", afirma.
Situación "insostenible"
Sultan, y muchos otros, atribuyen esta crisis de vivienda al auge de las compañías tecnológicas del área de la Bahía de San Francisco, que ha creado grandes desigualdades en la sociedad.
El creciente malestar de la comunidad se refleja en las peticiones de nuevos impuestos dirigidos a las empresas tecnológicas. Pero también en pequeñas cosas, como la posición en contra de los colectivos que transportan a los trabajadores a Silicon Valley, donde muchas de estas empresas tienen su sede.
Durante años, los gigantes tecnológicos han respondido sin aceptar su responsabilidad a quienes los critican, pero empiezan a verse señales de cambio.
Una de ellas es que en junio, Google afirmó que destinaría US$1000 millones al problema de la vivienda, la misma cantidad que prometió Facebook. Apple por su parte subió la apuesta comprometiéndose a dedicar US$2500 millones.
"Sabemos que lo que está pasando es insostenible", dijo Tim Cook, CEO de Apple, al revelar los planes de su empresa.
Esas decisiones siguieron a una oleada de pequeñas donaciones y actividades de compañías como Cisco y Microsoft, que dijeron que invertirían US$500 millones en viviendas en su estado natal de Washington.
Estos compromisos representan un "tipo de reconocimiento por parte de la industria tecnológica de que efectivamente son en parte responsables de la crisis de asequibilidad de la vivienda", dice Jeffrey Buchanan, de Silicon Valley Rising.
Buchanan ha presionado a los gigantes tecnológicos sobre el tema durante años. "Tengo la esperanza de que se produzca un cambio de mentalidad en la industria. La vieja forma de hacer las cosas no funciona".
Precios al alza
A medida que la industria de la tecnología ha crecido, los precios de las viviendas y de los alquileres en el Área de la Bahía se han duplicado en la última década, convirtiéndose en muchos aspectos en los más altos en los Estados Unidos.
El mes pasado, la Asociación de Agentes del sector Inmobiliario de San Francisco dijo que el precio promedio de una vivienda en la ciudad había alcanzado los US$1,4 millones. El alquiler promedio supera los US$3200 al mes, según la firma de análisis Moody's Analytics-Reis.
Los salarios en el área también han aumentado, pero no tan rápido como los costos de la vivienda. Una familia necesita ganar US$126.800 al año para poder alquilar una propiedad normal de dos dormitorios en San Francisco sin gastar más del 30% de sus ingresos, el porcentaje que considerado como punto de equilibrio.
En 2017, alrededor del 40% de los inquilinos del Área de la Bahía dedicaron un porcentaje mayor que ese.
Para Leon Sultan, la compra de una vivienda está fuera de discusión, pero dice que su familia tiene suerte. Hay una mujer en su calle que vive en su auto. "No siento pena por mí mismo", dice. "Hay muchas personas en esta ciudad que tienen las cosas mucho más difíciles que nosotros".
Los altos costos están obligando a las empresas a pagar más y a dedicar más tiempo a encontrar personal. Este esfuerzo por atraer trabajadores es una de las razones por las cuales las empresas tecnológicas han decidido involucrarse en el problema. En su mayor parte, sus promesas no son filantropía.
Apple está prestando al estado de California US$1000 millones para ayudar a financiar proyectos de vivienda asequible y proporcionando otros US$1000 millones a un fondo de apoyo para quienes compran vivienda por primera vez en California. Google y Facebook también planean invertir cientos de millones en nuevas viviendas.
Los terrenos propiedad de las compañías tecnológicas que estarán disponibles para la construcción de viviendas representan otra parte importante de los compromisos: un valor total de US$750 millones en el caso del buscador.
Este tipo de promesas no tienen precedente, pero la falta de detalles hace difícil evaluar su importancia, dice Carol Galante, directora del Centro Terner para la Innovación de la Vivienda en la Universidad de California, en Berkeley. "Lo hacen por su propio interés, pero es obvio que la comunidad también se va a beneficiar".
"Una gota en el océano"
Facebook y Google han dicho que sus planes deberían ver alrededor de 20.000 nuevas viviendas, algunas de las cuales se ofrecerán a un importe menor que el precio de mercado.
Y aunque Apple no ha proporcionado una estimación de su compromiso final, la compañía espera construir unas 3600 nuevas unidades a precios asequibles en sus terrenos.
Sin embargo, el senador del estado de California Scott Wiener, cuyo distrito incluye a San Francisco, dice que los planes representan "una gota en el océano" en comparación con el dinero y los cambios políticos que son necesarios.
"Me alegra que Apple, Facebook, Google estén adoptando estas medidas, pero creo que también tenemos que tener claro que esto no va a resolver el problema".
Entre 2012 y 2017, San Francisco construyó menos de 21.000 nuevas viviendas, mientras que la población creció en más de 58.000 personas y el número de empleos aumentó en 130.000.
El senador Wiener culpa a las políticas que obstaculizan la construcción, como las reglas que limitan la altura de los edificios, de la creciente brecha entre la oferta y la demanda. "El problema no es el crecimiento del número de empleados", dice. "El problema es que no lo planeamos".
Medidas superficiales
Pero Peter Cohen, del Consejo de Organizaciones de Vivienda Comunitarias, dice que es "simplista" depender de una mayor oferta para resolver la crisis. "Las viviendas en construcción a menudo están destinadas a los trabajadores en la parte alta de la industria de la tecnología", indica.
Y eso pese a que muchos de los nuevos trabajos son de salarios más bajos, como cocineros y conductores, agrega.
Cohen recuerda que los anuncios de estas compañías parecen en parte como un esfuerzo de "marca" para evitar nuevas políticas, como impuestos más altos. "Tenemos que tener fuentes de financiación estables y significativas", dice. "De lo contrario, solo estamos solucionando la parte superficial del problema".
Sultan dice que agradece los planes para construir más viviendas, especialmente si está cerca de los campus de la compañía. La expansión en otras regiones como Texas, donde Apple ha anunciado una nueva base, lo entusiasma aún más.
"El gran problema para mí es por qué la industria de la tecnología tiene que estar ubicada en San Francisco", dice. "¿Por qué no pueden dispersarse por todo el país?", se pregunta.
Pero la tendencia general que se observa en su ciudad natal es una mezcla del aumento de los costos de la vivienda, la lenta construcción de nuevas casas y la disminución de la propiedad, especialmente entre las familias más jóvenes, que también se observa en el resto de Estados Unidos, especialmente en las áreas donde las empresas tecnológicas se están expandiendo.
Y a medida que las personas y las empresas abandonan el Área de la Bahía, las tensiones se reproducen en los barrios periféricos y otras ciudades, alejando a los más pobres de los trabajos que necesitan.
Carol Galante advierte que los que menos tienen son los que están "perdiendo".
BBC Mundo