Paranoia y billeteras llenas alimentan la ola de compras de las tecnológicas
Facebook acaba de pagar US$2.000 millones para ingresar al mundo de la realidad virtual . En el mundo real, la inversión subraya una gran apuesta de los gigantes de la tecnología por no perder el dominio de un ecosistema digital que evoluciona con rapidez.
La adquisición de Oculus VR por Facebook se produce apenas semanas después de que esta red social acordara pagar US$19.000 millones por la empresa de mensajería móvil WhatsApp . Hace poco, Google desembolsó US$3.200 millones por Nest Labs , que fabrica dispositivos domésticos conectados a la web.
Desde mensajería hasta relojes y termostatos, Facebook y Google, junto con Amazon.com y Apple, todos quieren poseer la plataforma digital donde las personas se comunican, compran y buscan entretenimiento. La competencia es alimentada por sus bolsillos —la capitalización de mercado combinada de las cuatro supera el US$1 billón (millón de millones)— y el ejemplo de empresas que se quedaron en el camino por no adaptarse a los cambios con suficiente rapidez.
Esta combinación de miedo y ambición está provocando una de las mayores rachas de compras e inversión desde la era puntocom de fines de la década del 90. Facebook y Google, en particular, han disfrutado de un amplio margen para realizar grandes inversiones, gracias al buen desempeño de sus títulos en la bolsa y las acciones con súper poderes de voto de sus fundadores.
Mark Zuckerberg, presidente ejecutivo de Facebook, "es consciente de todas las grandes empresas que murieron porque se durmieron en sus laureles", dijo Jeff Richards, socio gerente de la firma de capital de riesgo GGV Capital. "En algún momento, se necesitaban décadas para erigir una empresa tan grande como Facebook. Hoy toma 10 años", señaló.
Facebook se ha inclinado por redes sociales con enormes bases de usuarios, con el objetivo de llevar más personas a su esfera y conseguir más información sobre ellas para fines publicitarios. En 2012, la empresa adquirió la aplicación para compartir fotografías Instagram por US$1.000 millones . Luego siguió la compra de WhatsApp.
Google busca expandirse más allá de la entrega de información, para incluir herramientas de comunicación, entretenimiento y transporte, entre otros. Además de Nest, la compañía ha diseñado computadoras portátiles, teléfonos inteligentes, aparatos de streaming de video, gafas y relojes, al tiempo que invierte en inteligencia artificial y compañías de robótica para mantenerse a la vanguardia.
Apple y Amazon han sido menos audaces, pero están usando los frutos de sus negocios principales para incursionar en nuevos terrenos, como el video y el procesamiento de pagos.
Apple, que históricamente se ha enfocado en los aparatos electrónicos con diseños atractivos, busca ofrecer televisión en vivo y está ingresando con cautela a la industria de la publicidad.
Amazon ha incursionado mucho más allá de su negocio minorista para hacer apuestas al futuro, desde el streaming de video hasta la computación en nube, pasando por su propio dispositivo móvil, el Kindle Fire.
Las cuatro empresas compiten por el control de la mayor cantidad posible del ecosistema tecnológico. En la jerga de Silicon Valley, se trata de controlar "la plataforma". Una gran motivación es reunir datos sobre los usuarios, para elegir qué avisos publicitarios presentarles o anticipar su próxima compra.
La mayoría de los servicios de Google y Facebook son gratuitos. Los usuarios pagan, básicamente, ofreciendo información personal. Mientras más sepan Facebook y Google sobre sus usuarios, más podrán cobrar a los anunciantes para llegar a clientes potenciales.
Amazon y Apple no son principalmente compañías de publicidad, aunque Apple sirve de intermediario para vender espacios publicitarios en las aplicaciones del iPhone y el iPad. Sin embargo, reúnen mucha información. Amazon quiere simplificar las compras lo más posible y conocer a los clientes tan bien que pueda enviarles artículos incluso antes de que los pidan. Apple sabe lo que sus usuarios ven, escuchan y juegan.
Todos son muy conscientes de las consecuencias si no se adaptan rápidamente. Yahoo! cedió las búsquedas en la web a Google y nunca se recuperó por completo. Microsoft aún no ha desarrollado una clientela para sus teléfonos inteligentes, y lo está volviendo a intentar en su planeada adquisición del negocio de teléfonos de Nokia .
"El principal error que ha llevado a las compañías al fracaso, a mi parecer, es que no visualizaron el futuro", dijo la semana pasada en una conferencia Larry Page, presidente ejecutivo de Google.
Al principio de la revolución digital personal, los sistemas operativos de Microsoft eran las plataformas dominantes de las computadoras personales. La amplia base de usuarios atrajo a desarrolladores de software, que crearon aplicaciones, desde hojas de cálculos hasta juegos, y mantuvieron a los usuarios en la órbita de Microsoft.
Apple sacó una ventaja temprana en la era de los smartphones, con su iPhone. Pero Google contraatacó al poner su sistema operativo Android a disposición de los fabricantes de teléfonos inteligentes. Hoy, cerca de cuatro de cada cinco smartphones en todo el mundo usan Android.
Facebook también transformó su red social en una plataforma. Atrajo desarrolladores para que crearan juegos que les permitieran a los usuarios de Facebook compartir. Pero cuando llegó la revolución móvil, Facebook descubrió que estaba a merced de Apple y Google.
El próximo campo de batalla podrían ser los aparatos para usar sobre el cuerpo, o la llamada computación de vestir. Googlepresentó hace poco Android Wear, un sistema operativo para "relojes de pulsera inteligentes" y dispositivos similares. Apple trabaja en un reloj inteligente, según fuentes al tanto, y ha contratado a expertos de la industria médica para que la ayuden a diseñar aparatos que monitoreen el estado físico y la salud.
Facebook tiene más de 1.000 millones de usuarios y su negocio de publicidad crece rápidamente. Pero Zuckerberg ya teme la obsolescencia. "En los próximos 10 años, las plataformas en las que operamos cambiarán", dijo.
En el campus de Facebook en Menlo Park , California, un letrero muestra el botón de "Me gusta" insignia de la compañía, con el pulgar hacia arriba. En la parte de atrás del letrero, tapada por árboles, sigue el nombre de Sun Microsystems Inc., que solía ocupar esas instalaciones, y que fue absorbida por Oracle Corp. en 2009. Facebook ha dejado el nombre en ese letrero para no olvidar lo que les pasa a las compañías que no innovan.
—Daisuke Wakabayashi y Greg Bensinger contribuyerona este artículo.
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