MWC 2018: Primer encuentro con el Samsung Galaxy S9
BARCELONA.- Estuve jugando brevemente con el Galaxy S9 que Samsung presentó ayer en esta ciudad, como antesala al Congreso Mundial de Móviles que comienza hoy y termina el jueves ( y donde ya hubo anuncios de Huawei, Alcatel, LG, Nokia y más ). Van aquí unas impresiones sobre el teléfono con el que la compañía quiere subir la vara de lo que considera un smartphone de alta gama.
En breve, para los que no quieren leer tanto: es un avance respecto del Galaxy S8, sobre todo por la cámara, aunque no es una revolución; falta probar la cámara fuera de la sala de exposición para ver si cumple con lo que promete. En mayo llega al país.
Mismo diseño
Primero, lo obvio: el Galaxy S9 es casi idéntico a su antecesor. El diseño está más pulido, sobre todo por la reubicación del sensor de huellas digitales (ahora debajo de la cámara, más fácil de alcanzar con el índice, sobre todo en el S9+). La pantalla es la misma: mismo tamaño y resolución, y -dentro de las limitaciones de juzgarlo en un rato en una sala de exposiciones con luces cambiantes- de la misma intensidad, aunque Samsung dice que mejoró su visibilidad a la luz del sol. Habrá que esperar a marzo (o mayo, en la Argentina) para comprobarlo.
Sigue siendo un teléfono hecho con dos paneles de vidrio unidos a una estructura de metal; sigue siendo un imán para las huellas digitales, sigue siendo levemente resbaloso, sigue entrando con mucha comodidad en la mano (aunque es apenitas más grueso: 8,5 mm contra los 8 mm del Galaxy S8. Sobre todo el modelo de 5,8 pulgadas. El S9+ (6,2 pulgadas) es, inevitablemente, más grande, y para algunos resultará molesto, pero al menos ahora el sensor de huella dactilar está en un lugar más cómodo. Los cuatro colores elegidos por la compañía son muy lindos, aunque eso, evidentemente, depende de cada uno.
El procesador interno es más poderoso, el S9+ tiene más RAM (6GB contra los 4GB del S9 pequeño), pero eso ya no es notorio al momento de navegar por el equipo o cargar aplicaciones; la diferencia con la velocidad de carga del S8 es muy sutil. Y salvo que la compañía haya logrado algún avance desconocido, es probable que la autonomía sea la misma: tienen la batería, de 3000 o 3500 mAh, según el modelo.
El Galaxy S9 toma el sensor de iris del Galaxy S8 y lo combina con el reconocimiento facial normal bidimensional para ofrecer algo más veloz y un poco más seguro que su uso por separado (el sensor de iris es confiable, pero requiere elevar el teléfono; el reconocimiento facial estándar puede vulnerarse con una foto). No es un sistema tan sofisticado como el del iPhone X, que hace un escaneo tridimensional del rostro del usuario (que tendrá su correlato en Android este año), pero Samsung insiste en que su uso, combinado con la huella dactilar, es suficientemente seguro. No es tan práctico como el Face ID de Apple; sospecho que la mayoría de los usuarios usará la huella dactilar y ya.
El teléfono mantiene el puerto de carga rápida USB-C, carga inalámbrica, el conector de audio analógico, y la posibilidad de expandir la memoria interna (64, 128 o 256 GB de almacenamiento) con una tarjeta microSD. También sigue siendo resistente al agua y al polvo (IP68).
Parlantes estéreo
¿Pero entonces es lo mismo que el Galaxy S8? Bueno, los parlantes estéreo son un avance; era difícil juzgar su calidad en un ambiente tan ruidoso como una sala con mil personas hablando al unísono, pero se escuchaban bien. ¿Mejor, peor que otros? No lo sé; pero el S8 tiene un único parlante, así que ahí tenemos una mejora. A la vez, son laterales, no frontales, así que dependiendo de cómo se agarre el teléfono pueden quedar tapados.
El gran cambio, sin duda, es la cámara: el resto es una pequeña mejora sobre lo precedente. Que no está mal, es lo clásico para estos casos y obedece a lo bien resuelto que está el diseño. Pero con el S9 llega otro cambio: la separación entre el modelo pequeño, que ahora tiene una sola cámara, y el grande, que ahora tiene dos.
La cámara de apertura variable
La apertura variable de la cámara principal que comparten ambos modelos (que permite pasar de una apertura de f/1.5, la más baja del mercado, a una estándar f/2.4) es la gran promesa del teléfono. El S8 ya saca fotos excelentes, por lo que uno tiende a suponer que éstas deberían ser aun mejores. A la vez, para muchísima gente, será mejor negocio comprar un Galaxy S8 (que Samsung seguirá vendiendo en la Argentina), ahorrar algo de dinero y tener, igual, una cámara de bolsillo fantástica.
Las hojas de apertura variable del S9Con esto cambia de apertura entre 1.5 y 2.4 pic.twitter.com/Yf0AYcH8eR&— Federico Ini (@fechu) 25 de febrero de 2018
Para quien pueda pagarlo, la ventaja de la cámara del S9 está -en teoría- en lograr mejores fotos de noche, y hacer que la cámara tenga más margen de maniobra en ambientes muy iluminados. Recuerden, una mayor apertura de diafragma reduce la profundidad de campo (dónde puede hacer foco la cámara, dónde queda fuera de foco). Como sea, no había forma de probarlo a conciencia en las demos durante la presentación, así que habrá que esperar; las fotos que tomé y miré después se veían muy bien, pero eso no dice mucho.
Probé también la cámara lenta (960 cuadros por segundo, como ofrece el Sony Xperia XZ Premium) y bastante bueno el sistema que detecta movimiento rápido en alguna zona que está tomando la cámara, para auto disparar el sistema (por si el camarógrafo no llega a reaccionar). Como en el caso de Sony, no son 960 cuadros al infinito, sino que toma un instante (menos de medio segundo), pero permite seguir grabando el video y sumar varios momentos de cámara lenta intercalados en el mismo video.
Probando la cámara ultra lenta del Galaxy S9 (no tenía una pelotita para hacer rebotar, lo siento) pic.twitter.com/Jmrzk3L5fI&— Ricardo Sametband (@rsametband) 26 de febrero de 2018
Zoom 2x y emojis personalizados
El Galaxy S9+ agrega una lente secundaria con dos aumentos, lo mismo que ofrecía el Note8; esto sirve también para trabajar mejor las fotos con fondo desenfocado (bokeh) y agregarle un fondo diferente a un retrato, algo simpático pero que no hace magia: ni el Pixel 2 ni el iPhone X ni el Note8 logran, todavía, un recorte perfecto como permite una cámara convencional, pero se acercan cada vez más.
Otro agregado del Galaxy S9 está en los emojis animados, muy parecidos a los bitmoji. Una respuesta a los animoji del iPhone X, sin duda, y con una ventaja y una desventaja. Lo malo: la simulación de las expresiones, sobre todo de la boca cuando el emoji habla, es más limitada, menos natural. Lo bueno: estos dibujos animados se pueden usar como GIF en cualquier aplicación. No sería raro que Samsung lo extienda más adelante a otros modelos: usa la cámara frontal para el registro del rostro.
Presión arterial y uso como PC
Del resto del equipo queda por probar algo que me parece extraordinario: el Galaxy S9 incluye un sensor de presión arterial (y no será el único). Pero para usarlo falta una aplicación que no estaba presente en los equipos disponibles en la sala de pruebas, pero que se publicará en marzo (con la salida del teléfono). A propósito, el Galaxy S8 ya mide oxigenación en sangre; esto es adicional.
Jugué brevemente también con la nueva base DeX, que mantiene el concepto anterior (usar el teléfono como una computadora de escritorio, con un monitor y un teclado), pero que ahora permite usar la pantalla del teléfono como un touchpad algo incómodo, ya que entre la base y la propia altura del teléfono queda bastante elevado. Igual se puede usar un mouse convencional.
Dos alternativas de elección, y una incógnita
La decisión de Samsung de diferenciar a los hermanos (el S9 y el S9+) es idéntica a la que pone en práctica Apple con el iPhone; esta postura, no obstante, implica una limitación: comprar el modelo pequeño obliga a resignar RAM y la doble cámara trasera. Quienes tengan un Galaxy S8 de 5,8 pulgadas y quieran mantenerse en ese tamaño son los que menos aliciente tendrán para el cambio.
Sí, el Galaxy S9 es mejor que el S8. En todo. Pero (y esto no es nuevo, ni para Samsung ni para ninguna compañía, en los últimos años) la mejora es incremental. A priori, se siente más grande el salto del S7 al S8, por el diseño, que del S8 al S9, que es más un refinamiento. A la vez, esto significa que todo lo bueno del Galaxy S8 sigue presente, y se le agregan más cosas. Habrá que esperar a ver el precio nacional (el internacional es similar al del S8: 720 dólares en adelante) y las primeras reseñas que evalúen la cámara al aire libre, para darle un puntaje final.
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